—te dije que llegaríamos tarde—me regaño Heley mientras se agarraba el vestido para no pisarlo, ya se nos estaba haciendo un poco tarde para llegar a la fiesta del dios Marcus—.
las calles de ingla estaban repletas de personas ya que se sentían felices de celebrar el cumpleaños, para ellos el cumpleaños del dios Marcus era un carnaval, mientras que para los que participaron en la ópera se le invitaba a la fiesta que era en el gran salón de ingla
—perdón—dije apenada cruzamos una calle que eran iluminadas con faroles como solían estarlo, nuestras sombras se iluminaban en el piso mientras íbamos caminando—.
cruzamos por la calle hasta vi a lo lejos un edificio cuadrado de mármol blanco con dorado, con pilares que sostenían un pequeño techo y alfando una puerta que tenían unas letras en dorado arriba.
—el gran salón de ingla—leyó Heley—vamos Leya—la seguí cuando entramos había un pasillo una gran puerta en la que provenía los sonidos de la música de la fiesta, yo y Heley nos volteamos a ver—.
para Heley, Sofia y para mí, no era costumbre ir a fiestas, ya que nunca nos solían invitar por ser "raras" más a Sofia ya que tenía una cierta curiosidad por las cosas muertas, pero ingla no es normal, ni tiene pueblerinos normales.
—aquí están—dijo la maestra con un vestido igual que el mío solo que el de ella tenía soles, y era blanco mientras que el mío era negro con medias lunas y estrellas plateadas—te ves muy bien-me dijo con una sonrisa-vengan—mientras abría las puertas del salón unas intensas ganas de salir corriendo me recorrieron por todo el cuerpo, había muchas personas que no mostraban ninguna importancia a nosotras, sino a las personas que estaban ablando en el segundo piso sentados en una mesa muy larga—.
—¿son los dioses?—pregunto Heley la maestra asintió con una sonrisa insegura, mientras nos llevaba con mis compañeros de la ópera—.
mientras íbamos pasando por la gente que no nos prestaba atención puede ver que algunos invitados usaban antifaces unos rojos otros verdes y de distintos colores a pagados, mientras íbamos pasando, muchos vestidos resaltaban mostrando, los que los usaban eran de familias adineradas, vi el mío era simple, no era esponjoso, tampoco los vestidos de las mujeres en el salón, no era brillante, el de ellas si lo mirabas de cerca puede que te dejase ciego, los vestidos eran de colores brillantes, mientras que el mío era de un color oscuro, que parecía que talvez se usaría en un velorio.
—el negro hace resaltar tus ojos—hablo una voz volteé atrás de mí y vi a Nico el guardián de la diosa del invierno yo le sonreí agradecida—hola leya—dijo con una sonrisa—me la voy a robar tantito—le dijo a Luciana—
—pero si acaba de llegar—dijo la maestra mientras Nico rueda los ojos divertidos—.
—es solo un momento Lucia.
—primero respóndeme algo y después será toda tuya.
—bueeeeeeeno—alargo la palabra mientras Lucia se cruzaba de brazos, yo como siempre no sabía de que estaba hablando—¿Cuál es tu pregunta Luci?
—no me digas así.
—¿pero así te dice el chico?
—si, pero tu no eres ese chico.
—ay, bueno, solo dime tu pregunta.
—¿Qué dijo Jace sobre eso?
—bueno, a Jace le valió si lo sabia Leya que eras una guardiana, Luztel se estreso un poco, pero ellos y Raphael llegaron a un acuerdo que Leya no diría nada si no se le aplicaría un castigo—yo veo a Nico y después a Lucia para volverlo a ver a el—.
—¿Qué?—es lo único que logre decir sobre esa situación—.
—como escuchaste Leya, así que mas vale que no abras la boca por tu bien—me advirtió Nico, no sonó como una amenaza mas bien sonó como si quisiera protegerme—.
la maestra asintió, Nico ni siquiera se despidió de Lucia mientras me jalaba donde estaba Sebastián y una chica que se parecía a Nico y un hombre de cuarenta era alto, cabello negro, piel blanca, ojos grises se ve muy intimidante.
Cuando llegue vi a la chica tenía unos ojos demasiados azules de los que deberían de ser era como un aqua muy brillante, pero eran lindos muy diferentes pero lindos, su piel era de un blanco pálido, usaba un vestido blanco de encaje plateado en forma de copos de nieve, su pelo blanco estaba peinado en una trenza alrededor de la cabeza con el pelo suelto por atrás, y usaba un labial de un rojo sangre, que era lo único que resaltaba en ella aparte de sus ojos.
—apenas los conozco y ya me tratan como su amiga—digo con una sonrisa—no me molesta.
—sí, Nico tiene ese problema de ser muy amigable con las personas que apenas conoce—hablo Sebastián con una sonrisa mientras le da unos pequeños golpes en el hombro a Nico—.
volví a ver a la chica.
—ella es mi hermana Cansas—dijo mientras la chica se acerca a mí con una sonrisa—también es la guardiana de queda.
—es un gusto conocerte—me hablo Cansa mientras se separa del abrazo inesperado que me dio—cantaste muy hermoso—dijo con una sonrisa—y creme cuando te digo que le gusto a nuestro señor Marcus, creo que le encanto, no esa no es la palabra—hablo para después dar unos saltitos—le fascino si esa es la palabra correcta—chillo con emoción mientras aplaude emocionada—.
—deja de saltar Cansas o vas a hacer que se maree-dijo hice una pequeña reverencia—no es necesario que lo hagas—hablo cuando me volvía levantar para verlo a los ojos—un gusto soy el dios Nathaniel, y si tiene razón Cansas cuando dijo que le fascino a Marcus, me sorprendió la canción que cantaste ya que es el himno de Sarez del reino de Marcus, y solo lo saben los soldados o piratas del dios Marcus ya que lo saben en lenguaje de Sarez y es muy difícil traducirla.
—pensé que era una canción de cuna—me miro muy interesado, el dios vio a Nico mientras que el trataba de fingir que no lo veía a el-mi mamá me la cantaba cuando era una niña.
—tu madre debe ser muy inteligente para aprenderse semejante himno de amor y después traducirla en lenguaje de ingla—dijo mientras le da un trago de su copa de champaña-pero...