entre seis mares (la Búsqueda De Queda) 1

capitulo 3

N/A:les recomiendo escuchar al bordaje de mago de oz al momento que marcus empieze a cantar (para tener una mejor experiencia :)

un día después de lo sucedido en el Naro con leya y Heley.

al otro lado del mar muy lejos de ingla, ya se encontraba en otro reino un barco en el puerto. Mientras que yo me encontraba en mi camarote.

Mi tripulación se preparaba para elevar ancla hacía el puerto de sidris, nos aviamos a lejado de ingla de imprevisto.

estaba parado con el seño fruncido viendo unos papeles de un barco que se perdió en el barco con las mano apoyadas sobre la mesa, estaba sin duda convencido que el barco la vadera negra del mar o mejor conocido en sarez, como navis nigra, era el que ocasiono que aquel barco se perdiera en las aguas de sarez.

—esto esta mal—dije yo molesto, cuando Mario entro por la puerta de mi camarote, Mario era mi guardián, el era el que me protege, es mi mano derecha y mi mejor amigo, y cada dios tiene su propio guardián que sirven para que todo valla bien en el reino de los dioses—es el sexto naufragio en el mes y estoy cien porciento seguro que el navis nigra, esta detrás de esto.

—Marcus, y si Raphael lo ocasiono—comento Mario—.

—¿por que lo haría?

—por la profecía—dijo obvió—.

a Raphael, siempre le a importado las profecías, a nosotros los dioses nos advertía que jamás las cumpliéramos pero son profecías, aun que queramos no cumplirlas abra otro modo para que se cumpla lo dicho.

—que le valga mier...

—cuidado con esa boca.

hablando del dios del Nerón, el se encontraba frente a mi con su vestimenta gris y blanco de siempre, y a portaba un semblante serio.

—Raphael, que bueno verte—lo saludo Mario—.

—escuche a tu tripulación hablar sobre un naufragio de un barco tuyo—ignoro a mi Gurdián, eso fue lo que mas me molesto—creo que debes controlar mas tus aguas Marcus.

—las se controlar.

—no parece, esfuérzate un poquito mas chico.

—¿a que viniste Raphael?

—pues hablar de tu barco esta claro que no Marcus-rio el Dios viejo-.

—Raphael...

—tu madre quiere hacer una fiesta.

—bien por ella, que la haga...

—y antes de que digas algo mas, tu madre lo quiere hacer por tu cumpleaños—mire a Mario de reojo—.

—¿y?

—y quería venir personalmente a decirte, que por mas que intente convencer a tu madre de hacer tu fiesta en el Nerón se negó a tal opción-se cruzo de hombros—vengo avisarte que tu fiesta será con mortales...

—ya se a que quieres llegar Raphael.

—bien ya lo sabes, así que como quiera te digo, ya han pasado mas de cincuenta años desde que se fue la tal Dina.

—Nina—lo corregí—.

—bueno ella, solo te vengo a decir que no te vuelvas a embobar con otra mortal, ya vez lo que paso cuando te obsesionaste con una mortal casi destruyes los seis mares—dijo en tono burló—.

—mis mares necesitan una madre, al igual que mis soldados y piratas—le explique—y no me importa un carajo lo que pienses, Nina era mi dama del mar, y ustedes me la quitaron—Raphael rodo los ojos—.

-yo te avisare en que reino de los dioses será, así que por favor no seas histérico Marcus, supera a Nina, y cambia las leyes de sarez nos haces un favor a todos.

—¡mi mar, mis reglas!—espete molesto—y tu ni nadie podrá cambiarlas, y solo te estoy avisando, cumpliré lo que la profecía dice, ya que Kamari me a dado la oportunidad de volver a empezar ¡Y me importa una mierda si te molesta.

—cuidado con tu lenguaje Marcus, recuerda con quien estas hablando.

—no eres mi padre-respire hondo y suspire para calmarme—ahora si me disculpas, tengo que encontrar un barco en naufragio.

Raphael me miro molesto, y camino hacia la puerta.

—maldito niño malcriado—eso es lo único que escuche de el después que desapareció en un rayo de luz celestial—.

—sabes que me ayuda a mi cuando estoy mal —dijo Mario—.

—no lo digas Mario.

—cantar— se acerco un silbato en a la boca dándole entender a toda la tripulación que empezara a cantar—.

¡que me lleve la marea!, pensé harto.

así que no quedo de otra que cantar, para sentirme mejor como dijo Mario.

—Somos el mal, somos el bien, Todo depende de cómo y de quién, Somos dolor, somos amor, Nunca pedimos perdón— mire a Mario que sonreía —De profesión, solo vivir, Nuestro trabajo es beber y dormir Y alguna vez, desembarcar, Y saquear de cerveza algún bar— salí de mi camarote mientras escuchaba cantar a mi tripulación—.

—El horizonte es mi frontera, Y mi destino siempre tú, Me enamoré de una sirena Y cuando canta es hora de actuar—cuando salí al barco el aire choco en mi rostro—.

—Hemos venido a conquistar hoy tu ciudad, El Diablo nos protegerá— cantamos todos— Nuestro botín eres tú, He regresado de la muerte para ti, La sal del mar la puse siempre yo—continuaron ellos por mi—Con lágrimas y sudor.

—Somos legión, somos pasión—continuo Mario—Somos tus sueños hechos de canción.

—Somos tu voz y el corazón, Solo nos late si lo quieres tú—continúe yo mientras me acerco a la orilla del barco—.

—Dos tibias y una calavera—continuo mi tripulación—Dibujan las olas del mar, La muerte tengo por bandera, Y una guitarra para pelear.

—Hemos venido a conquistar hoy tu ciudad, El Diablo nos protegerá

Nuestro botín eres tú

—He regresado de la muerte para ti, La sal del mar la puse siempre yo, Con lágrimas y sudor.

subí una ret, que me llevaban hacia las velas y me agarre de una cuerda mientras escuchaba a mi tripulación cantar y moverse por el barco junto los instrumentos.

pero al otro lado del mar en ingla, Leya también se encontraba cantando la canción sentada en el sillón ventana de su cuarto (pausa para que puedan leer al mismo tiempo).

—Tengo frío y busco tu calor—canto tranquila—Y mi llanto es desolación, Soy el fruto de una maldición, Mi castigo es no poder andar, Las sirenas mueren en la mar, Si me abrazas, yo te daré, Mil y una noches enteras de amor, Si me salvas, caminaré, Junto a ti y veré en tierra amanecer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.