Entre Romance y Dragones

Capítulo 10

Mientras todo eso ocurría en casa de Danica, quien por fin se había enterado de la verdad de su familia, las cosas para Nasim no estaban para nada bien. Por haber ayudado a Danica a escapar de los demás cazadores, ahora era visto por los suyos como un traidor y estaba siendo perseguido por quienes en algún momento llegó a llamar camaradas o incluso amigos. Pero si vamos a contar la situación de Nasim, debemos comenzar desde el principio. Desde la última vez que Nasim y Danica estuvieron frente a frente un mes atrás.

Luego de haberse alejado de la casa de la chica, o bueno, luego de haber sido echado de la casa, Nasim se dirigió a su apartamento. Luego de lo que había hecho él sabía que las cosas se iban a complicar. Era cuestión de tiempo para que aquel hombre se enterara de todo y fuera tras su cabeza, debía encontrar la forma de escapar o todo lo que había logrado hasta el momento se iría por la borda.

Nasim estaba entre molesto y confundido consigo mismo. Después de todo, ni siquiera sabía cómo había sido capaz de traicionar a los cazadores. Porqué había salvado a Danica si ni siquiera la conocía hasta aquel momento. Es decir, quería resolver asuntos con "aquel" hombre pero los cazadores que convivían hasta el momento con él nunca le habían dado motivos como para que los traicionara. Pero cuando la vio llorando en aquella celda, confundida, asustada e ignorante de lo que de verdad sucedía, no fue capas de simplemente ignorarla. Era como verse a si mismo hace algunos años atrás, el día del incidente. Cuando se enteró que descendía de un largo linaje de cazadores de dragones.

El día de aquel incidente perdió algo demasiado valioso para él. Perdió su infantil inocencia, perdió una parte de su corazón, como si le hubieran arrancado las alas y lo hubieran empujado sin piedad a la realidad de un mundo cruel. Perdió a alguien demasiado importante para él. Cuando finalmente se enteró de todo por boca de su madre, se vio en la necesidad de volverse un cazador de dragones. Una parte de él, la que aun conservaba algo de su infantil inocencia, o tal vez era su mente inconsciente hablando, en aquel entonces quería únicamente una vida normal. Incluso aún lo deseaba en algunas ocasiones, pero sabía que para él eso era completamente imposible. Pero soñar no cuesta nada dicen algunos.

Estaba a punto de ingresar a su departamento cuando le pareció escuchar un ruido extraño proveniente del interior. Seguido de un ligero olor a laurel quemado. Eso solo podía significar una cosa. Los cazadores ya estaban en su casa y lo estaban esperando probablemente para llevarlo ante su líder y declararlo oficialmente un traidor. Si se dejaba capturar, seguramente sería su fin. Pero las únicas armas con las que contaba para poder defenderse estaban en su departamento y lo único que tenía con sigo era una pequeña daga escondida entre su ropa. En su situación eso no sería suficiente así que tarde o temprano tendría que volver a su departamento. Y los cazadores lo sabían.

Soltó un suspiro y se decidió a entrar. Esperando porque no fueran demasiados los cazadores que lo esperaban para emboscarlo. Una vez dentro, el olor a laurel quemado se hizo ligeramente más intenso. Señal de lo que claramente ya era algo obvio para Nasim. Fue cuando cerró la puerta del departamento que el primero de sus, ahora enemigos, se decidió a atacarlo dándole una fuerte patada en el costado derecho de su abdomen que lo dejó de rodillas, pero Nasim rápidamente se levantó y le dio un golpe con su puño en el estomago, con la suficiente fuerza como para quitarle el aire y luego, antes de que su contrincante se recuperara, le lanzó una patada a la cabeza que causó que su adversario se golpeara la cabeza contra el filo de uno de sus muebles. Antes de revisar si seguía vivo, dos más aparecieron y atacaron a Nasim. Al ser un combate dos contra uno, al chico se le dificultaba el esquivar la lluvia de golpes que estaba recibiendo. Golpes que iban dirigidos a sus costillas, a su cabeza, a su estomago, e incluso golpes que tenían la intención de derribarlo. Nasim no tubo más opción y sacó la daga que tenía escondida entre sus ropas y primero lanzó dos cortes limpios a los brazos de sus atacantes y luego dos puñaladas; una al pecho del que parecía mucho mayor y otra a la garganta del que parecía apenas pasar los veinticinco. Ambos quedaron derribados y rápidamente murieron. Nasim no quería llegar a ese extremo pero no tenía opción si quería sobrevivir. Aparecieron tres atacantes más. Éstos tres parecían ser más jóvenes que los primeros tres, pero a diferencia de los primeros, éstos tenían unas claras intenciones de matarlo ahí mismo. Prueba de eso era la macabra mirada que marcaba sus rostros y que los tres sacaron cada uno un puñal. Peleó durante varios minutos con ellos y aunque finalmente ganó, recibió varias heridas que si no las atendía adecuadamente se terminarían volviendo un verdadero problema. Del primer atacante, al que mató degollándolo, recibió una puñalada en el hombro que iba destinada a su corazón si no la hubiera esquivado a tiempo. Del segundo atacante, al que mató apuñalándolo en el pecho, recibió un profundo corte en su espalda. Y del último, al que mató de una puñalada en el estomago, recibió un corte en cada uno de sus brazos.

Sabía que su tiempo era contado y que debía marcharse de su departamento lo antes posible. Así que cubrió sus heridas con vendas que tenía dentro de un botiquín en su baño, se cambió de ropa, hizo sus maletas con toda su ropa y todas las armas, tanto de fuego como blancas, que tenía para defenderse y se marchó de su departamento. No sin antes provocar un incendio para deshacerse de todo rastro que terminara llevando a las autoridades hasta él. Después de todo, no era un secreto para ningún cazador, que algunos de ellos eran policías, militares e incluso políticos. Así que debía tener mucho cuidado de ahora en adelante.



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En el texto hay: dragones, magia y amor, cazdores

Editado: 29.05.2022

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