Entre sombras y susurros

Capítulo 6: La Sombra que Acecha

La noche había caído con un manto pesado sobre Londres. Las calles parecían vacías, pero Elena sentía ojos invisibles siguiéndola en cada esquina. Su poder crecía, y con él, el peligro que la rodeaba.

Lucian la llevó a un callejón apartado, su presencia protectora y salvaje un contraste con la fría elegancia de Dorian que permanecía observando desde la distancia.

—Hay cosas que no puedes enfrentar sola —dijo Lucian—. La ciudad está despierta, y no todas las sombras son benevolentes.

Elena asintió, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. Lucian representaba fuerza y deseo, un peligro que la atraía a cada instante. Pero Dorian… Dorian era misterio y elegancia, un enigma que la mantenía alerta y curiosa a la vez. Su secreto estaba contenido en los retratos, y aunque él no hablaba de ello, cada gesto, cada mirada, la hacía querer descubrirlo.

—Elena —susurró Dorian desde la penumbra—, no todas las historias terminan como esperan. Algunos deseos pueden consumirlos a ustedes… y a los que aman.

El rugido de un animal rompió el silencio. Una figura emergió de la sombra: un hombre-lobo desconocido, su pelaje oscuro y ojos brillando con furia. Lucian avanzó, su cuerpo preparado para la lucha, mientras Elena extendía sus manos y dejaba que la energía que había sentido días atrás fluyera a través de ella.

Chispas doradas surgieron de sus dedos, iluminando la oscuridad y desviando el ataque. La criatura retrocedió, sorprendida, pero el peligro apenas comenzaba.

—Tu poder está ligado a algo más grande —dijo Dorian, acercándose lentamente—. Lo que tocas no solo despierta magia… también despierta lo que ha sido escondido por siglos.

Elena lo miró, con el corazón latiendo entre miedo y deseo. No podía negar la atracción que sentía hacia él, ni el ardor que Lucian despertaba en su interior. Entre los dos hombres, la línea entre pasión y peligro se difuminaba, y cada decisión parecía tener un costo imposible de calcular.

La criatura desapareció en la niebla, pero Elena supo que no sería la última amenaza. Entre sombras y susurros, la ciudad respiraba, y ella estaba en el centro de un destino que no podía ignorar.

—Tienes que elegir en quién confiar —murmuró Lucian, tomando su mano—. Porque tu poder y tu corazón están conectados, y quienes te amen podrían ser los primeros en perderse contigo.

Elena cerró los ojos y sintió cómo su magia se mezclaba con el miedo, la pasión y la curiosidad. La noche estaba viva, Dorian la observaba con un misterio que la consumía, y Lucian la protegía con una intensidad que la hacía temblar.

Y mientras la niebla se cerraba a su alrededor, Elena comprendió que su vida jamás volvería a ser la misma. Entre fuego, sombras y susurros, había cruzado un umbral del que no habría retorno.



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En el texto hay: misterio, amor, sobrenarutal

Editado: 22.09.2025

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