Clara decidió tomar una decisión arriesgada: hablar con sus padres sobre lo que había descubierto en la carta. Su corazón latía con fuerza mientras se sentaba frente a ellos.
—Mamá, papá… necesitamos hablar de algo importante —dijo, respirando hondo.
La conversación fue intensa. Lágrimas, reproches, defensas y explicaciones se mezclaron durante horas. Clara comprendió que enfrentar la verdad no era sencillo, pero era necesario para construir relaciones más honestas y profundas.