CAPITULO 3

No podía dormir.

Lo que había pasado me estaba abrumando .Pensaba que mi padre era muy estricto conmigo. Sé que él tiene una reputación… pero era su reputación ,no la mía, ni de las mis hermanas. Sabíamos que íbamos a cometer muchos errores a lo largo de nuestra vida… pero él no tomaba en cuenta eso.

Decidí levantarme a tomar un poco de agua y tranquilizarme un poco.

Al momento que caminé hacia la cocina escuche como si alguien estuviese hablando me detuve un rato al frente de la puerta de mis padres y puse un oído en la puerta.

—Te dije….. Algo raro está pasando espero que no sea algo tan grave-dijo mi padre con preocupación

—Eso espero …..No me da buena espina la nueva reunión que vas a tener es como si todos supieran algo que nosotros no sabemos -dijo mi madre

—No te preocupes tal vez es el enemigo queriendo desviarnos del camino de Dios-dijo mi padre un poco calmado.Más bien, Laura, hay que orar Dios nos dira que hacer .

Me quedé un rato ahí para en la puerta

¿De qué estaban hablando? Algo que ellos no sabían… Era muy raro ,que yo sepa todo estaba bien y estaba normal, bueno eso es lo que yo creía.

Comencé a dirigirme a la cocina a tomar agua ya que de verdad tenía sed.

Me serví un vaso de agua,lo tomé y me dirigí a mi cama con ideas en la cabeza por la conversación de mis padres en la cabeza.

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—Está todo listo; se irán muy pronto.

—Está seguro de esto, es algo que no podemos hacer, ellos no tienen buena economía, tal vez ….

—Eso no nos importa tenemos que hacerlo ¿Estás con nosotros o no?

—Está bien; espero que sea algo sabio.

—Claro que lo es.

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El amanecer llegó como siempre,filtrándose por las rendijas de la ventana. Aún bostezaba,escuche algún motor viejo encendiéndose a lo lejos y un gallo que cantaba fuera de ritmo. Me puse las pantuflas, pensando que todo sería como cualquier otro día…

Miré a mi hermana que estaba aún dormida a mi lado;la sacudí para levantarla.

—Vamos Jina es hora de preparar el desayuno—dije mientras la sacudía más fuerte.

—No quiero Jena hay que dormir un poco más si ?— soñolienta.

—No sabes que mamá necesita ayuda así que vamos levántate—dije levantándome de la cama, y estirandome.

—No dejas disfrutar el sueño — dijo levantándose perezosamente.

—Ya ya te espero en la cocina tenemos que hacer el desayuno–Dije mientra me alejaba y me dirigía a la cocina.

En la cocina, el primer sonido del día fue el burbujeo tímido del agua calentándose en la tetera. Coloqué una olla con agua y empecé a meter las papas dentro, una a una,y al final puse los huevos. El vapor se elevaba y se hacía notar en el ambiente , empañando un rincón de la ventana, me senté a un lado mirando el clima de afuera apreciando el amanecer del día.

—Ya está listo el desayuno–dijo mi padre entrando a la cocina.

—Si, ya va estar listo, padre, mientras te preparo el café–dije mientras agarraba la tetera y lo servía en su vaso favorito.

Mientras le echaba las 3 cucharaditas de azúcar a la taza de café, sentí su mirada penetrante de mi padre como si me quisiera decir algo.

–Hija, lo….

–Papá–dijo Juna la penúltima de nosotras; abrazandolo con una sonrisa en el rostro.

–Juna, hija, ya te despertaste,¿Dónde está su madre? –dijo mi padre viendo llegar a mis demás hermanas.

–Está en cama, se siente algo mal, papá, el dolor de su espalda no pasa—dijo Jazmin sentándose.

—Debe ser… Escúchenme, chicas, por favor, quiero que cuiden de su madre mientras me voy. Hoy me llamaron de la iglesia; los ancianos me quieren ver, no sé porque —dijo mi padre algo extrañado.

Era muy raro que los ancianos le estén llamando a mi padre;cuando era pequeña pensaba que los ancianos eran hombres de mayor edad y es por eso que lo llaman así pero no, eran lo mayores jefes y líderes de la iglesia ni una solo cosa se escapaba de ellos era un poco raro porque, si le llamaban, es o bien para felicitarlo por ser un buen pastor o porque algo malo hizo mi padre y iban a despedirlo, y eso no nos convenía en este momento;a las justas teníamos para comer.

—No te preocupes,padre, yo la cuidare.Hoy,por suerte,es fin de semana;no tengo culto de jóvenes en la tarde,ya que se canceló porque nuestra líder está enferma–dije mirándolo.

–Está bien,Jenna,ustedes también,chicas,ayuden a su hermana–dijo mi padre señalando a mis hermanas.

—Si,Padre –dijeron mis hermanas al unísono.

—Así me gusta, bueno –miró su reloj y tomó su café de un porrazo.

–Ya me tengo que ir sino no voy a llegar a tiempo hasta luego chicas–hablando mi padre levantándose de la mesa.

—Hasta luego,papá –despidiéndose con la mano.

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—Buenas días,pastor ¿Cómo está?—estendiendole la mano y sonriendo.

—Estoy bien,gracias a Dios –dijo el pastor Carlos.

—Eso espero,hermano, que Dios lo guíe todo el tiempo–con un tono sombrío, como si algo….

—Pastor,entre,por favor,necesitamos hablar con usted–un anciano bien vestido,sonriendo de oreja a oreja.

—Está bien–dice Carlos.

Se dirige a un pasillo largo,comienza a dar pasos largos y decididos;se siente una eternidad hasta que llega a la oficina principal de ancianos.

Al llegar,mira a su alrededor:todos sentados,mirando fijamente a Carlos,que con un poco de temor se sienta en una de las sillas vacías.

—Me quieren ver–dijo Carlos dando una pequeña reverencia.

—Si,Pastor,queríamos consultarle una cosa –pauso su voz con determinación–Usted sabe las reglas de este lugar,¿Verdad?.