Entre sombras y susurros

Capítulo 7: Susurros del Pasado

La mansión parecía respirar con ella. Cada paso que daba en los pasillos resonaba como un eco que traía recuerdos que no eran suyos. Los retratos la observaban con ojos llenos de secretos, y Elena sintió que cada vez que los miraba, más se acercaba a comprender algo que no podía nombrar.

Dorian Gray apareció en la biblioteca, su porte impecable y su expresión impasible. Sin embargo, había algo en su mirada que esta vez no podía ignorar: un dejo de preocupación, sutil, apenas perceptible, que hacía que Elena quisiera acercarse y descubrirlo.

—Tus habilidades crecen más rápido de lo que imaginaba —dijo Dorian—. Pero no todo poder es benigno. Algunos atraen cosas que ni siquiera el tiempo puede contener.

Elena frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir? —preguntó, sintiendo un nudo de ansiedad y curiosidad.

—Que lo que despiertas con tu magia… no es solo tuyo —respondió él, caminando lentamente entre los estantes—. Hay secretos que esperan, esperando que alguien con tu sangre los libere.

Antes de que pudiera preguntar más, un rugido familiar hizo que su corazón se acelerara. Lucian emergió de la penumbra, sus ojos amarillos brillando con intensidad, y su postura protectora y salvaje hacía que Elena sintiera una mezcla de miedo y deseo imposible de ignorar.

—Estás jugando con fuerzas que no comprendes —gruñó, acercándose a ella—. Pero si quieres aprender, tendré que enseñarte a controlarlas.

Elena respiró hondo, y por primera vez comprendió que no podía elegir entre el misterio de Dorian y la pasión de Lucian: ambos formaban parte de su mundo ahora, y cada uno le ofrecía algo que el otro no podía.

Dorian se inclinó hacia ella, su voz un susurro que parecía acariciar el aire:
—Escucha los susurros de los retratos. Ellos conocen historias que no debes ignorar… y tal vez encuentres allí respuestas que ni yo puedo darte.

Elena extendió las manos, dejando que la energía fluyera a través de ella. Una chispa dorada iluminó la habitación, y por un instante, los retratos parpadearon, como si respiraran. En uno de ellos, notó un rostro familiar: no era un retrato común, sino un reflejo de alguien que parecía conocerla desde siempre. Y en la mirada de Dorian, vio un secreto que aún no estaba lista para descubrir.

Lucian tomó su mano con fuerza, su calor contrastando con la fría elegancia de Dorian.
—Tu poder puede cambiarlo todo —dijo con voz grave—. Pero también puede destruirlo todo si no aprendes a controlarlo.

Elena cerró los ojos, sintiendo que cada latido de su corazón estaba conectado a algo más grande, algo que unía pasión, peligro y misterio. Entre sombras, susurros y fuego, comprendió que su destino no era elegir entre Lucian o Dorian: era aprender a vivir en un mundo donde ambos eran indispensables, y donde cada decisión tenía consecuencias que podrían perseguirla para siempre.

Y mientras la noche se cernía sobre la ciudad, los retratos parecieron inclinarse hacia ella, como si quisieran recordarle que la historia que estaba escribiendo apenas comenzaba.



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En el texto hay: misterio, amor, sobrenarutal

Editado: 22.09.2025

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