Capítulo 6: la bienvenida prt2
Antes de interrumpir cualquier cosa, pegué la oreja para escuchar mejor lo que decían. Pero se escuchaba lo mismo, la puerta era demasiado robusta. Me rendí y di una vuelta por esa casa en la que me encontraba. Había fotos de paisajes, de gente que no conocía, hasta que una me llamó la atención de más.
Era una mujer joven, delante de la torre Eiffel con un hombre. Los reconocía, ya sabía donde estaba. Eran los abus en su primer viaje de casados, me habían contado esa historia mil veces, me la sabía de memoria.
Recuerdo cuando venía de pequeña y preguntaba por todas sus fotos, pero desde que me contaron esa, solo preguntaba por el viaje. Lo contaban con una ilusión y un brillo en los ojos incomparable. Se podía notar lo contenta que estaba de estar allí con él.
Estábamos en casa de la abuela, sin pensarlo dos veces, me dirigí a la sala con la puerta cerrada y la abrí de un golpe. Allí estaban Manu, la abuela y Marcos.
Mi primera reacción fue ir a abrazarla, llevaba sin verla demasiado tiempo. Ella era mi ejemplo a seguir. Nunca perdimos el contacto, pero sí que echamos de menos vernos en vacaciones o navidad.
- Abu, no sabes cuánto he echado de menos verte de vez en cuando.- Su primera reacción fue responderme el abrazo. Ella nunca me había rechazado o criticado. Siempre tenía su apoyo sin importar el plan,
la idea o cualquier cosa parecida.- ¿Tú no estabas en Alemania con unas amigas?
- Si, pero volví hace dos días, estuve allí unas semanas. Juraría que te lo había dicho.- Empezó a negar con la cabeza y sacó la conclusión que compartía con ella desde hace años.- Es por culpa de la distancia, me olvido de las cosas y los trastos esos no me ayudan
Sentí como Manu esperaba como un poste anclado al suelo que también lo saludará con esa misma alegría, pero era Manu, tenía otros planes.
- Buenos días soy Nora, juraría que nunca nos hemos cruzado antes.¿Me equivoco?- Le estiré la mano como símbolo de presentación pero no la aceptó, tiró de ella hasta que me tuvo entre sus brazos abrazándome. Llevaba demasiado sin sentirme así, feliz, llena de amor y con gente que me demostraba que me quería a su lado.
- Rubita!!! Cuánto tiempo. Me ha dicho el pájaro este que vienes a pedirme ayuda-Señaló a Marcos que me ofrecía su mejor sonrisa diciéndome a través de su mirada de nada enana.
- Sí, ahora te explico todo con detalle pero antes una cosa Marcos. ¿Qué me ha pasado?
Marcos estaba en su mundo, removiendo el líquido que le debía quedar en esa taza. Estaba pensativo y observativo. Este chico vivía en otro planeta. No fue hasta que Manu le dio un golpecito de los suyos que no salió de su trance.
- La chiquita te preguntaba qué había pasado.-Dijo Manu rodando los ojos pidiendo paciencia.
- Nada importante, solo empezaste a estar inestable, buscando equilibrio, pero con la mirada perdida. No respondías cuando se te llamaba, balbuceaste unas palabras y de un segundo a otro caíste en mis brazos.
No me sorprendí, y supuse que en casa pasó lo mismo. Pero no teníamos tiempo que perder.
- Manu, volviendo al tema. Necesito tu ayuda y de paso la de la abu.
- Venga cielito, te escuchamos. Tú sin prisas y cuando estés cómoda empiezas.
Había pronunciado dos palabras que llevaba sin escuchar años. Desde que mamá ya no se interesaba en mi vida, no me preguntaba sobre nada y cuando le cantaba cualquier cosa no me escuchaba.
Cogí una buena bocanada de aire y me preparé, porque aunque estaba cómoda, todavía no había asimilado toda la información nueva del todo.
- Antes de nada necesito que me confirméis una cosa. ¿Estamos de acuerdo con que conocisteis a Vega verdad?
Fue soltar esa pregunta y el silencio invadió la sala,ambos se quedaron mudos, impactados. No estaban esperando esta pregunta, pero estaba harta, si no era mi madre ellos me responderían.
Después de un intercambio de miradas, la abuela rompió el silencio.
- Sí cielo, pero hace mucho tiempo que no sabemos de ella, de hecho tu madre nos prohibió que te hablásemos de ella. Pero bueno ya lo sabes.
- ¿Rubita a qué viene esa pregunta?
Cogí otra bocanada de aire, no sabía cómo ibán a reaccionar. Y si se lo decían a mi madre.
Ahí estaba yo de pies contándoles todo, desde las fotos, las cartas y los recuerdos.
- Y por eso he venido. Para que me ayudarais a saber más. O al menos para poder llegar hasta ella. Antes de que digáis nada, sé dónde está y papá también.
- Rubita, yo te ayudo, pero ¿estás segura de lo que haces?
Esa pregunta me dejó sin aire. De todas las preguntas que me había hecho, esa nunca pasó por mi cabeza.¿ Y si lo que tenía era curiosidad y nada más? ¿Después de años iba a cambiar mi vida en unos días? Había llegado demasiado lejos para dar media vuelta. Pero había una cosa de la que estaba segura. Quería que aunque ya fuese muy tarde, al menos la historia de mi vida se contará entera y completa. Lo miré a los ojos con toda seguridad.
- Estoy segura Manu, quiero la verdad por mucho que me pueda doler.
- Bueno rubita tu lo has decidido. Así será. Tu madre siempre quiso tener 3 o 4 hijos, pero tuvo muchos problemas, por su salud, por unas enfermedades que desarrollan los fetos y no pudieron crecer por causas naturales. Tu normalmente no ibas a ser la primera. Tuvo un problema con el primero, tenía unos seis meses y medio, pero por razones naturales el bebé terminó siendo prematuro y demasiado pequeño y no consiguió sobrevivir. Luego si que fuiste tú. Un año más tarde también quedó embarazada, esta vez de gemelos, pero por una u otra razón los terminó perdiendo también. Y ya después de eso llegó Vega.
Manu no soportaba hablar de los abortos ni nada que incluyese la muerte de niños pequeños. Pude ver como una lágrima amenazaba con salirse y desencadenar un río de lágrimas. No quería mirarle, era un tema muy sensible y yo también estaba al borde de unirme a él para llorar.
- Bueno cielo, ya termino de contarte el resto. Tu madre con su historial, no quiso intentarlo más, tuvo unas crisis de depresión posparto. Adelgazó mucho en unos meses, no disfrutaba al cien de vuestra presencia y tenía el estrés de su trabajo porqué estaba viendo si se hacía conocida por sus fotos. Con suerte, nosotros estuvimos con ella en todo momento, se vino aquí con vosotras y tu padre durante una temporada y terminó todo bien. Luego ya si me preguntas por su ruptura o cualquier cosa no tengo la menor idea cielo. Espero que te haya ayudado.- Terminó su explicación, podía ver la tristeza en sus rostros.