Entre Sombras y Fuego ( #1 saga fuego)

Capítulo 45: Fuego cruzado

Narrado por Isabella

El amanecer en los Alpes era una escena de belleza fría. Desde nuestra posición, observé las coordenadas que Morozov nos había dado, un pequeño campamento rodeado por acantilados y bosques. Según los informes, el grupo rival no era grande, pero su conocimiento del terreno les daba una ventaja significativa.

Alekséi ajustaba su rifle mientras inspeccionaba el campamento a través de los binoculares.

"Seis guardias visibles," dijo, su tono profesional. "Probablemente haya otros ocultos en el perímetro. ¿Tu plan?"

"Dividirnos," respondí, sin apartar la vista del lugar. "Tú los distraes desde la colina este. Yo entraré por el flanco oeste y limpiaré el campamento."

Alekséi levantó una ceja, una sonrisa asomando en sus labios.

"¿Siempre tan directa?"

"Siempre efectiva," le respondí con una leve sonrisa.

Nos movimos en silencio, cada uno tomando su posición. Desde la colina, Alekséi comenzó su parte, disparando al guardia más cercano al centro del campamento. El sonido del disparo resonó en el aire helado, desatando el caos entre los hombres que custodiaban el lugar.

Mientras todos corrían hacia la colina, aproveché para moverme con rapidez hacia el flanco oeste. El bosque cubría mi avance, y mi silenciador aseguraba que mis disparos no delataran mi posición.

Uno a uno, los guardias cayeron. Sus gritos eran breves, sofocados antes de que pudieran alertar al resto.

Al llegar al centro del campamento, encontré una carpa más grande que las demás. La entrada estaba custodiada por dos hombres armados, pero sus movimientos nerviosos los hacían fáciles de predecir.

En cuestión de segundos, ambos cayeron. Empujé la lona y entré, lista para cualquier cosa.

Lo que encontré fue inesperado: mapas y documentos esparcidos por una mesa, junto con una pantalla mostrando transmisiones en vivo de varias instalaciones, incluida la que acabábamos de dejar.

"Interesante," murmuré mientras revisaba los papeles.

"¿Quién eres tú?"

La voz masculina detrás de mí me hizo girar, mi arma lista. Un hombre de mediana edad, claramente el líder del grupo, estaba parado con las manos en alto.

"Soy tu peor pesadilla si no hablas," respondí.

El hombre intentó negociar, pero no tenía tiempo para juegos. Una ráfaga de disparos desde afuera me indicó que Alekséi estaba enfrentando problemas.

"Hablarás o morirás. ¿Quién financia esto?" exigí, presionando mi arma contra su frente.

"Tú no entiendes," balbuceó, con el rostro pálido. "No estamos contra Morozov, trabajamos para él."

Sus palabras me tomaron por sorpresa.

"¿Qué?"

"Él nos envió aquí para distraer a los enemigos reales. Somos solo peones en su juego."

Antes de que pudiera procesar completamente lo que había dicho, Alekséi entró a la carpa, con el arma en la mano y una expresión que mostraba que había tenido una pelea difícil.

"Tenemos que movernos," dijo, mirando al hombre que estaba delante de mí. "¿Quién es él?"

"Una pieza más del rompecabezas," respondí, golpeando al hombre en la cabeza para dejarlo inconsciente. "Morozov nos usó. Este grupo no es rival; son parte de su red."

"Eso cambia las cosas," murmuró Alekséi, su expresión endureciéndose. "Tenemos que volver antes de que sea demasiado tarde."

Dejamos el campamento rápidamente, sabiendo que Morozov probablemente esperaba noticias de nuestra "misión exitosa." El viaje de regreso estuvo cargado de tensión.

"Esto no fue un simple error de cálculo," dije finalmente, rompiendo el silencio. "Morozov quería saber hasta dónde llegaríamos por ganarnos su confianza."

"Y lo hicimos parecer más competentes de lo que él esperaba," añadió Alekséi.

"Lo que significa que ahora nos tiene en la mira."

Cuando regresamos a la instalación, Morozov nos recibió con una sonrisa afilada.

"Parece que cumplieron con su parte," dijo, aunque su tono indicaba que sabía más de lo que decía.

"Los eliminamos," respondí, manteniendo mi rostro neutral. "No queda rastro del grupo rival."

"Excelente," respondió. "Eso prueba que tienen el valor y las habilidades necesarias para trabajar conmigo."

Antes de que pudiera continuar, un asistente entró apresuradamente en la sala, entregándole un informe. Morozov lo leyó con rapidez, y su expresión se endureció.

"Parece que alguien se ha tomado demasiadas libertades con mi confianza," dijo, sus ojos clavándose en los míos.

Sabía que estaba probándonos de nuevo. Sin embargo, Alekséi dio un paso adelante antes de que pudiera responder.

"Si crees que dudamos de tus intenciones, te equivocas," dijo con calma, aunque su mirada era intensa. "Estamos aquí porque vemos el potencial de una alianza. Nada más."

Morozov lo miró durante unos segundos antes de sonreír nuevamente.

"Entonces, demuéstrenlo. Tengo otra tarea para ustedes."

Miré a Alekséi, y ambos entendimos que estábamos entrando más profundamente en el juego de Morozov.

La partida apenas comenzaba, y las fichas estaban cayendo en posiciones peligrosas.




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