Entre Sombras y Fuego ( #1 saga fuego)

Capítulo 8: Fuegos cruzados

Narrado por Isabella

La mañana después del matrimonio de Valentina y Dimitri, la villa estaba en silencio, pero no en calma. El aire estaba cargado de tensión, como si cada sombra ocultara un nuevo peligro. Sabía que este matrimonio no era una solución, sino una tregua frágil que podía romperse en cualquier momento.

Mientras revisaba los informes matutinos en mi despacho, Alessia entró con paso firme. Su expresión estaba más seria de lo habitual, lo que decía mucho.

"Tenemos un problema," anunció, dejando un sobre sobre mi escritorio.

Abrí el sobre sin decir una palabra. Dentro había fotos. Valentina y Dimitri caminando juntos por los jardines de la villa la noche anterior, seguidos de otras imágenes: hombres armados en un almacén que reconocí al instante como una de nuestras operaciones en Milán.

"¿Quién las tomó?"

"Los Ivanov. Es un mensaje."

Apreté la mandíbula. Alekséi estaba jugando un juego peligroso, y yo no iba a quedarme de brazos cruzados.

"Quiere recordarnos que está vigilando," continuó Alessia. "Pero esto no es solo vigilancia. Es un movimiento para demostrar que todavía tiene el control."

"Pues está a punto de descubrir que no es así," respondí, levantándome de mi silla.

Más tarde, me reuní con Valentina en su habitación. Estaba sentada junto a la ventana, mirando hacia los jardines con una expresión melancólica.

"Tenemos que hablar," dije sin rodeos.

"¿Qué pasa ahora?"

"Tu querido esposo ha permitido que sus hombres invadan nuestro territorio. ¿Sabías algo de esto?"

Valentina me miró con sorpresa genuina, lo que al menos me tranquilizó un poco.

"No tenía idea," respondió. "Dimitri no me dijo nada."

"Pues más te vale empezar a preguntar, porque si esto continúa, no podré garantizar tu seguridad."

"¿Mi seguridad? ¿Qué estás diciendo, Isabella?"

"Estoy diciendo que si Dimitri intenta algo más, no tendré otra opción que actuar. Y si eso significa ponerte en el fuego cruzado, así será."

Valentina se levantó, enfrentándome con una furia que rara vez mostraba.

"¿De verdad harías eso? ¿Pondrías a tu propia hermana en peligro?"

"Si eso significa proteger a nuestra familia, sí."

Por un momento, el silencio entre nosotras fue tan pesado que parecía imposible de romper. Finalmente, Valentina apartó la mirada.

"Hablaré con él," dijo en voz baja.

"Más te vale."

La oportunidad de confrontar a Alekséi llegó antes de lo que esperaba. Esa misma noche, recibí un mensaje suyo, citándome en un almacén en las afueras de la ciudad.

Cuando llegué, Alekséi ya estaba allí, apoyado contra un coche negro. Su postura relajada me irritaba más de lo que quería admitir.

"¿Qué planeas, Alekséi?" pregunté al bajar de mi auto.

"¿Planeo? No estoy seguro de a qué te refieres."

"No juegues conmigo. Sabes exactamente de lo que estoy hablando."

Alekséi dio un paso hacia mí, su expresión aún tranquila, pero sus ojos brillaban con algo peligroso.

"Isabella, si quiero vigilar tus operaciones, lo haré. Este matrimonio no cambia el hecho de que seguimos siendo enemigos."

"Entonces, ¿qué demonios estamos haciendo aquí?"

"Intentando algo nuevo."

"¿Nuevo? ¿Como qué? ¿Traición?"

Él rió suavemente, pero había un filo en su voz. "No sería una traición si nunca confiamos el uno en el otro, ¿verdad?"

El aire entre nosotros era tenso, como si cualquier palabra pudiera desencadenar un enfrentamiento. Finalmente, Alekséi se acercó aún más, hasta que su rostro estuvo a centímetros del mío.

"Escucha, Isabella. Esto no tiene que convertirse en una guerra. Pero si decides convertirlo en una, te prometo que no saldrás victoriosa."

"¿Eso es una amenaza?"

"Es un hecho."

No aparté la mirada, incluso cuando sentí su aliento cálido contra mi piel. No podía permitir que él viera ninguna debilidad en mí.

"Entonces prepárate, Alekséi. Porque no pienso retroceder."

Cuando regresé a la villa, Alessia ya me estaba esperando en la sala principal.

"¿Y bien?" preguntó, sus ojos analizando mi expresión.

"Nos están probando," respondí, dejándome caer en uno de los sillones.

"¿Y cuál será nuestra respuesta?"

"La habitual."

Alessia asintió, una sonrisa oscura asomándose en sus labios. Sabía exactamente lo que eso significaba.

Durante los días siguientes, nuestras operaciones comenzaron a moverse con precisión quirúrgica. Cada almacén bajo el control de los Ivanov en nuestra zona fue infiltrado, cada envío monitoreado. Queríamos dejar claro que no aceptaríamos ninguna intromisión en nuestro territorio.

Sin embargo, Alekséi no tardó en responder. Uno de nuestros almacenes en Venecia fue atacado, dejando a dos de nuestros hombres gravemente heridos.

La guerra que tanto había intentado evitar estaba comenzando, y no había forma de detenerla.

Esa noche, mientras estaba en mi despacho revisando los últimos informes, mi teléfono sonó.

"¿Isabella?" La voz de Valentina sonaba temblorosa, casi rota.

"¿Qué pasa?"

"Dimitri... Dimitri me dijo que Alekséi está planeando algo grande. Algo que podría destruirnos."

Mi agarre en el teléfono se tensó. "¿Qué sabes?"

"No mucho. Pero dijo que si no tomamos su oferta de trabajar juntos, Alekséi no dudará en destruir todo lo que amamos."

"Lo intentaré, Valentina." Mi voz era calmada, pero por dentro sentía cómo la ira me consumía.

Alekséi había cruzado una línea, y esta vez no pensaba contenerme.

El siguiente movimiento debía ser mío. Alekséi podía pensar que tenía ventaja, pero estaba a punto de descubrir que yo también sabía jugar su juego, y lo haría mejor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.