Capítulo 6: La balanza del poder

Narrado por Isabella

No dormí esa noche. Alekséi había plantado una idea que no podía sacarme de la cabeza. ¿Una alianza con los Ivanov? ¿Una tregua mediante un matrimonio? Era absurdo. Inaceptable. Pero también era estratégicamente inteligente, y eso era lo que me atormentaba.

A las primeras luces del alba, me encontré caminando por los jardines de la villa. La brisa fría de la mañana apenas aliviaba el fuego que ardía dentro de mí. No podía permitir que Alekséi me manipulara, pero tampoco podía ignorar las implicaciones de su propuesta.

"Isabella."

La voz de Alessia me sacó de mis pensamientos. Giré para encontrarla de pie cerca del estanque, con su característico aire de control.

"¿Qué haces despierta tan temprano?"

"Podría preguntarte lo mismo." Se cruzó de brazos y me miró fijamente. "¿Qué pasó en esa reunión con Alekséi Ivanov?"

Suspiré. Sabía que no podía ocultarle nada. Alessia era mi segunda al mando por una razón.

"Propuso un matrimonio entre Valentina y Dimitri."

Su expresión permaneció estoica, pero sus ojos mostraron una chispa de sorpresa. "¿Y qué dijiste?"

"Le dije que estaba loco."

"¿Y lo está?"

La pregunta me golpeó más fuerte de lo que esperaba. "¿Qué estás diciendo, Alessia? ¿Estás de acuerdo con él?"

"No estoy diciendo eso. Solo digo que tal vez deberíamos considerar nuestras opciones. Una guerra con los Ivanov no nos beneficia en este momento, Isabella. Estamos expandiendo nuestras operaciones en Europa, y no podemos permitirnos distracciones."

"¿Crees que confiar en los Ivanov es menos peligroso que enfrentarlos?"

"Creo que debemos ser inteligentes. Y si eso significa usar esta situación a nuestro favor, entonces tal vez deberíamos hacerlo."

Me quedé en silencio, procesando sus palabras. Por mucho que odiara admitirlo, Alessia tenía razón en un punto: una guerra abierta con los Ivanov podría destruir todo lo que habíamos construido.

Más tarde ese día, decidí hablar con Valentina nuevamente. La encontré en el balcón de su habitación, mirando hacia el horizonte con una expresión pensativa.

"Necesitamos hablar," dije mientras me acercaba.

"No tengo nada más que decirte."

"Pues yo sí." Me apoyé en la barandilla, enfrentándola directamente. "Alekséi quiere que te cases con Dimitri."

Sus ojos se abrieron con sorpresa, pero no dijo nada al principio. Finalmente, murmuró: "¿Él lo propuso?"

"Sí. Dice que podría ser la solución para evitar una guerra."

Valentina me miró con una mezcla de incredulidad y esperanza. "¿Y qué piensas?"

"Pienso que esto es una locura. Pero también pienso que podrías haber evitado todo esto si hubieras sido más cuidadosa."

"Yo no elegí enamorarme, Isabella."

"Pues más te vale aprender a no hacerlo."

La frialdad en mi tono pareció herirla, pero no me importó. Tenía que entender la gravedad de la situación.

"Si decides seguir adelante con esto, no hay marcha atrás. Un matrimonio con Dimitri no será un cuento de hadas, Valentina. Será un contrato, y cada movimiento que hagas será monitoreado."

"Lo sé."

"No, no lo sabes. Pero lo aprenderás. A la fuerza, si es necesario."

La dejé sola en el balcón, preguntándome si estaba haciendo lo correcto al considerar siquiera la propuesta de Alekséi.

Esa noche, decidí confrontarlo nuevamente. No podía permitir que tuviera el control de la situación. Si íbamos a negociar, sería bajo mis términos.

Cuando llegué al lugar acordado, Alekséi ya estaba allí, esperándome con su habitual aire de confianza.

"Isabella," dijo con una sonrisa ladeada. "No esperaba verte tan pronto."

"Quiero dejar algo claro." Me acerqué a él, asegurándome de que mi tono fuera firme. "Si acepto siquiera considerar tu propuesta, será bajo mis reglas."

"¿Tus reglas?"

"Sí. Valentina no hará nada hasta que yo lo apruebe. Y si Dimitri intenta algo fuera de lugar, lo mataré."

Alekséi rió suavemente, como si mis palabras le divirtieran. "Me gusta tu estilo, Isabella. Pero si vamos a hacer esto, también hay condiciones de mi parte."

"¿Cuáles?"

"Primero, Dimitri y Valentina se casarán en un plazo de un mes. Segundo, nuestras familias compartirán operaciones en territorios neutrales. Y tercero..." Alekséi se inclinó hacia mí, sus ojos grises fijos en los míos. "Tú y yo tendremos que trabajar juntos para que esto funcione."

Su proximidad me hizo sentir como si el aire se volviera más denso. Podía sentir el peligro en cada palabra suya, pero también sabía que no tenía muchas opciones.

"¿Es todo?" pregunté, intentando mantener mi voz neutral.

"Por ahora."

Le sostuve la mirada por un momento más antes de dar un paso atrás. "Lo pensaré."

"Hazlo rápido, Isabella. El tiempo no está de nuestro lado."

Salí del lugar con una mezcla de rabia y confusión. Alekséi estaba jugando un juego peligroso, pero no iba a permitir que me superara.

Cuando regresé a la villa, Alessia me estaba esperando.

"¿Y bien?"

"Todavía estoy considerando nuestras opciones."

"Isabella, no podemos permitirnos más retrasos. Si decides aceptar, tendremos que movernos rápido."

"Lo sé."

Miré hacia las ventanas de la villa, donde las luces brillaban suavemente. Sabía que estaba tomando una decisión que cambiaría el curso de nuestras vidas, pero también sabía que no podía permitirme fallar.

Alekséi Ivanov quería jugar, pero al final, sería yo quien escribiría las reglas.