Entre sombras y piel

CAPÍTULO 3 – Lo que no se dijo

El aire en esa oficina era más denso que nunca.
Adrik no se movía, y yo tampoco.
Éramos dos imanes forzándose a no chocar, a no repetir el error de acercarse… pero con cada segundo, la tensión nos empujaba un poco más.

—Voy a dejar los documentos sobre la mesa. El contrato está detallado. No hace falta más —dije, con el tono más profesional que pude reunir.

—Tú no viniste solo por un contrato —respondió él, con esa maldita seguridad que siempre me irritaba.

—¿Y tú sí? —lo reté, alzando una ceja.

Él sonrió. No por burla. Sino por algo más oscuro.
Algo que dolía.

—Yo vine por ti.

Mi cuerpo se tensó. Lo odiaba. Lo odiaba por decirlo así. Por tener el descaro de ponerlo sobre la mesa después de todo.
Pero lo que más odiaba…
era que una parte de mí también había venido por él.

—Tú te fuiste, Adrik —susurré, apenas audible—. Nadie te echó.

Su expresión cambió. La sonrisa desapareció.
Y por primera vez en años, vi algo que no esperaba: dolor.

Y justo ahí, el pasado me mordió tan fuerte que no pude detenerlo.

---

Flashback – Cinco años atrás

La noche estaba húmeda.
Las calles mojadas reflejaban las luces de la ciudad, y desde la ventana de su penthouse, el mundo parecía otro.

Yo estaba envuelta en su camisa. Su olor aún impregnado en mi piel.
Él se sentaba al borde de la cama, en silencio, sin tocarme, como si tocarme otra vez lo rompiera.

—No quiero que te vayas —le dije sin rodeos, con el corazón expuesto.

Adrik no respondió. Solo respiró hondo, como si las palabras dolieran más que cualquier bala.

—¿Es por ellos? ¿Por tu padre? ¿Por el maldito negocio?

Me miró. Y esa mirada me partió.

—Es por ti —dijo, y me sentí más vacía que nunca.

—¿Me estás dejando para protegerme? —le pregunté con la voz temblando—. ¿O porque ya no me quieres?

Sus ojos ardieron.
Se levantó, cruzó la habitación, y me besó. Fuerte. Dolido. Con furia.

—Porque te quiero más de lo que debería —murmuró contra mis labios.

Y después…
se fue.

Ni una nota.
Ni una llamada.
Nada.

Solo el silencio.

---

Valentina – Presente

—Tú me dejaste rota —dije, clavando los ojos en los suyos—. ¿Y ahora pretendes que simplemente vuelva como si nada?

Adrik se acercó un paso más. No me tocó, pero estuvo tan cerca que su respiración chocó con la mía.

—No pretendo nada, Valentina. Solo vine a recuperar lo que era mío.

—Ya no soy tuya.

Él inclinó la cabeza, susurrando con una voz que hizo temblar hasta mi sombra:

—Eso lo veremos.



#668 en Otros
#120 en Acción
#1901 en Novela romántica

En el texto hay: mafia +21 herencia, mafia amor

Editado: 26.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.