📖 Capítulo 12: Irnos sin mirar atrás
Narrado por Meliza
Elías estaba frente a mí. No como el hombre que se fue, ni como el que volvió con una carta en el bolsillo. Estaba ahí, desnudo de excusas, temblando de miedo y amor.
—¿Te vas? —preguntó.
—Sí —respondí—. Pero no sola.
Sus ojos se abrieron, incrédulos.
—¿Qué estás diciendo?
Me acerqué. Le tomé la mano. La misma que me acarició cuando Lucía nació. La misma que tembló cuando me dijo que no podía quedarse.
—Estoy diciendo que nos vayamos juntos. Tú, yo, Lucía… lejos de Iván, lejos de las cartas, lejos del pasado que nos persigue.
—¿Y tu madre?
—Vendrá con nosotros. Melani nos espera. Tiene espacio, tiene paz. Y yo… yo quiero construir algo nuevo. Pero contigo.
Elías se quedó en silencio. No por falta de palabras, sino por exceso de emociones.
—¿Después de todo lo que hice?
—Después de todo lo que vivimos.
Lucía se movió en su cuna. Murmuró algo entre sueños. Y en ese instante, supe que no podía seguir huyendo sola. Que si íbamos a sanar, tenía que ser juntos.
—No te estoy perdonando aún —le dije—. Te estoy invitando a luchar conmigo.
Él asintió. No con palabras. Con lágrimas.
> Porque a veces, el amor no es quedarse. Es atreverse a irse… juntos.
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