El salón estaba más ruidoso de lo normal. El profesor Miller entró con una pila de hojas en la mano y una sonrisa misteriosa.
-¡Silencio! - ordenó con voz fuerte, haciendo que todos se callaran de inmediato -. Vamos a empezar un nuevo proyecto: Conexión Global, donde deberán trabajar por parejas para presentar una exposición sobre cómo las relaciones internacionales afectan la economía de sus países. Quiro análisis, creatividad y cooperación.
El murmullo volvió. Nadie quería trabajar. Y menos con alguien que no fuera parte de su grupo habitual.
- Las parejas ya están asignadas. No hay cambios. Dijo el profesor, dejando caer las hojas sobre el escritorio.
Isabel cruzó los dedos. Tal vez le tocaría alguien neutral, alguien con quien pudiera trabajar tranquila.
Pero el Universo. o el profesor Miller, tenía otros planes.
- Rinaldi... y Da Silva.
El corazón de Isabel se detuvo por un segundo. Volteó a mirar a Fernando, que ya la estaba observando con la misma sonrisa torcida de siempre.
- ¿Casualidad - o castigo? - murmuró ella, cruzámdose de brazos.
Fernando se acercó a su mesa y se sentó junto a ella sin pedir permiso.
- Destiny, Italiana. Puro destino - susurró, apoyando un brazo en la mesa, tan cerca que ella pudo oler su colonia.
- O karma - dijo ella sin mirarlo.
-También me sirve - Le respondio Fernando con una sonrisa coqueta.
El profesor les explicó que tenían tres semanas para desarrollar el proyecto, incluyendo una exposición frente a jueces externos. Sería el trabajo más importante del semestre... y valdría el 40% de sus calificación.
Isabel respiró hondo. Si quería sobrevivir en ese colegio, no podía permitirse errores. Tenía que concentrarse, incluso si eso significaba convivir con Fernando Da Silva
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Más tarde, en casa Da Silva...
- ¿Estás trabajando con ella? - preguntó el presidente Da Silva, de pie junto a la ventana de su despacho, con una copa de vino en la mano.
Fernando asintió, sin decir más.
-Estás sonrriendo mucho últimamente... - dijo su padre con un tono oscuro -. No me gusta.
-Es un proyecto escolar, nada más.
El presidente se giró y lo miró con una espresión que lo congeló.
- Escuchame bien, Fernando. No vas a perder el tiempo con una italiana cualquiera. Esa niña puede parecer inofenciva, pero su padre representa una amenaza para mis acuerdos económicos con Europa. Y no voy a dejar que un capricho adolecente arruine mi estrategia.
- ¿Que estás diciendo?
- Voy a destruirlo. A él y a su reputación. Y cuando eso pase, tú no vas a estar cerca de ella. Si no obedeces, me encargaré de que nunca vuelvas a tener voz ni voto en nada. ¿Entendiste?.
Fernando no respondió. Solo asintió una vez y subió a su habitación. Pero algo en su interior se rompió.
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Al día siguiente....
Isabel estaba en la biblioteca cuando Fernando llegó. Se sentó frente a ella, esta vez con el ceño fruncido.
- Vamos hacer el proyecto y ya. Nada más - dijo con una voz dura.
- ¿Perdón? - dijo ella demaciado confundida ya que no entendia por que Fernando era tan bipolar.
Isabel lo miró, dolida pero firme.
- No necesito tu amistad y tampoco tus cambios de humor tan repentinos.
Fernando no contestó. Solo bajó la mirada.
Ese mismo día, en la cafeteria, un grupo de estudiantes intentó empujar a Isabel por la espalda mientras pasaban entre las mesas. Antes de que alguien pudiera reaccionar, Fernando los detuvo con una mirada asesina.
- No te atrevas de nuevo intentar tocarla, no me importa quienes sean, pero el que trate de hacerle daño, Se la van a ver conmigo - dijo en voz alta con furia contenida.
Todos se callarón. Nadie quería enfrentarlo. Nadie entendía por qué protegía a la chica que decía no soportar.
Pero Isabel sí lo entendía, Tal vez él no sabía cómo amar... pero sí sabía proteger.
#6683 en Novela romántica
amor que desafía al poder., secretos y engaños familiares., cuando el amor es un peligro.
Editado: 08.08.2025