Entre Sombras Y Promesas

15

📖 Capítulo 15: El precio de la libertad
Narrado por Iván

Sabía que vendría.

Elías siempre vuelve cuando está acorralado. Tiene esa mirada de lobo herido que intenta parecer fiera, pero yo lo conozco. Lo formé. Lo salvé. Lo usé.

Y ahora, quiere ser libre.

—Necesito hablar contigo —dijo, apenas cruzó la puerta de mi oficina.

No lo invité a sentarse. No lo necesitaba. Él sabía que aquí, el que marcaba el ritmo era yo.

—¿Vienes a despedirte? —pregunté, con una sonrisa que sabía que le dolía.

—Vengo a negociar.

Ah, la palabra favorita de los desesperados.

Se quedó de pie, tenso, como si cada músculo de su cuerpo supiera que estaba traicionando algo. Tal vez a sí mismo. Tal vez a ella.

—Quiero irme con Meliza y Lucía. Quiero empezar de nuevo.

—¿Y crees que puedes simplemente… irte?

No respondió. No hacía falta. Ambos sabíamos la respuesta.

Elías me debe más que dinero. Me debe su vida. Cuando lo conocí, era un muchacho con talento para desaparecer entre cifras, para disfrazar verdades con números. Lo saqué de un agujero. Le di un nombre, una red, una forma de sobrevivir. Y él me pagó con lealtad… hasta que conoció a Meliza.

—Te di todo —le recordé—. Te protegí cuando nadie más lo haría. Te cubrí cuando la policía te pisaba los talones. Te salvé de una condena que te habría enterrado. ¿Y ahora quieres irte como si nada?

—No como si nada. Quiero hacerlo bien. Por ellas.

Ah, las mujeres. Siempre su punto débil.

Me acerqué. Lo miré a los ojos. Y le ofrecí lo que creía que nunca aceptaría.

—Tres años. Trabajas para mí. Sin preguntas. Sin excusas. Solo haces lo que mejor sabes: mover dinero, disfrazar cifras, construir castillos de humo. Y cuando terminen esos tres años… eres libre.

—¿Y si me niego?

—Entonces Meliza paga. O Lucía. O tu madre, si es que aún vive. No me obligues a recordarte cómo funciona este mundo.

Vi cómo se le quebraba algo por dentro. No era miedo. Era resignación.

—Tres años —repitió, como si al decirlo lo hiciera real.

—Y luego, desapareces. Con ellas. Si aún te esperan.

Le extendí la mano. Dudó. Pero la tomó.

> Porque en este juego, nadie es inocente. Solo hay quienes saben cuánto cuesta su libertad… y están dispuestos a pagarlo.

---



#3193 en Novela romántica

En el texto hay: contenido18

Editado: 19.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.