Al final de la semana, Clara se sentó frente a la ventana de su habitación, observando cómo el sol se escondía entre los edificios. Había sido una semana llena de emociones, desafíos y decisiones difíciles.
—Hoy empiezo a escribir mi propia historia —murmuró—. Habrá errores, habrá momentos de dolor, pero finalmente será mía.
La determinación y la esperanza crecieron dentro de ella. Clara comprendió que la vida estaba llena de sombras y luces, y que solo enfrentando ambas podría encontrar su verdadero camino y convertirse en la persona que deseaba ser.