-Jenna por aquí-dijo la pelinegra alzando la mano.
Camine hacia la mesa en la que estaba sentada.
-Hola Nati como estas dije sentándome en la silla.Como te fue en estos dos meses-dije acomodandome.
-Estoy muy emocionada Jen me va excelente creo que si entro a la Universidad-dijo tomando su café.
-Me alegra Nati-dije con una sonrisa en el rostro.
Solo habían pasado dos meses desde que terminamos el colegio juntas era la única amiga que tenía considerando que había pura mujeres en mi colegio, ella era la única que nunca me juzgaba y me trataba bien.
-Y tu jen como haz estado-dijo llamándole al mozo-Tal vez nuevas aventuras dijo en un tono burlón
-Jaja si claro aventuras solo voy a mi casa y de ahí a la iglesia-dije un tono burlón.
-Es verdad jaja ; ya le dijiste a tu padre que carrera vas a elegir dijo mirándome fijamente.
-Sabes que no puedo sera para que me mate.
-Tienes que decirle que esa carrera no te gusta y que vas a elegir educación no tiene nada de malo-dijo alzando los hombros
-Lose Nati pero el dice que es una pérdida de tiempo y que moriré de hambre- dije agachando la cabeza.
-No me parece justo lo que hace no es que es el líder de la mejor iglesia de la ciudad , que es cristiano , entiende a las personas , quiere paz para el mundo y todo eso no tiene sentido-dijo un poco enojada.
-Si se Nati pero es imposible hablar con él es una pared llena de reglas del libro sagrado que cualquier cosa que se le presente primero tiene que ver si esta en ese libro y si no está en el es considerado pecado y calumnia -dije mirándola a los ojos-No te preocupes si aun no me inscribo a la academia puedo decirle tranquila voy a intentarlo.
-No Jenna siempre dices eso nunca tu padre confía en ti ,nunca tuviste el valor de intentarlo, mira como estas ya estamos en las nuevas eras y aun sigues usando falda larga; Es increible solo porque tu padre piense que el pantalón es algo provocador para los hombres, osea que le pasa-dijo enojada.
-Natali calmate si que puedo hacer es mi padre y siempre tiene la última palabra en mi casa, no puedo hacer nada- dije intentando calmarla.
-Vas a venir a mi cumpleaños-dijo clavando la mirada en mi.
Ya sabia que es lo que trataba de hacer sabía que mi padre no me había dado permiso para ir a almorzar a su casa de Nati.
-No- dije agachando la mirada.
-Vez de lo que hablo Jenna no estás yendo a una fiesta es un almuerzo nada más que tiene de malo, tu padre sí que es un maniático que le pasa ,no confía en ti ,es increíble-dijo poniendo su mano en su cara y negando con la cabeza.
-Mira nati ya se pero es mi padre y tengo que hacerle caso- dije levantándome de la silla.Espero que lo comprendas.
-Y ahora a donde vas solo estuviste 10 minutos-dijo levantándose ella también.
-Sabes que estamos cerca de mi iglesia y si unos de los asistentes me ve que estoy contigo le va ir a contar a mi padre y estaré en graves problemas-dije tomando mis cosas-Nos vemos otro dia Nati si, te prometo que estaré bien.
-Jenna por favor espera -dijo tomándome del brazo. No fue mi intención solo que me molesta soy tu mejor amiga y me preocupas- dijo agachando la cabeza.
-No te preocupes Nati se que te preocupas por mi -dije mirándola a los ojos. Si quieres el sábado puedes venir a mi iglesia y así ves que no es tan malo.
-Esta bien voy a ir asi tenemos mas tiempo para hablar-dijo con una sonrisa.
-Bueno entonces te espero ese día, hasta luego Nati- dije caminando a la salida.
-Adios Jenna dijo Natali despidiéndome con la mano.
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Vi a mi madre en la primera silla en el culto salude a todos los presentes que estaban cerca y me dirigí a ella.
-Hola mama -dije sentandome en la silla a lado de ella
-Hija porque tardaste? siempre llegas un poco más temprano-dijo mirándome con la duda en sus ojos.
-Ah.. este.. hubo mucho tráfico es por eso mamá-dije sonriéndole
-Esta bien hija -dijo asintiendo con la cabeza
Ya era hora de iniciar la predicación y vi a mi padre listo para dar su prédica siempre con su camisa bien planchada, su zapato bien lustrado, bien peinado, bueno lo poco que tenía y con el libro sagrado en la mano.
-Y es hora de dar pase al dirigente de esta iglesia el Pastor Carlos Galdon-un fuerte aplauso para nuestro Dios por favor-dijo el presentador mientras se retiraba con aplausos en el fondo.
-Muchas gracias hermanos ¿cómo estamos hoy? Ahora es el momento de estar cerca de Dios y escuchar el mensaje que nos trae hoy-dijo mi padre abriendo la biblia mientras se proyectaba un ppt.
Era interesante oír a mi padre sobre Dios y las maravillas que habían hecho por todos nosotros pero siempre tuve curiosidad por algo cada vez que lo escuchaba tenía la necesidad de querer averiguar porque era malo y condenado para toda la vida.
-Por eso queridos hermanos especialmente los jóvenes nunca pero nunca se metan con el yugo desigual porque si lo hacen será su eterna perdición-dijo mi padre con un tono de advertencia.
Yo sabía que era el yugo desigual que era estar con una persona que no era creyente o peor aún un mundano más conocidos como los del mundo mi padre decía que a mi edad era comun perder la cabeza y enamorarse que era algo prohibido y visto como raro incluso algo loco por eso mis padres no querían que me acercara a ningún hombre y si lo hacia tenia que ser de la iglesia.
-Bueno queridos hermanos así dice la palabra de Dios Amén-dijo mi padre terminando su prédica.
Amén-dijeron todos los presentes al unísono.
Todos empezaron a aplaudir al unísono,el presentador dio pase a la banda para poder cantar las alabanzas estos subieron y empezaron a tocar la alabanza más conocida en el cual todos los presentes aplaudían otros lloraban y algunos levantaban las manos como muestra de adoración, todos estaban contentos de poder tener al Dios todo poderoso.