Entre Sombras y Fuego ( #1 saga fuego)

Capítulo 17: Jugando con fuego

Narrado por Isabella

Había algo irónico en la situación. Yo, Isabella De Rossi, jefa de una de las familias mafiosas más poderosas de Italia, ahora me encontraba colaborando con Alekséi Ivanov y manipulando a uno de mis propios hombres. Dmitri Petrovich nos había forzado a jugar un juego que no quería, pero si algo sabía hacer bien, era adaptarme.

La mañana comenzó con un mensaje codificado de Alessia. Había novedades importantes.

"Isabella, Dmitri está moviendo sus piezas," dijo Alessia en cuanto llegué al punto de encuentro. Estábamos en uno de nuestros clubes nocturnos, cerrados al público durante el día. "Recibimos información de que sus hombres están enviando un cargamento a través de las rutas del Adriático."

"¿Qué tipo de cargamento?" pregunté, mi voz firme.

"Armas. Y no cualquier tipo. Esto es equipo militar avanzado. Si logra distribuirlo, su poder aumentará significativamente."

Alekséi llegó poco después, acompañado por dos de sus hombres. Su presencia siempre traía consigo una mezcla de irritación y tensión, pero esta vez parecía más centrado.

"¿Qué tenemos?" preguntó mientras se sentaba frente a mí.

Le entregué el informe que Alessia había recopilado. Alekséi lo leyó en silencio, sus ojos recorriendo cada línea con atención. Finalmente, levantó la vista.

"Si esto es cierto, Dmitri está apostando fuerte. No solo quiere consolidar su poder, sino también intimidarnos."

"Exactamente," respondí. "Por eso no podemos dejar que ese cargamento llegue a su destino."

Alekséi asintió lentamente. "Tengo hombres en las rutas marítimas. Puedo coordinar un ataque."

"Y nosotros nos encargaremos de la distribución terrestre," añadí.

Era un plan directo, pero sabía que no sería fácil. Dmitri no enviaría un cargamento tan valioso sin protección.

Esa noche, me reuní con Stefano para darle instrucciones. Su papel era crucial, y aunque no confiaba en él, necesitaba que jugara su parte a la perfección.

"Dmitri debe creer que estás trabajando para él," le dije. "Infórmale que sabemos del cargamento, pero que solo planeamos interceptarlo en el puerto. Así desviaremos su atención."

"Entendido," respondió, aunque su voz temblaba ligeramente.

"Y recuerda, Stefano," añadí, mirándolo directamente a los ojos, "si haces algo que me haga sospechar de ti, no dudaré en acabar contigo."

Él asintió rápidamente antes de marcharse.

Horas más tarde, estaba en mi despacho revisando los últimos detalles del operativo cuando Alekséi apareció. Esta vez, no traía informes ni estrategias, sino una botella de vodka.

"¿Qué haces aquí?" pregunté, levantando la vista de mis documentos.

"Pensé que podríamos celebrar nuestra alianza... o al menos, sobrevivir otro día," respondió con una sonrisa.

Lo observé por un momento antes de aceptar su invitación. Había algo intrigante en Alekséi, algo que no terminaba de descifrar.

"¿Siempre celebras antes de ganar?" pregunté mientras servía dos vasos.

"Solo cuando sé que ganaré," respondió, levantando su copa.

Nuestra conversación pronto se desvió hacia temas más personales, algo que no había anticipado. Alekséi habló de su infancia en San Petersburgo, de cómo había ascendido al poder en una ciudad llena de traición y peligro.

"Siempre pensé que la lealtad era una ilusión," dijo en un momento. "Hasta que conocí a mis hermanos. Ellos son los únicos en los que realmente confío."

"Lo entiendo," respondí, recordando a Alessia y Valentina. "Mis hermanas son mi mayor fortaleza. Y también mi mayor debilidad."

"Entonces somos más parecidos de lo que pensaba," comentó, su tono más suave ahora.

Lo miré fijamente, intentando descifrar si sus palabras eran sinceras o si solo estaba jugando conmigo. Alekséi Ivanov era un maestro del engaño, pero en ese momento, parecía sorprendentemente honesto.

La noche del operativo llegó rápidamente. El puerto estaba oscuro, iluminado solo por las luces de los barcos que se movían lentamente en el agua. Nuestros hombres estaban posicionados estratégicamente, listos para interceptar el cargamento.

"¿Estás segura de esto?" preguntó Alessia mientras revisábamos los últimos detalles.

"No tenemos otra opción," respondí. "Si Dmitri consigue esas armas, estaremos acabados."

Alekséi llegó poco después, vestido de negro y con una expresión de absoluta concentración.

"Mis hombres están listos," informó. "Esperaremos tu señal."

Asentí, y nos dirigimos a nuestros puestos.

El primer movimiento llegó más rápido de lo esperado. Los hombres de Dmitri comenzaron a descargar los contenedores, y por un momento, pensé que todo estaba yendo demasiado bien.

Entonces, se escuchó el primer disparo.

"¡Emboscada!" gritó uno de mis hombres, justo antes de caer al suelo.

El caos estalló en cuestión de segundos. Los disparos resonaban en el aire mientras corríamos a cubrirnos. Alekséi estaba a mi lado, disparando con precisión letal.

"¡Esto es una trampa!" gritó, aunque ya lo había deducido. Dmitri nos había anticipado.

"¡Retirada!" ordené a mis hombres, sabiendo que continuar la lucha sería un suicidio.

Mientras escapábamos del puerto, una pregunta resonaba en mi mente: ¿cómo supo Dmitri que estábamos aquí?

La respuesta era obvia, pero no quería aceptarla. Había un segundo traidor, alguien más cercano de lo que pensaba.

Cuando finalmente llegamos a un lugar seguro, miré a Alekséi, mi respiración entrecortada.

"Esto no ha terminado," dije, mi voz cargada de determinación.

"No," respondió, con la misma intensidad. "Solo acaba de empezar."




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.