Entre Sombras Y Luz

LA LUZ EN LA SOMBRA

La cafetería había dejado de ser un simple lugar para tomar café; se había convertido en un refugio para David. Desde su primera visita, el ambiente acogedor y las suaves melodías que sonaban de fondo le ofrecían un respiro del caos que lo rodeaba. Las paredes estaban decoradas con fotografías de antiguas reuniones familiares y pinturas de artistas locales, creando un espacio donde cada rincón parecía contar una historia.

Sin embargo, detrás de su apariencia tranquila, David ocultaba un oscuro secreto: era el jefe de la mafia alemana. Había escalado posiciones en el inframundo criminal con una astucia sorprendente, pero a un alto costo. Cada decisión que había tomado estaba manchada con la sangre de aquellos que se habían interpuesto en su camino, y aunque su poder era vasto, la soledad y el miedo lo acompañaban constantemente.

Durante sus primeras visitas, David se limitaba a observar a María desde la barra. Su risa resonaba como una melodía que lo atraía, y cada vez que ella se acercaba, sentía un cosquilleo en el estómago. Como si cada palabra que ella pronunciara lo envolviera en una burbuja de calidez. Sin embargo, su timidez le impedía dar el primer paso.

Un día, mientras removía su café, se armó de valor y se acercó. Su primer intento fue torpe; un simple “Hola” que se convirtió en un balbuceo sobre el clima. Pero a medida que las semanas avanzaban, las palabras comenzaron a fluir con más naturalidad. David compartía anécdotas sobre su vida, mientras María lo escuchaba con atención, haciendo preguntas que lo llevaban a abrirse más.

-¿Siempre has vivido en esta ciudad?”

-No, vine de un lugar muy diferente. A veces siento que estoy huyendo de algo.”

María, con su curiosidad natural, comenzó a raspar la superficie de su vida, y David se dio cuenta de que ella no solo estaba interesada en el café que servía, sino en el hombre detrás de la taza.

Cada mañana, David se sentaba en la misma mesa, una pequeña esquina que le ofrecía una vista perfecta de la calle. María siempre le preparaba su café negro, añadiendo un toque de canela, un detalle al que David comenzaba a aferrarse. Con cada sorbo, no solo disfrutaba del sabor, sino también de la compañía de alguien que genuinamente parecía interesada en él.

Los días se convirtieron en semanas, y la conexión entre ellos se hacía más fuerte. María compartía historias sobre su infancia, sus sueños de ser artista y su pasión por la música. David, a su vez, empezó a sentirse más cómodo revelando partes de su propia historia, incluso las más dolorosas.

Una tarde, mientras la lluvia caía suavemente sobre los cristales de la cafetería, David decidió abrirse. La atmósfera íntima, acompañada por el sonido del agua, lo hizo sentir seguro.

-A veces siento que mi vida es como este clima. Hay momentos de luz, pero la tormenta siempre está a la vuelta de la esquina.”

María lo miró fijamente, con sus ojos llenos de comprensión.

-Todos tenemos tormentas que enfrentar. Lo importante es cómo decidimos lidiar con ellas.”

Esa frase resonó en David. Antes, había pensado que enfrentar su pasado era sinónimo de debilidad, pero ahora se daba cuenta de que compartir su carga podía ser liberador.

Sin embargo, esa sensación de paz se vio interrumpida abruptamente. Un martes por la mañana, mientras conversaban sobre sus películas favoritas, la puerta de la cafetería se abrió y una ráfaga de aire frío entró. David sintió que su corazón se detenía cuando reconoció a los hombres que habían llegado. Eran del grupo con el que había tenido problemas en su ciudad anterior, aquellos que había tratado de dejar atrás.

-Mira quién decidió salir de su escondite. ¿Creías que podías escapar de nosotros?”

David se sintió como si el suelo se abriera bajo sus pies. María, notando su cambio de humor, se puso de pie.

-¿Qué quieren de él? Está aquí para disfrutar de su café, igual que ustedes.”

Los hombres se rieron, y David sintió que el pánico comenzaba a invadirlo. Las risas resonaban como ecos de su pasado, y la mirada de María, llena de preocupación, lo hizo darse cuenta de que su historia no solo lo afectaba a él, sino también a quienes comenzaban a importarle.

La Confusión de David

Esa noche, mientras se sentaba en su sofá, David se sintió atrapado. La amenaza de su pasado lo mantenía en un estado de ansiedad constante. ¿Debía alejarse de ella para protegerla? El conflicto interno era desgarrador. Recordaba la risa de María y cómo iluminaba sus días, pero también sabía que su presencia en su vida podría ponerla en peligro.

Pasó horas girando en su cama, sintiendo que cada sombra que lo rodeaba se hacía más densa. La idea de perder esa conexión lo torturaba. ¿Cómo podría vivir con el peso de la culpa si algo le sucedía a ella por su causa?

Con el amanecer, David tomó una decisión. No podía dejar que las sombras de su pasado dictaran su futuro. Se armó de valor y regresó a "El Rincón del Café", donde María lo esperaba. Al entrar, sintió que el aire estaba más pesado, como si las sombras lo siguieran a cada paso.

María lo saludó con una sonrisa, pero su rostro mostraba un leve atisbo de preocupación. Ella siempre podía leer sus emociones. Se acercó a él, y David supo que debía ser sincero.

-María, necesito hablar contigo. Lo que sucedió ayer… no quiero que te afecte.”

Ella lo miró con una mezcla de curiosidad y preocupación, y en ese momento, David sintió que debía abrir su corazón una vez más.

-David, estoy aquí para ti. No tienes que cargar con esto solo.

-Hay cosas de mi pasado que aún me persiguen. Y siento que están comenzando a acecharte a ti también. No quiero que te lastimen por mi culpa.”

María, con una mirada decidida, tomó su mano.

-No voy a dejar que nadie te haga daño. Juntos podemos enfrentar esto. No tienes que tener miedo.”



#5170 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor peligroso

Editado: 28.01.2025

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