Narrado por Isabella
Las noches en Roma tenían un aire de peligro que siempre me resultaba familiar, casi reconfortante.
La ciudad respiraba misterio, sus calles estrechas y empedradas eran testigos de secretos que nunca se contaban.
Sin embargo, esta noche, la sensación era distinta.
Había algo en el aire, un peso que no podía ignorar.
Desde mi oficina, en la villa Moretti, las luces de la ciudad se extendían como un manto brillante.
Pero no estaba en paz.
Algo estaba desmoronándose, y aunque aún no sabía qué, lo sentía profundamente.
"Tenemos un problema." La voz de Alessia rompió el silencio.
Había entrado sin anunciarse, como siempre, su expresión cargada de preocupación.
"¿Otro más?" respondí con sarcasmo, aunque sabía que no iba a ser algo trivial.
"Es Valentina. La encontramos con su amante."
Mi cuerpo se tensó al instante.
"¿Quién es él?"
Alessia dejó un sobre sobre mi escritorio.
Lo abrí con rapidez, revelando una serie de fotografías.
Allí estaba Valentina, sonriendo con un hombre de cabello oscuro y una postura casual, pero su rostro no me era desconocido.
Era uno de los hombres que había visto junto a Alekséi en el club.
"Dime que esto es una broma."
"No lo es," respondió Alessia, cruzando los brazos.
"Este hombre, Dimitri Ivanov, está vinculado a la mafia rusa."
Mi sangre se congeló. No podía ser coincidencia.
Alekséi, el hombre que no dejaba de cruzarse en mi camino, y ahora esto.
"¿Ella sabe quién es?"
"No lo creo. Valentina siempre ha sido ingenua, pero esto..."
Alessia negó con la cabeza. "Es un desastre, Isabella."
Un desastre. La palabra resonó en mi cabeza mientras intentaba procesar las implicaciones.
Las familias Moretti e Ivanov eran enemigas desde hacía años.
Un conflicto entre nosotros podría destruir cualquier equilibrio de poder en Europa.
"Quiero hablar con ella. Ahora."
Valentina estaba en su habitación, ajena al caos que estaba a punto de desatarse.
Cuando entré, me miró con una mezcla de sorpresa y desafío.
"¿Qué pasa ahora?" preguntó, cruzándose de brazos.
"¿Dónde estabas hoy?"
"Salí. ¿Por qué?"
"Deja de mentirme, Valentina. Sé con quién estabas."
La expresión de mi hermana cambió, pasando del desafío al pánico.
"No sé de qué estás hablando."
"¿Dimitri Ivanov te suena familiar?"
El color desapareció de su rostro. No necesitaba una confesión; su reacción lo decía todo.
"¿Cómo lo sabes?" susurró.
"Eso no importa. Lo que importa es que has puesto a nuestra familia en peligro."
"¡Él no es lo que piensas! Dimitri no tiene nada que ver con la mafia."
"¿Eres tan ingenua o simplemente estúpida?" Mi voz era un látigo, y Valentina se estremeció.
"Ese hombre pertenece a los Ivanov. ¿Sabes lo que significa eso? ¿O te has olvidado de que estamos en guerra con ellos?"
"No estamos en guerra," replicó con voz temblorosa.
"Eso fue hace años. Y Dimitri no está involucrado en nada de eso."
"No seas tan ingenua." Me acerqué a ella, mi furia apenas contenida.
"Si sigues viendo a ese hombre, lo mato.
¿Entendido?"
Valentina me miró con lágrimas en los ojos, pero no dijo nada. Su silencio me irritó más de lo que quería admitir, pero sabía que no podía perder más tiempo discutiendo con ella. Había algo mucho más grande sucediendo, y tenía que averiguarlo.
Esa noche, llamé a Luca y a otros dos hombres de confianza. Sabía que el próximo paso era peligroso, pero no tenía opción.
"Vamos al club," ordené, asegurándome de que mi pistola estuviera cargada antes de salir.
El viaje fue silencioso, pero mi mente estaba llena de posibilidades. Si Dimitri estaba vinculado a Aleksél, entonces esto no era una simple coincidencia. Y si Alekséi sabía quién era yo desde el principio, eso lo convertía en una amenaza mucho más grande de lo que había anticipado.
Cuando llegamos al club, me aseguré de que mis hombres se quedaran fuera. Entré sola, mi mirada recorriendo el lugar en busca de Alekséi. No tardé mucho en encontrarlo.
Estaba en la misma mesa que antes, esta vez acompañado por dos hombres y una mujer. Cuando me vio, una sonrisa lenta apareció en su rostro, como si hubiera estado esperando que apareciera.
"Isabella," dijo cuando me acerqué, inclinándose ligeramente hacia adelante.
"Es un placer verte de nuevo."
"¿Podemos hablar en privado?"
Alekséi levantó una ceja, claramente intrigado, pero asintió. Se levantó con calma, despidiéndose de sus acompañantes antes de seguirme hacia una esquina del club.
"¿A qué debo el honor?" preguntó, cruzándose de brazos.
"Quiero respuestas."
"¿Sobre qué?"
"Dimitri Ivanov."
Su sonrisa desapareció, reemplazada por una expresión seria.
"¿Qué tiene que ver Dimitri contigo?"
"Está viendo a mi hermana."
Alekséi dejó escapar una risa baja, como si encontrara la situación divertida.
"Parece que nuestras familias tienen más en común de lo que pensábamos."
"Esto no es un juego, Alekséi. Si Dimitri sigue acercándose a Valentina, habrá consecuencias."
"¿Estás amenazándome?"
"Llámalas como quieras."
Alekséi dio un paso hacia mí, su altura y presencia volviéndose abrumadoras.
"Ten cuidado, Isabella. Las amenazas pueden ser peligrosas, especialmente cuando no sabes con quién estás jugando."
"No subestimes a los Moretti."
"Y tú no subestimes a los Ivanov."
Nos quedamos en silencio, nuestros ojos enfrentándose como si estuviéramos en un duelo. Sabía que Alekséi no iba a retroceder, pero yo tampoco lo haría.
Finalmente, él rompió el contacto visual y dio un paso atrás.
"Hablaré con Dimitri.
Pero ten cuidado, Isabella. Este juego que estás jugando podría costarte más de lo que imaginas."
Lo vi marcharse, sabiendo que nuestras familias estaban ahora más entrelazadas de lo que nunca hubiera querido.