Entre sombras y piel

CAPÍTULO 15 – Lo que duele también enseña

Valentina – Presente

Las calles estaban oscuras.
Y por primera vez… no me sentí indefensa.

Encontré a Eduardo en un viejo almacén donde solíamos vernos cuando todo era confusión, juventud y heridas disfrazadas de amor.

Estaba sucio, nervioso, más delgado.
Ya no quedaba nada del hombre que una vez me controló.
Solo miedo.

—¿Viniste sola?

—¿Esperabas que trajera a Adrik?

Él bajó la mirada.

—Lo buscan. No sé quiénes son. Solo me pagaban por dar información. No sabía que iba a escalar así.

—¿Qué diste?

—Movimientos. Lugares. Personas de confianza.

El frío recorrió mi columna.

—¿Quién te contactó?

Se tensó.

—Mikhail… antes de morir, alguien más del círculo interno. Alguien que sigue cerca.

Mi sangre se congeló.

—¿Quién?

Él dudó.

—Dímelo, Eduardo.

—Tatiana.

La furia me atravesó.

Tatiana. La única mujer dentro del equipo de seguridad de Adrik. Fuerte, silenciosa. Había sido como una sombra que lo protegía.

O eso creíamos.

—¿Por qué?

—No lo sé. Dicen que lo quiere muerto… o doblegado. Que no soporta lo que tú significas.

Volví al auto sin hablar.
Manejé rápido.
Y en mi pecho, todo ardía.

---

Adrik – Más tarde

Cuando la vi entrar, supe que algo había cambiado.

—¿Qué pasó?

Ella me lo dijo sin rodeos.

—Tatiana nos traicionó.

El silencio fue brutal.

Adrik se quedó quieto.
Su mandíbula apretada.
Los ojos como fuego azul.

—¿Cómo lo sabes?

—Eduardo me lo dijo. No tenía razones para mentir. Está aterrado. Y si tú no la enfrentas, lo haré yo.

—No. No vas a arriesgarte.

—¡Ya me arriesgué! ¡Ya estoy adentro, Adrik! No me protejas como a una muñeca. Déjame ser tu igual o no me tengas en absoluto.

Él no respondió.
Solo me miró.

Y me besó.

---

Valentina – Más tarde

Fue distinto esta vez.
No fue rabia.
No fue dolor.
Fue necesidad.

Se desnudó frente a mí con los ojos brillando.

Yo hice lo mismo.
Sin miedo.
Sin vergüenza.

Nuestros cuerpos se buscaron con desesperación, pero no fue rápido.
Fue lento.
Fue profundo.

Su lengua acarició cada rincón de mi cuerpo como si quisiera grabarse en él.
Mis uñas marcaron su espalda como si pudiera dejarle mi nombre en la piel.

Me tomó en la cama. Me abrió las piernas con cuidado.
Y cuando entró en mí, lo hizo mirándome.

—No me dejes, Valentina.

—Nunca más —susurré, moviéndome bajo él—. Pero prométeme que me dejarás pelear a tu lado.

Sus labios temblaron sobre los míos.

—Te prometo… que si caigo, caeremos juntos.
Pero hasta entonces… no me sueltes.

Y no lo hice.

Me aferré a él como quien encuentra su hogar… en medio del fuego.



#1159 en Otros
#218 en Acción
#3349 en Novela romántica

En el texto hay: mafia +21 herencia, mafia amor

Editado: 26.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.