Entre Sombras y Fuego ( #1 saga fuego)

Capítulo 16: Un enemigo entre sombras

Narrado por Isabella

La alianza estaba sellada. Una tregua precaria, sustentada en desconfianzas mutuas y promesas rotas antes de nacer.

Era un juego peligroso, pero necesario.

Dmitri Petrovich no era un hombre que se pudiera subestimar, y aunque odiaba admitirlo, necesitábamos a Volkov y Alekséi para enfrentarlo.

Aquella noche, mientras revisaba los detalles de nuestras operaciones, no podía dejar de pensar en cómo había llegado a este punto. Mi vida siempre había sido una batalla constante, pero ahora se sentía como si estuviera luchando en un terreno que no entendía del todo.

Valentina entró al despacho con una expresión preocupada.

"Hay algo que debes ver," dijo, extendiéndome un informe.
Lo tomé y lo leí rápidamente. Mis ojos se detuvieron en una palabra clave: traidor.

"¿Qué es esto?" pregunté, levantando la vista.

"Hemos interceptado mensajes entre algunos de nuestros hombres y alguien dentro del círculo de Dmitri. Hay un topo en nuestra organización."

La noticia era un golpe que no esperaba.

En nuestro mundo, la lealtad lo era todo, pero siempre había quienes vendían su alma por dinero o poder.

"¿Tienes nombres?" pregunté, intentando mantener la calma.

"Todavía no, pero Alessia está investigando. Es solo cuestión de tiempo antes de que descubramos quién está detrás de esto."

"Que no tarde demasiado," respondí, devolviéndole el informe. "Si Dmitri tiene ojos dentro de nuestra familia, podríamos estar en peligro antes de lo que imaginamos."

"Que no tarde demasiado," respondí, devolviéndole el informe. "Si Dmitri tiene ojos dentro de nuestra familia, podríamos estar en peligro antes de lo que imaginamos."

Valentina asintió y salió del despacho, dejándome sola con mis pensamientos.

Esa misma noche, Alekséi vino a verme.

Habíamos acordado mantenernos en contacto constante mientras trabajábamos juntos, aunque cada encuentro con él era una prueba de paciencia para mí.

"¿Problemas?" preguntó al verme.

"Nada que no pueda manejar," respondí, evitando entrar en detalles.

"Eso espero. Porque si Dmitri tiene un infiltrado en tu organización, significa que sabe más de lo que pensamos."

Lo miré fijamente. "¿Cómo sabes eso?"

"Porque también tengo problemas similares," admitió. "Dos de mis hombres desaparecieron hace días, y sospecho que uno de ellos estaba trabajando para Dmitri."

La revelación me tomó por sorpresa. Dmitri no solo estaba atacando desde las sombras, sino que estaba sembrando caos dentro de nuestras propias filas.

"Necesitamos un plan," dije, apoyándome en la mesa que había entre nosotros.

"Lo primero es encontrar al topo," respondió Alekséi. "Sin esa información, estaremos ciegos."

"Mis hermanas ya están trabajando en eso.
¿Y tú?"

"Mis hombres están siguiendo pistas. Pero hay algo más."

Se inclinó hacia mí, su expresión más seria de lo habitual.

"Dmitri no solo quiere eliminarnos. Quiere tomar el control completo. Si logra enfrentar a nuestras familias entre sí, ganará sin tener que levantar un arma."

"Lo sé," respondí, aunque odiaba escuchar esas palabras en voz alta. "Pero no le daremos esa oportunidad."

Pasaron días antes de que Alessia finalmente trajera noticias.

"Tenemos un nombre," dijo, entrando al despacho con una mezcla de triunfo y preocupación. "Stefano Mancini."

Stefano era uno de mis hombres de confianza, alguien que había trabajado para mi familia durante años. La idea de que pudiera traicionarme era casi insoportable.

"¿Estás segura?" pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

"Interceptamos mensajes entre él y uno de los hombres de Dmitri. Es él, Isabella."

Asentí lentamente, procesando la información. "Tráelo aquí."

Cuando Stefano fue llevado al despacho, su expresión era una mezcla de miedo y desafío. Lo observé en silencio durante unos
minutos, dejando que el peso de la situación lo aplastara.

"¿Sabes por qué estás aquí?" pregunté finalmente.

"No, señora," respondió, aunque su voz temblaba ligeramente.

"No me mientas, Stefano," advertí. "Sé que has estado trabajando para Dmitri. ¿Cuánto tiempo llevas traicionándome?"

Su rostro palideció, y por un momento pensé que iba a negarlo. Pero entonces, bajó la mirada.

"No tenía elección," murmuró.

"Siempre hay una elección," respondí friamente. "¿Qué te ofreció Dmitri?"

"Dinero... y protección. Dijo que si no cooperaba, mataría a mi familia."

Sus palabras encendieron una chispa de furia en mi interior, pero también me dieron la confirmación que necesitaba. Dmitri estaba jugando sucio, atacando donde más dolía.

"¿Qué le has dicho?" pregunté.

"Todo... operaciones, rutas, aliados. Todo lo que sabía."
Asentí lentamente. "

'¿Y qué planea hacer
ahora?"

"No lo sé. Solo me dijo que siguiera informándole."

Miré a Alekséi, que había estado observando en silencio desde un rincón del despacho. Su expresión era inescrutable, pero sabía que estaba analizando cada palabra.

"¿Qué sugieres?" le pregunté finalmente.

"Usémoslo," respondió.

La idea era arriesgada, pero tenía sentido.

Si Stefano seguía trabajando para Dmitri, podíamos alimentarlo con información falsa, desviando su atención y ganando tiempo para preparar nuestro próximo movimiento.

"¿Puedes hacerlo?" le pregunté a Stefano.

Él asintió, aunque su miedo era evidente.

"Si intentas traicionarme de nuevo," advertí, inclinándome hacia él, "te mataré personalmente."

Stefano tragó saliva y asintió de nuevo.

Esa noche, Alekséi y yo discutimos los detalles del plan. Necesitábamos que todo fuera perfecto, porque un solo error podría costarnos caro.

"¿Crees que podemos confiar en él?" preguntó Alekséi mientras revisábamos la información que enviaríamos a Dmitri.

"No," respondí sin dudar. "Pero no necesitamos confiar en él. Solo necesitamos que haga lo que le decimos."




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.