Entre Romance y Dragones

Capítulo 17: "Secretos del pasado"

Nasim y Danica llevaron a Daniel a que atendieran sus heridas lo más rápido posible. Tenía una herida bastante profunda en la zona del abdomen además de algunos cortes en sus brazos y piernas, y aparente había perdido demasiada sangre. Era un verdadero milagro que siguiera con vida. Sin embargo, a pesar de que atendieron sus heridas tan rápido como pudieron, Daniel no había dado señales de despertar en ningún momento. Si no corroboraran que en efecto seguía respirando sería muy fácil pensar que había muerto.

Había pasado una semana desde que llegaron ahí y no había señales de los cazadores. Así que por el momento podían estar tranquilos de que no los hubieran seguido. Sin embargo, desde el ataque a la casa de Daniel, el dolor en el pecho de Danica había vuelto. Eleonora tenía razón cuando se conocieron. La herida de su alma no había hecho otra cosa mas que crecer y eso la debilitaba. Sin embargo, para la chica era algo inevitable; pues el hecho de que cada vez que parecía sanar su herida aunque sea un poco; los cazadores de Cocidius llegaban y causaban algo que provocaba que la herida de su alma creciera y fuera aún más profunda.

Danica estaba viendo por una de las tantas ventanas de la vieja iglesia. Sabía perfectamente que si quería evitar mas dolor y sufrimiento, si quería volver a vivir tranquila y en paz, debía detener a Cocidius. Pero ni siquiera era capas de vencer a Nasim en un entrenamiento de rutina y su magia se debilitaba con cada día que pasaba. Debía encontrar una forma de sanar pero las imágenes de todos aquellos que habían salido heridos o incluso que habían muerto por protegerla volvían a su cabeza una y otra vez. Y no podía evitar sentirse culpable. Y cada vez que cerraba sus ojos al dormir, escuchaba todas esas voces en su cabeza que no paraban de atormentarla. Con cada pesadilla y cada vez que su culpa aumentaba, podía sentir como la herida de su alma era cada vez más grande y dolorosa. Sentía que quemaba su pecho.

Sin embargo, había momentos en los que aquel punzante y ardiente dolor parecía disminuir e incluso desvanecerse. Cuando su mente se llenaba de recuerdos felices de su infancia, añorando aquella época en donde todo era más sencillo. Cuando pensaba en las personas que había conocido, personas que a pesar de todo, de no conocerla, la estaban ayudando y protegiendo. Cuando pensaba en Nasim. 

Cada vez que su mente se llenaba de recuerdos de todo lo que había pasado e incluso de todo lo que sucedía en su día a día, su mente inevitablemente terminaba pensando en aquel chico de ojos como la noche y cabello negro. Recordando como la salvó a pesar de que pondría su vida en riesgo, lo feliz que se puso al ver que el chico estaba bien cuando se reencontraron, y pensando en lo mucho que Nasim la protegía desde entonces. A pesar de no saber mucho el uno del otro, siempre estaban ahí para cuidarse y de solo pensar en ello el ardor en su pecho pareció disminuir y una sonrisa se formó en su rostro.

-¿Puedo saber que es lo que te tiene tan pensativa, princesa?- la tranquila voz de Nasim la sacó de sus pensamientos.

-¿Eh? nada importante Nasim...¿Cómo sigue Daniel?-preguntó la chica. Claramente intentando evadir el tema.

-De hecho, precisamente por eso venía a buscarte. Daniel acaba de despertar y quiere vernos-

-Ya veo. Vamos entonces-

Ambos chicos fueron hasta la parte inferior de la iglesia, a través de un pasillo que llevaba al subsuelo. Era un sistema de túneles que conectaban el viejo edificio con puntos clave del resto de la ciudad. Al principio el hecho de que todo estuviera bajo tierra ponía muy nerviosa a Danica. Le hacía recordar al tiempo en el que estuvo en aquella celda secuestrada. Pero Nasim siempre la lograba calmar. Asegurándole que no había nada de que temer. Cruzaron por una entrada cubierta con cortinas que daba a una habitación bastante espaciosa. Y en la cama se encontraba Daniel, con un rostro cansado y el cuerpo repleto de vendajes. A su lado se encontraba una chica que aparentaba la edad del hombre; y al verlos llegar, salió de la habitación con una sonrisa tranquila.

-¡Daniel! No sabes lo preocupada que estaba...¿Cómo te sientes?- dijo la chica, apresurándose al lado del hombre.

-Siendo sincero, me encuentro algo adolorido y cansado. Pero no es nada grave- contestó Daniel con una sonrisa.

-Nos tenías muy preocupados. Estuviste una semana entera sin dar señales de despertar- dijo esta vez Nasim.

-Lamento haberlos preocupado...estoy feliz de que ambos estén bien-

-Muchachos, Daniel debe descansar. Además, la señora Eleonora los está esperando. Quiere hablar con ustedes- dijo la misma mujer que salió hace algunos minutos.

-Vallan...seguro quiere decirles algo importante- dijo Daniel sin borrar la sonrisa de su rostro.

Ambos chicos salieron de ahí rumbo al lugar donde se encontraba la anciana. Un hombre que aparentaba estar en sus treinta fue quien los guio hasta el lugar donde estaba la anciana. Esta vez se trataba de otra sección de los túneles a la cual no habían venido antes. El hombre los guio hasta una puerta y luego se fue sin decirles nada. La puerta era de madera oscura y tenía tallados dos dragones enfrentados. Lo verdaderamente extraño era que esa parecía ser la única puerta de madera del lugar. Todas las demás habitaciones que habían tenían cortinas de colores en lugar de puertas. Golpearon la puerta y tras escuchar un "pase" entraron en lugar.



#8794 en Fantasía
#18074 en Novela romántica

En el texto hay: dragones, magia y amor, cazdores

Editado: 29.05.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.