Capítulo 16: No me olvides

El viento soplaba con suavidad, cargando el aire con el aroma de los árboles y el sonido lejano del agua en la fuente del parque.

Ethan aún sentía la calidez de los recuerdos en su mente, como si las imágenes de su infancia con Iria hubieran quedado tatuadas en su piel.

Pero había algo inquietante en todo eso.

No recordaba haber vivido esos momentos hasta ahora.

Iria estaba de pie frente a él, mirándolo con una expresión serena, pero en sus ojos había algo más. Algo que no estaba ahí antes.

—Ethan… —su voz sonó suave, pero con un matiz que lo hizo sentir incómodo—. ¿Por qué me miras así?

Él parpadeó, sin darse cuenta de que la había estado observando en silencio.

—No lo sé… —murmuró.

No podía explicarlo.

Cada vez que la miraba, sentía que algo dentro de él cambiaba.

Era una sensación imperceptible al principio, como un leve cosquilleo en el fondo de su mente, pero con cada momento que pasaba junto a ella, esa sensación se hacía más fuerte.

Como si la presencia de Iria estuviera dejando una marca más profunda en su memoria.

Pero, ¿por qué?

El viento sopló suavemente entre ellos, moviendo su cabello con delicadeza. La luz del atardecer le daba un brillo dorado, pero Ethan sabía que no era rubia. No era un reflejo físico… era un reflejo de ella.

Era como si la luz misma la rodeara, como si la existencia de Iria tuviera algo que lo hacía imposible de ignorar.

Un silencio se instaló entre ambos.

Ethan no podía apartar la mirada.

Sus ojos recorrieron cada pequeño detalle en ella, como si estuviera descubriéndolos por primera vez.

Cómo jugaba con su cabello cuando estaba nerviosa. Era un gesto simple, pero se dio cuenta de que lo había visto muchas veces antes.

Sin embargo, lo inquietante era que nunca se había detenido a notarlo.

¿Por qué?

Cómo su sonrisa parecía brillar incluso cuando no había luz.

Había algo en ella que iluminaba su entorno, algo que hacía que cualquier espacio se sintiera menos vacío cuando estaba a su lado.

Pero, ¿era así de especial desde el principio?

Cómo sus ojos se fijaban en él con una intensidad que no entendía.

Había algo en su mirada que no parecía de este mundo.

No era solo dulzura, no era solo calidez…

Había algo más profundo en esos ojos. Algo que parecía decirle:

"¿Cuánto tiempo tardarás en darte cuenta?"

Su pecho se sintió extraño.

Como si algo dentro de él estuviera despertando.

No sabía qué era, pero era algo fuerte. Algo que estaba empezando a tomar forma dentro de él.

—Siempre has sido importante para mí —dijo ella de repente.

Su voz sonó suave, pero había algo en su tono que lo dejó sin aliento.

Su corazón se detuvo por un segundo.

No fueron solo sus palabras.

Fue cómo las dijo.

Iria no lo decía con timidez, ni con duda. No era una confesión repentina, ni una frase lanzada al viento sin razón.

Lo dijo con certeza.

Como si fuera un hecho innegable.

Como si, de alguna manera, lo supiera desde hace mucho más tiempo que él.

—Aunque a veces parezca que no lo recuerdas —añadió.

Ethan sintió un escalofrío.

Algo en sus palabras lo inquietó profundamente.

Lo decía como si supiera algo que él no.

Como si, en algún momento…

En algún otro lugar…

Ya hubieran tenido esta conversación.

Pero eso era imposible.

¿O no?

Ethan entreabrió los labios, queriendo preguntar algo.

Pero antes de que pudiera hacerlo, Iria sonrió.

Una sonrisa dulce, serena, pero con un matiz de algo más.

Algo que lo hizo sentir un nudo en la garganta.

—Espero que no me olvides.

Ethan sintió que el aire abandonaba sus pulmones.

Por primera vez en mucho tiempo, su cuerpo se tensó completamente.

Fue como si algo dentro de él se rompiera en ese instante.

Un hilo invisible, una barrera que mantenía separadas dos partes de su mente, se desgarró sin aviso.

Y entonces, los recuerdos llegaron como un golpe.

Su vida antes de conocer a Iria en los sueños pasó por su mente en un solo instante.

Sus amigos, su familia, su historia…

Sus relaciones pasadas.

Los momentos que compartió con ellos.

Las conversaciones, los sentimientos, las emociones que alguna vez había sentido.

Pero ahora, por primera vez, se sintió ajeno a esos recuerdos.

Algo no encajaba.

Algo había cambiado.

¿Qué tanto había cambiado?

¿Su vida antes de Iria era la misma?

Sus amigos parecían ser los mismos, pero ya no recordaba con certeza cómo se volvieron cercanos.

Sus recuerdos de infancia estaban borrosos, pero ahora aparecían nuevas piezas que antes no estaban.

Y luego estaba ella.

Su antigua relación.

Esa persona con la que compartió tanto…

¿Aún existía en este mundo?

Un pensamiento frío y aterrador lo golpeó de repente.

"¿Y si todo lo que viví antes de verla por primera vez en un sueño… nunca existió?"

El viento sopló más fuerte.