Entre Sombras y Fuego ( #1 saga fuego)

Capítulo 49: Llamas entre aliados

Narrado por Isabella

El día amaneció con una calma engañosa. Desde nuestra posición oculta en las colinas, Alekséi y yo observábamos el movimiento en la base de Morozov. Los camiones se preparaban para salir, cargados con un arsenal que podría desatar el caos si llegaban a su destino.

"Todo está listo," murmuró Alekséi mientras ajustaba el detonador en su mano. "En cuanto crucen la primera barricada, los detenemos."

Asentí, mi mirada fija en los vehículos. La adrenalina recorría mi cuerpo como un río furioso, mezclándose con la certeza de que esto era un punto de no retorno.

"¿Y si alguien revisa los camiones antes de tiempo?" pregunté, no porque dudara del plan, sino porque siempre buscaba anticipar lo peor.

"No lo harán," respondió Alekséi con confianza. "Viktor es demasiado arrogante. Cree que todo está bajo control."

Su nombre encendió mi ira. Viktor. El traidor, o al menos, el hombre más cercano a serlo. Desde nuestra última conversación, había reforzado mi teoría de que él estaba jugando en ambos bandos, pero necesitábamos pruebas concretas para exponerlo.

Los primeros camiones comenzaron a moverse. Sus motores rugieron como bestias salvajes mientras se alineaban para partir. Alekséi sostenía el detonador con la calma calculada de un hombre que sabía exactamente lo que hacía.

"Un poco más," murmuró, su mirada fija en los vehículos.

El primer camión cruzó la barricada, y Alekséi apretó el botón.

El estallido fue contenido, más un estruendo mecánico que una explosión devastadora. Las ruedas del camión se destrozaron, y el vehículo se inclinó peligrosamente hacia un lado, bloqueando la salida de los demás.

"¡Ahora!" grité, levantándome de nuestra posición oculta.

Alekséi y yo nos movimos con precisión, acercándonos a la escena mientras los guardias de Morozov intentaban entender qué había sucedido. Había confusión, gritos, y un caos que se expandía rápidamente como un incendio.

Logramos infiltrarnos entre la multitud sin ser detectados, utilizando la confusión a nuestro favor. Mi objetivo era claro: las cajas de armas químicas. Teníamos que asegurarlas antes de que alguien las trasladara a otro lugar.

Alekséi cubrió mi avance, eliminando a los guardias con movimientos rápidos y silenciosos. Llegué al camión inclinado y comencé a revisar las cajas. Todo estaba intacto, pero sabía que no teníamos mucho tiempo antes de que Viktor apareciera para imponer orden.

"Isabella," susurró Alekséi desde su posición. "Apresúrate."

"Estoy en eso," respondí, tomando una de las etiquetas de las cajas. Necesitábamos estas pruebas para conectar a Viktor con el contrabando.

Los minutos pasaron como horas, pero finalmente terminamos de recolectar lo que necesitábamos. Alekséi y yo nos retiramos hacia un almacén cercano, donde teníamos un vehículo preparado para nuestra huida.

"¿Qué sigue?" preguntó Alekséi mientras encendía el motor.

"Necesitamos exponer a Viktor," dije, observando las etiquetas en mis manos. "Y tenemos que hacerlo de una manera que Morozov no pueda ignorar."

Alekséi asintió, pero su expresión estaba cargada de preocupación.

"Morozov no es estúpido," dijo. "Si descubre que fuimos nosotros quienes saboteamos los camiones, será nuestra cabeza."

"Por eso tenemos que ser rápidos," respondí. "Antes de que se dé cuenta, Viktor será el único en quien pueda centrar su ira."

De regreso en nuestra guarida temporal, comenzamos a analizar las etiquetas. Cada una contenía números de serie y marcas que indicaban su origen. Pero lo más importante era un pequeño logotipo que reconocí de inmediato: la marca de una empresa fachada que Viktor utilizaba para sus negocios ilícitos.

"Esto es suficiente para incriminarlo," dije, sosteniendo una de las etiquetas frente a Alekséi.

"¿Y cómo planeas entregárselo a Morozov?" preguntó, cruzándose de brazos.

"De manera anónima," respondí con una sonrisa.

Esa noche, Alekséi y yo enviamos un paquete a la oficina de Morozov. Incluía las etiquetas, un informe detallado de las actividades de Viktor y un mensaje simple:

"Tu enemigo está más cerca de lo que crees."

Sabíamos que Morozov no ignoraría esa advertencia. Pero también sabíamos que esto nos ponía en una posición aún más peligrosa.

Al día siguiente, las consecuencias de nuestro mensaje comenzaron a hacerse evidentes. Morozov convocó a una reunión de emergencia con todos sus lugartenientes, incluyendo a Viktor.

Nos infiltramos en la reunión utilizando cámaras ocultas que habíamos colocado previamente en la sala principal. Desde nuestra ubicación, observamos cómo Morozov confrontaba a Viktor con las pruebas que le habíamos enviado.

"¿Qué es esto?" preguntó Morozov, arrojando las etiquetas sobre la mesa. Su tono era frío, pero su mirada ardía de furia.

"No tengo idea," respondió Viktor, aunque su voz temblaba ligeramente.

"No me mientas," gruñó Morozov. "Esto tiene tus huellas por todas partes."

La tensión en la sala era palpable. Otros lugartenientes miraban a Viktor con desconfianza, y podíamos ver cómo la situación se desmoronaba rápidamente para él.

"¿Qué hacemos si Viktor logra salir de esta?" preguntó Alekséi mientras observábamos.

"No lo hará," respondí con confianza. "Morozov no perdona la traición, ni siquiera la sospecha de ella."

Y tenía razón. Antes de que terminara la reunión, Morozov ordenó que Viktor fuera llevado fuera de la sala por sus guardias.

"Nos aseguraremos de que diga la verdad," dijo Morozov, y aunque no lo expresó directamente, todos sabíamos lo que eso significaba.

La eliminación de Viktor era solo el primer paso. Ahora teníamos que centrarnos en Morozov, un enemigo mucho más peligroso y astuto. Pero mientras Alekséi y yo nos preparábamos para el próximo movimiento, no podía ignorar la sensación de que estábamos atrapados en un juego mucho más grande de lo que imaginábamos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.