Entre Sombras y Secretos

Capítulo 3 Encuentros Inesperados

Luca Moretti:

Desde que Elena Rossi comenzó a trabajar en Moretti & Associati, la he observado con atención. A pesar de su inexperiencia, su pasión y dedicación son innegables. Es una de esas personas que parecen encajar perfectamente en su rol, pero con una chispa que las distingue del resto. Sabía que era el momento adecuado para acercarme a ella de una manera más personal, y estos almuerzos, que ahora se han vuelto casi una rutina, me sirven para evaluar a Elena más allá de sus capacidades profesionales.

Hoy, mientras caminábamos hacia el restaurante de lujo cercano, no pude evitar fijarme en cómo la luz del sol reflejaba en su cabello, creando un halo dorado que contrastaba con el gris urbano de la ciudad. Me pregunté si ella era consciente de su magnetismo, de cómo parecía destacar sin esfuerzo incluso en un entorno tan opaco. Desde el primer día, su presencia había despertado mi interés, pero no solo por sus habilidades laborales. Había algo en ella que despertaba mi curiosidad, algo que no lograba definir fácilmente.

Nos sentamos en una mesa alejada del bullicio, buscando privacidad. El ambiente cálido del restaurante contrastaba con la frialdad calculada de la oficina. Elena, al principio, parecía un poco tensa, como si esperara una evaluación formal. Sin embargo, a medida que la conversación avanzaba, pude ver cómo se relajaba, mostrándome destellos de su verdadera personalidad.

—Entonces, Elena —comencé, buscando un tono ligero mientras nos acomodábamos—, ¿cómo te estás adaptando al ritmo de la oficina?

—Es desafiante —respondió con una sonrisa que mezclaba orgullo y cansancio—. Hay mucho que aprender, pero estoy disfrutando del proceso.

—Eso es bueno —respondí, tomando un sorbo de mi vino—. Siempre he creído que la actitud es tan importante como las habilidades técnicas. Es raro encontrar a alguien que tenga ambas.

Vi cómo sus ojos brillaron al escuchar el cumplido. Un detalle pequeño, pero significativo. La forma en que reaccionaba a los elogios revelaba su deseo de impresionar, una cualidad que en el mundo empresarial podía ser tanto una fortaleza como una debilidad. Lo que me interesaba de Elena no era solo su potencial profesional. Su reacción genuina a mis palabras me mostró que era auténtica, pero también vulnerable.

A medida que nuestra conversación avanzaba, descubrí que Elena tenía una inclinación por hablar de sus pasiones fuera del trabajo. Mencionó su amor por la literatura y su sueño de escribir una novela algún día. Su entusiasmo al hablar de sus aspiraciones me recordó que había una vida más allá de los informes y los plazos, una vida que probablemente ella aún no compartía completamente conmigo.

—¿Alguna vez has pensado que la vida te prepara para lo inesperado? —le pregunté, llevándola a un terreno más filosófico. Quería ver cómo procesaba temas más profundos.

Elena frunció el ceño, reflexionando.

—No estoy segura. Creo que la vida está llena de sorpresas, algunas buenas y otras malas. Lo importante es cómo reaccionas ante ellas.

—Interesante perspectiva —comenté, apreciando su capacidad de introspección—. En mi experiencia, esas sorpresas suelen revelarnos cosas que no sabíamos de nosotros mismos.

Seguimos conversando en un tono ameno, pero no dejé de observarla detenidamente, analizando cada gesto y cada palabra. Elena tenía un atractivo que trascendía lo físico; había una honestidad en su forma de ser que era rara en el mundo empresarial. Sin embargo, mi interés en ella no era solo personal. Había una razón estratégica detrás de estas invitaciones.

En mi mundo, la confianza es un bien preciado, y no puedo permitirme confiar en alguien sin conocer todos los aspectos de su personalidad. La mafia se infiltra en todos los rincones de la vida, y cualquier persona cercana a mí debe ser evaluada cuidadosamente. Estos almuerzos me permiten conocer a Elena en un entorno menos formal, donde las personas tienden a bajar la guardia.

Aunque mi interés parecía genuino, mi mente estaba siempre en alerta, analizando cada interacción. La forma en que Elena se comportaba en estos encuentros me ayudaba a ajustar mi propio enfoque hacia ella, calibrando la distancia o cercanía que debía mantener.

Cuando el almuerzo terminó y volvimos a la oficina, me quedé con la sensación de que Elena era alguien que merecía la oportunidad de demostrar su valor. A pesar de la profesionalidad que ambos manteníamos, no podía negar que su presencia comenzaba a ocupar más espacio en mis pensamientos de lo que había anticipado.

Elena aún no lo sabía, pero estaba siendo observada desde todos los ángulos posibles. Mi interés en ella iba mucho más allá de lo evidente. En mi mundo, la confianza y la lealtad son esenciales, y solo el tiempo revelará si Elena es una pieza clave en el complicado tablero de mi vida.



#2895 en Novela romántica

En el texto hay: mafia, secretaria, obcesion

Editado: 04.02.2025

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