Clara finalmente decidió confrontar a su madre sobre decisiones del pasado que habían afectado a toda la familia. La conversación fue intensa y emotiva, llena de lágrimas, reproches y explicaciones.
—Quiero entender lo que pasó —dijo Clara con firmeza—. No puedo seguir guardando resentimientos.
Su madre, aunque a veces a la defensiva, comenzó a abrirse, compartiendo sus miedos y motivos. Clara sintió que, aunque doloroso, enfrentar la verdad era liberador y esencial para reconstruir la confianza familiar.