Capítulo 11: Sombras del Pasado

El otoño comenzaba a dejar caer sus hojas sobre la ciudad, tiñendo de naranja y rojo las calles que Clara recorría cada mañana. La brisa fresca traía consigo un aroma a tierra mojada y recuerdos que parecían querer acompañarla a cada paso.

Esa tarde, mientras caminaba hacia la biblioteca de la escuela, Clara no podía evitar recordar pequeñas escenas de su infancia. Momentos que antes parecían inocentes, ahora tenían un matiz distinto. Miradas tensas entre sus padres, silencios prolongados de Sofía, conversaciones a medias que solo empezaban a tener sentido. Todo formaba un mosaico de sombras que había ignorado durante años.

—¿Te pasa algo? —preguntó Julián, rompiendo sus pensamientos mientras la alcanzaba en el camino.

Clara dudó antes de responder. —No lo sé… siento que hay cosas que nunca entendí de mi familia, y ahora empiezo a verlas.

Julián asintió, con esa seriedad que a veces lo hacía parecer mucho mayor de lo que era. —Es normal. A veces descubres cosas que cambian tu forma de ver todo. Pero enfrentar la verdad es la única manera de crecer.

Al llegar a la biblioteca, Clara se sentó junto a su mejor amigo, abriendo un libro que apenas podía concentrarse en leer. Su mente seguía dando vueltas a los secretos y a las palabras no dichas. Cada frase que recordaba de su infancia parecía cobrar un nuevo significado, y con ello, una carga de ansiedad y curiosidad que no podía ignorar.

—¿Crees que alguna vez lo sabré todo? —susurró Clara, más para sí misma que para Julián.

—Tal vez no todo —respondió Julián—, pero descubrir lo importante te ayudará a entender quién eres y qué quieres.

Ese día, mientras el sol comenzaba a esconderse tras los edificios, Clara comprendió que la vida no era simplemente luz o sombra: estaba hecha de capas, de secretos, de decisiones y de momentos que, aunque pequeños, podían cambiarlo todo. Esa tarde se prometió que no huiría de la verdad, aunque doliera enfrentarla.