Entre Romance y Dragones

Capítulo 1: "El comienzo de todo"

En una época perdida en un tiempo ya olvidado, dos especies diferentes estaban en guerra. Nadie sabía cómo es que aquel conflicto comenzó en primer lugar. Algunos dicen que por una traición, otros dicen que fue por causa de un asesinato, incluso hay algunos que dicen que comenzó por una decepción amorosa y el despechado corazón de un ferviente amante. Pero como ya mencionamos antes, nadie sabe cómo comenzó aquel conflicto en primer lugar. Lo único que sabían es que esa guerra se había prolongado por demasiado tiempo y que debía llegar a su fin. Pues ya se había cobrado demasiadas vidas.

En un lujoso castillo, con mas habitaciones de las que se pueden contar y con mas joyas en las columnas y muros de los que se pueden admirar, Auset, reina de los dragones, se paseaba por los pasillos de su palacio. Pensativa. Nostálgica. Incluso, aquellos que prestaran un poco más de atención, podrían ver las lagrimas que de a poco se estaban acumulando en sus ojos y que la radiante mujer se esmeraba por evitar dejarlas salir. La imagen de una poderosa reina que debía mantener a ojos de su gente, no debía verse mermada por algo tan banal como la angustia por las perdidas en la guerra, ya sea de su propio pueblo como de sus enemigos.  Debía mostrarse como una líder fuerte y despiadada, pero al mismo tiempo gentil y protectora con los suyos y con todos aquellos que buscaran su protección. En una guerra como la que se estaba viviendo, no había espacio alguno para la voz del corazón.

La mujer miraba por una de las tantas ventanas en dirección a un lujoso jardín. Donde se podía ver a un joven de unos 14 años entrenar con una filosa espada de acero en su mano derecha mientras que de su espalda, cubierta con telas de la mas fina calidad, emergían un gran par de alas tan oscuras como la misma noche. Acompañado de un hombre varios años mayor, con una oscura, frondosa y prolija barba y con cicatrices en su rostro. De la espalda del hombre brotaban unas enormes alas del mismo color que las del chico, pero que se notaba que estaban marcadas por la guerra y la experiencia.

La reina Auset veía como Aiden, su primogénito, entrenaba junto al rey Ormr. Su padre y esposo de la reina. A pesar de tratarse de un matrimonio arreglado desde la temprana infancia de ambos reyes, con el tiempo habían aprendido a quererse y siempre se respetaron el uno al otro. Fruto de eso, era su único hijo y primogénito, el príncipe Aiden. Tan fuerte y habilidoso como su padre, pero al mismo tiempo, tan justo, generoso y protector con su pueblo como su madre. Ambos reyes sabían que llegado el momento, el joven príncipe se volvería un gran líder para su pueblo.

-Mi señora...han llegado noticias de nuestros hombres que se enfrentan a los cazadores en el norte- dijo un hombre, aparentemente de unos 20 años, vestido con cómodas ropas y de cuya espalda brotaban unas alas de color verde.

-Espero que se traten de buenas noticias, mi corazón no aguantara saber cuántos más leales hombres y mujeres han dado sus vidas sin ver el sueño de una era de paz para su pueblo cumplido- mencionó la reina.

-Me temo, mi señora, que éste siervo es portador de malas noticias-

La reina dejó salir un suspiro, volvió su vista nuevamente a la ventana, y con una voz dulce y firme, se limitó a decir:

-Entonces habla-

-Los cazadores encontraron la forma de acorralar a nuestros soldados. No sabemos el número exacto de las perdidas pero sabemos que éste fue un golpe fuerte para nuestras filas. Nuestros hombres solicitan refuerzos. Además...- los ojos del hombre reflejaban que no sabían cómo decir el resto de las noticias.

-¿Además qué? Termina de hablar- exigió la reina, con una voz firme.

-Hay sospechas de que nuestros enemigos se llevaron a la general Leonora y que luego la asesinaron públicamente en una de las ciudades cercanas...-

El corazón de Auset se llenó de angustia y dolor ante esa noticia y su boca se llenó de un amargo sabor.

-¿Estás seguro?-

-Algunos de nuestros hombres aseguran haber visto como algunos cazadores se llevaron a la general lejos del campo de batalla, y no hemos recibido noticias de ella en dos semanas. Además, uno de nuestros espías de confianza asegura haber visto como ejecutaban públicamente a la general-

-Entiendo. Puedes retirarte. Le daré las noticias personalmente al rey y al príncipe-

-Como desee mi señora-

Luego de eso, el sirviente se marchó de el lugar y la reina, seguida de cerca por su leal dama de compañía, comenzó a caminar rumbo al patio donde su esposo e hijo entrenaban. No sabía como le daría la noticia de la muerte de Leonora a su hijo. Pues éste la amaba con locura y se había esmerado mucho por convencer a su padre para que le permitiera casarse con la joven cuando ésta regresara. La noticia de la muerte de la chica probablemente destrozaría a su hijo.

Una vez habiendo llegado al patio, se quedó unos segundos más viendo como padre e hijo entrenaban. Viendo ese brillo en los ojos de su amado hijo que probablemente se vería opacado por el dolor de la noticia que ella misma le daría en unos momentos. Cuando ambos hombres vieron a la reina, se detuvieron y se acercaron a ella. Pero se preocuparon al ver la angustia y preocupación, claramente reflejados en los ojos de la mujer.

-Mi reina, que es lo que te tiene tan preocupada- preguntó el rey Ormr a su esposa.

-Han llegado noticias de nuestros hombres que luchan contra los cazadores en el norte. Y me temo que no son muy buenas-

-¿Qué puede ser tan malo como para dejarte tan angustiada, madre?- preguntó el príncipe.

-Los cazadores acorralaron a nuestros hombres. Las perdidas son demasiadas y solicitan que les enviemos refuerzos-

-¿Y Leonora? ¿Hay noticias de ella?- la preocupación era evidente en los ojos del heredero al trono.

-Algunos....algunos de nuestros hombres aseguran haber visto como se llevaban a Leonora lejos del campo de batalla y no han tenido noticias de ella en don semanas. Además... recientemente uno de nuestros espías de confianza nos hizo llegar la noticia de que a Leonora la ejecutaron públicamente en una de las ciudades cercanas al campo de batalla...lo siento mucho hijo mío. Se cuanto la amabas- 



#8803 en Fantasía
#18098 en Novela romántica

En el texto hay: dragones, magia y amor, cazdores

Editado: 29.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.