Entre sorbos y tropiezos

Capítulo 28 – “El beso accidental”

El viernes llegó con la promesa de caos y risas. Camila y Andrés estaban organizando la sala de reuniones para una presentación interna, cuando Tomás, como siempre, decidió “ayudar”.

—¡Cuidado con la silla! —gritó mientras empujaba una de las ruedas, sin darse cuenta de que estaba justo detrás de ellos.

Camila y Andrés se agacharon al mismo tiempo para recoger papeles que habían caído al suelo.
Y entonces… pum.

Se encontraron cara a cara, respirando fuerte, con sus frentes casi tocándose. La risa nerviosa de ambos fue interrumpida por un golpe: la silla de Tomás chocó contra la mesa, enviando unas carpetas al aire.

—¡Ahhh! —gritaron los dos a la vez.

En medio del caos, Camila tropezó ligeramente, y Andrés reaccionó rápido para sostenerla. Solo que… no fue suficiente para evitar que sus labios se rozaran accidentalmente.

El silencio se hizo absoluto. Ambos parpadearon varias veces, como intentando procesar lo que había pasado.
—Yo… eh… —balbuceó Camila, empujándolo suavemente—. Esto… no contaba.
—Claro, accidental… —respondió Andrés, con una sonrisa nerviosa, mientras se limpiaba un pelo fuera de lugar—. Muy accidental.

Jimena y Tomás aparecieron justo en ese momento, con ojos como platos.
—¡Ohhh! —exclamó Jimena—. ¡Eso fue totalmente intencional!
—¡Sí! —gritó Tomás—. Lo vi todo, fue romántico y todo eso.

Camila le lanzó una carpeta a Tomás, que apenas logró esquivarla.
—¡No digan nada! —gruñó—. Fue… un accidente total.

Andrés la miró, todavía con la sonrisa dibujada.
—Accidente o no… me gustó.

Camila sintió que el corazón le dio un vuelco.
—Eso… no debería decirlo.
—Bueno —replicó él, divertido—, entonces no digas nada. Pero creo que podemos repetirlo… con intención la próxima vez.

Ella rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír.
—Eres imposible.
—Y tú deliciosa cuando te enfadas —contestó él, guiñándole un ojo.

Ese día, mientras todo el equipo seguía trabajando (y susurrando sobre el “accidente romántico”), Camila y Andrés compartieron miradas furtivas, risas contenidas y, por primera vez, la sensación de que la guerra había llegado a su fin… o al menos, que se transformaba en algo mucho más divertido y cercano.



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En el texto hay: amor, odio, gracioso

Editado: 13.10.2025

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