Entre sombras y piel

CAPÍTULO 17 – Lo que se revela bajo presión

Valentina – Presente

Todo estaba saliendo como planeado… hasta que dejó de ser un plan.

Tatiana se estaba acercando. Mucho.
No solo físicamente, sino en sus palabras.
Se notaba más confiada, más abierta. Y eso, lejos de tranquilizarme, me ponía la piel de punta.

Me citó en una sala lateral del edificio principal. Supuestamente para hablar sobre medidas de seguridad… pero yo lo sabía.

Me estaba probando.

—No entiendo cómo soportas a alguien como Adrik —dijo, cruzando los brazos—. Tan controlador. Tan lleno de sombras.

—No lo soporto. Lo amo —respondí sin pestañear.

Ella entrecerró los ojos.
—¿Y si te dijera que no sabes ni la mitad de lo que él ha hecho?

Me acerqué.
Mucho.

—¿Y si te dijera que estoy dispuesta a descubrirlo… sin huir?

Sus labios se torcieron en una sonrisa torcida.

—Eso te va a costar caro.

—Ya estoy pagando, Tatiana. Pero no soy la misma niña que una vez esperó a que alguien la protegiera.

Me giré para salir.
Y su voz me detuvo.

—Si sigues en esto, terminarás arrastrada con él.

—Entonces arrastrémonos juntas —susurré sin mirar atrás.

---

Adrik – Desde vigilancia

La escuché toda.
Cada palabra.
Cada tono.

Y por primera vez… sentí algo que no sabía cómo manejar.

Orgullo.

Valentina no solo estaba resistiendo.
Estaba jugando.
Y lo estaba haciendo bien.

Cuando regresó al departamento esa noche, no dije nada. Solo la observé.

Entró en silencio. Se quitó la chaqueta.
Y entonces se acercó a mí.
Me rodeó con los brazos. Apoyó su cabeza en mi pecho.

—Hoy no quiero hablar. Solo sentir que estoy en casa.

—Lo estás —respondí, acariciando su cabello.

Y la llevé a la cama.

---

Valentina – Esa noche

No hicimos el amor como antes.

Esta vez fue lento.
Silencioso.
Como si nuestros cuerpos hablaran todo lo que nuestras bocas callaban.

Me besó como si me conociera en otro idioma.
Me acarició como si cada parte de mí fuera su única verdad.

Y yo me entregué.

No por rendición.
Sino porque por fin entendía que el amor también podía ser poder.

Después, mientras respiraba contra su pecho, él me susurró:

—Tú no eres mi punto débil, Valentina. Eres mi única forma de sobrevivir.



#668 en Otros
#120 en Acción
#1901 en Novela romántica

En el texto hay: mafia +21 herencia, mafia amor

Editado: 26.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.