Entre Sombras y Fuego ( #1 saga fuego)

Capítulo 13: Sombras en Moscú

Narrado por Isabella

La operación en Moscú había comenzado, y con cada hora que pasaba, sentía cómo la tensión aumentaba en mi pecho. No era solo el hecho de confiar en Alekséi, lo cual ya era un riesgo en sí mismo, sino también el saber que, aunque nuestro enemigo común estaba en la mira, mi familia seguía vulnerable.

Valentina había intentado tranquilizarme la noche anterior, pero ni siquiera sus palabras lograron calmar mi mente. Mi instinto me decía que esto iba a complicarse más de lo que cualquiera de nosotros esperaba.

El primer informe llegó temprano en la mañana. Alessia entró a mi despacho con su habitual rapidez, su expresión seria como siempre.

"Han llegado al punto de reunión," dijo, colocando un mapa sobre la mesa. "Se instalaron en un almacén cerca del distrito financiero. Parece que la seguridad es mínima, pero han notado vigilancia constante en las calles cercanas."

"Eso era de esperarse," respondí, examinando el mapa. "¿Han hecho contacto con el intermediario?"

"No todavía. Según Alekséi, el intermediario llegará esta noche."

Asentí, sintiendo cómo mi ansiedad aumentaba. Sabía que esta misión no sería fácil, pero escuchar cada detalle hacía que la realidad se sintiera mucho más pesada.

"Quiero que me mantengas informada de cada movimiento," ordené. "Nada de decisiones improvisadas. Si algo parece sospechoso, retíralos de inmediato."

Alessia asintió, pero su mirada me decía que estaba preocupada. No por la misión, sino por mí.

"Isabella, ¿estás segura de que esto es lo correcto?"

La miré, sabiendo que detrás de su tono profesional había un verdadero temor por las posibles consecuencias.

"No hay elección, Alessia. O enfrentamos esto juntos, o nos destruyen por separado."

Ella no respondió, pero su silencio habló más que cualquier palabra.

Esa noche, mientras esperaba noticias, recibí una llamada inesperada. Reconocí el número de inmediato.

"¿Alekséi?" contesté con tono frío.

"¿Esperabas a alguien más?" respondió con su usual sarcasmo.

"No estoy de humor para tus bromas. ¿Qué sucede?"

"Solo quería informarte que nuestros hombres han hecho contacto con el intermediario. Parece que todo está yendo según lo planeado."

"¿Eso es todo?"

"No exactamente. También quería saber cómo estás manejando todo esto."

Su pregunta me tomó por sorpresa. Alekséi nunca había mostrado interés en mi bienestar, y dudaba que ahora fuera diferente.

"Estoy perfectamente bien, gracias por preguntar," respondí con sarcasmo.

"Siempre tan dura, Isabella. Me pregunto si alguna vez dejarás que alguien vea más allá de esa fachada."

"¿Qué quieres, Alekséi?"

"Solo asegurarme de que recuerdes que estamos en esto juntos, por ahora. Si algo sale mal, ambos pagaremos el precio."

"No necesito que me lo recuerdes," respondí, cortando la llamada antes de que pudiera decir algo más.

Horas después, Alessia entró nuevamente a mi despacho, su expresión más tensa que antes.

"Tenemos un problema," dijo de inmediato.

"¿Qué pasó?"

"El intermediario mencionó un nombre. Uno que reconocemos."

"¿Quién?"

Alessia respiró hondo antes de responder. "Igor Volkov."

El nombre me golpeó como un balde de agua fría. Igor Volkov no era cualquier miembro de la mafia rusa. Era uno de los líderes más influyentes en Moscú, conocido por su crueldad y por su habilidad para manipular a quienes lo rodeaban. Si él estaba involucrado, esto era mucho más grande de lo que habíamos imaginado.

"¿Estás segura?" pregunté, aunque sabía que Alessia nunca traería información sin verificarla primero.

"Completamente. Los hombres de Alekséi también lo confirmaron."

Más tarde esa noche, me reuní con Alekséi en persona para discutir los nuevos detalles. Elegimos un pequeño restaurante privado en las afueras de Milán, lejos de las miradas indiscretas.

"Volkov," dije, tan pronto como me senté frente a él.

"Sí," respondió, su rostro más serio de lo habitual.

"Si él está detrás de esto, estamos en más problemas de los que pensábamos."

"Lo sé. Por eso necesitamos un nuevo plan."

"¿Qué propones?"

"Desviar su atención. Hacerle creer que estamos debilitados mientras seguimos infiltrándonos en sus operaciones."

"Eso suena suicida."

"No si lo hacemos bien."

Alekséi me miró directamente, su confianza casi irritante. Pero no podía negar que tenía sentido. Si atacábamos a Volkov directamente, nuestras familias serían el objetivo inmediato. Necesitábamos ganar tiempo y debilitarlo desde adentro.

Al regresar a la villa, llamé a Valentina y Alessia para informarles del nuevo plan.

"Esto es una locura," dijo Alessia, como era de esperar.

"Lo sé," respondí. "Pero es la única forma."

"¿Y si fallamos?" preguntó Valentina.

"Entonces será el fin para todos nosotros."

Mis palabras fueron frías, pero reales. No había espacio para errores en esta guerra.

El día siguiente estuvo lleno de actividad. Mientras nuestros equipos se preparaban para ejecutar el nuevo plan, no podía evitar sentir que algo iba a salir mal. Alekséi y yo estábamos jugando un juego peligroso, y cualquier movimiento en falso podía ser fatal.

Esa noche, mientras revisaba los últimos informes, recibí otro mensaje de Alekséi.

"Todo listo. Volkov morderá el anzuelo."

Le respondí con una sola palabra: "Perfecto."

Pero en el fondo, sabía que nada en esta guerra sería perfecto.




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