Entre Sombras Y Promesas

ÉL HIJO DEL PRESIDENTE

En la casa Da Silva todo parecía perfecto. Mármol en los pisos, paredes blancas, arte caro colgado en cada rincón. Pero el silencio... el silencio pesaba más que cualquier lujo.

Fernando entró por la puerta principal dejando el blazer sobre una silla. Su madre solía recogerlo con una sonrisa, hace años. Ahora nadie lo esperaba en casa... excepto las cámaras de seguridad y el eco de los pasos en el suelo brillante.

-Estas tarde - dijo una voz firme desde el despacho.

Fernando no respondió. Camino hacia la sala donde su padre, el presidente Da Silva, revisaba papeles y contestaba llamadas como si dirigiera el mundo desde su sillón de curo negro.

-¿Cómo estuvo el primer día? - preguntó sin levantar la vista.

-Normal - respondió Fernando, apoyándose en la pared

-¿Y la italiana?

Fernando tensó la mandíbula. Su padre lo sabía todo, como siempre. Nada se escapaba de su red de información.

-Nada especial - mintió.

El presidente levantó la mirada y sonrió con frialdad.

-No quiero distracciones Fernando. Tú no estás en ese colegio para hacer amigos... y mucho menos para enamorarte. Estás ahí para vigilar, influenciar y dominar. Recuerda: eres un Da Silva, ¿Entendido?.

Fernando sintió el estómago revuelto. Siempre era igual. "Vigilar, Dominar". Cómo si él fuera un peón más en la partida política de su padre.

-¿Y si no quiero jugar ese juego? - se atrevió a decir Fernando.

Un silencio helado cayó entre los dos.

-No estás aquí para querer. Estás aquí para obedecer.

Fernando apretó los puños y se fue sin decir más.

Subió a su habitación, cerró con llave y se dejó caer en la cama. Desde una de las gavetas, sacó un cuaderno de tapas negras. Nadie lo había visto nunca. Ni sus "amigos", ni su padre. Era su único secreto.

*Hoy la conocí.

No se su historia, pero vi algo en sus ojos que no puedo explicar.

Ella me odia.

Y eso, por alguna razón, me hace querer mirarla más.*

Cerró su cuaderno. Afuera el mundo pensaba que Fernando era frío, arrogante, perfecto. Pero adentro... Era solo un chico que había olvidado como se sentía el cariño real. Ya que los que lo rodeaban solo buscaban algún beneficio.

Y tal vez, solo tal vez, Isabel estaba a punto de enseñarle que es ser amado de verdad.




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