I N T R O D U C C I Ó N

Me había mudado, de nuevo. Como cada año en primavera.

Aún así mi madre me había asegurado que sería la última vez, que nos mantendremos en esa ciudad al menos unos años; no le creí. Ya había recibido ese discurso años atrás y el siguiente después de ese año, y el siguiente, y el siguiente...bueno, creo que ya captaron mi idea.

Lo cierto es que con el pasar se ese tiempo entendí que mi madre solo me decía aquellas palabras para calmarme y acercarme al entorno de la nueva ciudad; pienso qué, a su manera, era su forma de prepararme para comenzar de cero una vez más... Y ya había perdido la cuenta de tantos nuevos comienzos. Siempre terminaba dejando amigos atrás, el instituto donde nunca llegaba a terminar el año escolar y... Bueno, nada más.

Pero esa nueva ciudad vino acompañada de un torbellino de experiencias, nuevos amigos, nuevas alegrias, nuevos dolores y... él.

El hombre que se había robado más que mi corazón pero con el que nunca había hablado, era él mi amor entre silencios.