Entre Romance y Dragones

Capítulo 5

Llevaban caminando a través del monte por al menos unas dos horas. Si querían lograr escapar, debían hacerlo antes del amanecer. Pues una vez que el sol saliera, aquellos hombres sabrían que Danica había escapado y que el chico había sido quien la ayudó. Y eso les generaría un grave problema a ambos. Por lo que el joven le había dicho a la chica hace tan solo un par de días atrás, a ella no la matarían pues la necesitaban con vida aun. Pero eso no implicaba que saldría ilesa si los capturaban. En cuanto al joven, ambos sabían que si los lograban atrapar, su vida si estaría en peligro, pues él los había traicionado para ayudarla.

A Danica le costaba caminar y seguirle el paso a su compañero. Pero él ya estaba haciendo demasiado por ella así que trataba de molestarlo lo menos posible haciendo su mejor esfuerzo para ir a su ritmo en silencio. El plan era llegar al pueblo más cercano cuando lograran atravesar el espeso monte, comprar boletos para el primer autobús que fuera a la gran ciudad para que ella finalmente pudiera llegar a casa. 

Ambos estaban demasiado cansados. Y lo sabían. Pero éste no era un simple paseo por el monte a la luz de la luna; el tiempo seguía corriendo y no podían darse el lujo de sentarse bajo un árbol a descansar y mirar las estrellas. Aun sabiendo que para uno de ellos era una situación de vida o muerte a estas alturas. Debían aprovechar lo mejor posible la noche si querían llegar al pueblo y estar lejos de ese lugar antes del amanecer.

Pero el silencio se estaba haciendo algo incomodo para Danica, sumado al cansancio que había acumulado la última semana y media y a la mala alimentación, la joven necesitaba hablar para intentar mantenerse despierta y seguir adelante. Pero no encontraba un tema para comenzar una conversación. ¿De que se suponía que hablaran? ¿Del clima esa noche? ¿De que en tan solo un par de horas amanecería y serían perseguidos por un grupo locos?...Hasta que por la cabeza de la chica pasó una pregunta.

-¿Por qué?-

-¿mhm? ¿Qué?- preguntó el chico algo confundido.

-¿Por qué me ayudas? Pensé que no me querías ayudar a escapar de allí-

-Bueno, aunque la idea de tenerte suplicándome por ayuda todos los días, me pareciera muy tentadora. Ni siquiera yo tengo tanta paciencia para escucharte llorar todos los días, princesa- contestó con un tono repleto de burla.

Ese comentario molestó bastante a Danica. Después de todo, era completamente normal que estuviera asustada y pidiendo ayuda al único que había sido amable con ella. Ella solo estaba tratando de buscar un tema de conversación para hacer un poco más amena la situación y ese chico solo se estaba burlando de ella.

-De todas formas hubiera podido arreglármelas por mi misma. Ya hasta tenía un plan para escaparme de ahí y podría haberlo hecho sin tu ayuda-

-Oh, ¿enserio? Y cuéntame princesa, ¿Cuál era ese plan maestro para escaparte si se puede saber?- continuó burlándose el joven. 

-¿Podrías dejar de tomarte todo como una broma? Y ya deja de llamarme princesa, creí que ya habíamos dejado ese punto bastante claro. Además ni siquiera se tu nombre, no me hables con tanta confianza- la chica estaba tan molesta por las burlas que ya ni siquiera pensaba en lo cansada que estaba.

-¡¿Tomarme todo como una broma?! Recuérdame cual de nosotros corre riesgo de muerte si nos atrapan. Recuérdame quién de nosotros es el que tuvo verdaderamente un plan para escapar y lo llevó a la practica. Escúchame bien, princesa, me estoy jugando el cuello para que tú puedas volver a tu vida repleta de lujos en tu mansión llena de sirvientes que te llevan tu desayuno favorito a la cama. No a todos nosotros mami y papi nos dan todo lo que queremos cuando lo queremos. Algunos tenemos verdaderos problemas enfrentándonos al mundo real. Y si no fuera por mí, aun estarías llorando en esa húmeda celda así que deja de comportarte como una niña mimada y deja de decirme que debo o no debo hacer princesa- le dijo el chico.

Danica quedó en shock por las palabras dichas por el chico. Nunca nadie le había dicho todas esas cosas en su vida. No pensó que el joven se molestaría tanto por reclamarle que todo se lo estaba tomando a broma. Ahí a ella le cayó la realidad como si se tratara de un balde de agua fría. Y pudo ver en la mirada del chico, no solo lo furioso que estaba, sino también lo estresado y asustado que estaba. Después de todo, era verdad que si los llegaban a capturar, seguramente a él lo terminarían asesinando por haberla ayudado a escapar y ella lo sabía. El no solo la estaba ayudando a escapar, sino que había sido muy paciente y amable con ella desde el primer día. Y lo único que había hecho era comportarse como una niña mimada. Danica bajó la cabeza tratando de no mirar al chico a los ojos para que éste no viera como las lagrimas amenazada con salir.

-¿Sabes qué? No importa. No tenemos tiempo para esto. La ruta no debería estar muy lejos y luego será a lo sumo un kilometro y medio hasta el pueblo. Si no paramos, estaremos ahí al amanecer-

Luego de eso, siguieron su camino en completo silencio. Ninguno de los dos decía nada al respecto de lo sucedido minutos atrás. Tal y como había dicho el chico, aproximadamente media hora después ya estaban saliendo a la ruta y emprendieron su camino hasta el pueblo. Danica quería disculparse pero ni siquiera era capas de mirar al chico a la cara. Estaba cansada, hambrienta, necesitaba urgente una ducha caliente y por encima de todo eso, estaba arrepentida por como lo había tratado. 

Ella siempre creyó ser más sensata y humilde que todas sus compañeras y sus conocidos. Nunca le cayeron bien todos aquellos que dependían del dinero de sus padres para solucionar sus problemas y que se comportaban como una niña pequeña caprichosa. Y ahora resulta que ella se había comportado como una todo el tiempo. Su rostro ardía, aunque no sabía si era por la vergüenza o por el calor sofocante de la noche.



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En el texto hay: dragones, magia y amor, cazdores

Editado: 29.05.2022

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