Entre sonrisas y cicatrices

CAPÍTULO 2 — “Mis crespos dijeron NO"

Desperté y supe que algo estaba mal. No por la hora—aunque sí, iba tarde—sino porque mis crespos habían tomado una decisión importante sin mí: no iban a cooperar. Me miré al espejo. —Por favor, solo un poco de orden —suplicé. Un mechón se levantó como saludando. Otro se enredó en mi collar. El de la derecha decidió curvearse en dirección contraria a la humanidad. Perfecto. Drama nivel capilar. Intenté crema, agua, un poco de gel, un pacto con el universo. Nada. —Bueno —respiré—. Seremos… expresivos hoy. Bajé a la portería y la señora Marta casi se atraganta con su café. —Mi niña… ¿qué pasó? —Mis crespos están ejerciendo su derecho a la libertad —susurré. Ella me miró con lástima. Lástima real. Apenas salí, el viento decidió sabotearme por deporte. Mis crespos: ¡Fiesta! Yo: ¡Auxilio! En la esquina, un señor vendiendo dulces me dijo: —Uy, eso sí es volumen. —Es personalidad —contesté, mientras un mechón me golpeaba el ojo. En la estación del metro, una niña me señaló sin piedad. —Mami, mira, ella tiene el pelo como un torbellino. —Gracias —le dije—, hoy estoy en modo huracán categoría emocional. Subí al vagón y un tipo me miró como si yo fuera un experimento fallido. —¿Eso es natural? —Lamentablemente sí —respondí. Llegué a la agencia medio viva, medio despeinada, totalmente avergonzada.Laura, mi compañera, abrió los ojos. —Amiga… ¿luchaste contra un ventilador? —Contra la vida —dije, dejando mi bolso. Y de repente, como si el universo quisiera rematarme, escucho esa voz fría y perfectamente irritante: Alexander. Se quedó en la puerta, analizándome como si fuera un edificio mal diseñado. —Interesante… forma. —Son crespos —respondí, intentando aplastarme un mechón rebelde. —Parecen en desacuerdo contigo. —No estamos en nuestro mejor día. —Lo noto —dijo con esa frialdad que podía congelar un volcán. Yo solo quería desaparecer en una nube… y mis crespos ya estaban haciendo su mejor intento. Y así empezó mi mañana: tarde, humillada, despeinada… y con Alexander mirando mis crespos como si fueran un pecado arquitectónico.



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En el texto hay: amor celos, jefe ceo frío y serio, jefe empleda

Editado: 27.11.2025

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