El brillo de la pantalla iluminó su rostro en la penumbra de su habitación.
Sophie: "Hola… sé que no hablamos mucho, pero…"
Ethan sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Dejó el teléfono sobre la cama y se pasó una mano por el rostro. No podía ser una coincidencia. No después de lo que acababa de descubrir.
Sophie nunca fue su novia en esta realidad.
En su teléfono, en su galería, en sus mensajes… no había ningún rastro de su relación. Y sin embargo, ella le estaba escribiendo.
¿Por qué ahora?
¿Cómo consiguió mi número?
¿Qué es lo que realmente quiere decirme?
Ethan no respondió. Se acostó de lado y cerró los ojos, intentando forzarse a ignorarlo.
Pero su mente no dejaba de darle vueltas al mensaje.
Era imposible que fuera solo una coincidencia. Justo después de descubrir que su relación nunca existió, Sophie lo contactaba de la nada.
Sentía su respiración más pesada, su corazón latiendo con una inquietud que no sabía explicar.
¿Por qué ahora?
¿Acaso ella también notó que algo cambió?
¿O simplemente es otra parte de mi vida que sigue transformándose sin que lo pueda controlar?
Pero lo que más le perturbaba no era la incertidumbre.
Era el hecho de que una parte de él quería responder.
Una parte de él quería saber qué tenía que decirle.
Porque, aunque su relación hubiera sido borrada en esta realidad…
Sus sentimientos seguían ahí.
Y ese pensamiento lo aterraba más que cualquier otra cosa.
El día siguiente, Ethan se encontró con Sophie en la universidad.
No se esperó verla tan pronto, pero ahí estaba. De pie, a unos metros de distancia, hablando con un grupo de compañeros.
Por un instante, su mundo pareció ralentizarse.
El bullicio de los pasillos, las conversaciones entre estudiantes, el sonido de pasos y puertas abriéndose… todo se desvaneció cuando sus miradas se encontraron.
Sophie dejó de hablar con los demás. No hizo ningún gesto brusco ni mostró sorpresa, simplemente lo miró.
Y sonrió.
Una sonrisa tenue, natural… pero con algo más escondido en su expresión.
Ethan sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Su reacción fue automática: desvió la mirada de inmediato y siguió caminando.
No podía sostenerle la mirada. No cuando había tantas preguntas en su cabeza.
¿Desde cuándo Sophie me miraba así?
¿Desde cuándo siquiera se fijaba en mí?
Era como si ella supiera algo que él no. Como si, de alguna forma, esperara verlo ahí.
Ethan intentó ignorar la sensación extraña en su pecho. Se obligó a caminar con normalidad, a respirar con calma.
Pero a pesar de sus intentos, su corazón latía más rápido de lo normal.
Esa noche, Ethan seguía sin poder sacarse la inquietud de la cabeza.
Había intentado concentrarse en cualquier otra cosa. Escuchó música, revisó sus apuntes, incluso se obligó a ver algún video sin sentido en su teléfono. Pero nada servía. Su mente seguía volviendo al mismo punto.
Volvió a desbloquear la pantalla.
El mensaje de Sophie seguía ahí. Sin respuesta.
Lo leyó una vez más, buscando algún indicio en sus palabras. Buscando una razón para ignorarlo.
Pero no la encontró.
Respiró hondo. Sus dedos flotaron sobre el teclado, dudando por unos segundos más de lo que debería.
Finalmente, escribió algo.
Ethan: "¿Por qué me escribes de repente?"
El mensaje se envió en un segundo.
No esperaba una respuesta inmediata, pero su teléfono vibró casi al instante.
Sophie: "No lo sé… solo siento que debería hacerlo."
Ethan frunció el ceño.
Se incorporó en la cama y apoyó la espalda contra la pared. Algo en sus palabras no encajaba.
No tenía sentido.
¿Qué significa eso?
"Sentir que debería hacerlo."
Se pasó una mano por el rostro. Ese tipo de respuesta solo lo confundía más.
Su instinto le decía que no era un mensaje sin importancia. Que Sophie lo estaba midiendo, esperando ver cómo reaccionaba.
Pero, ¿por qué?
Si en esta realidad ellos nunca habían tenido una historia juntos, ¿qué la llevaba a buscarlo ahora?
No tenía pruebas de que Sophie recordara algo de la realidad original.
Pero había algo en la forma en que le hablaba, en cómo lo miró en la universidad…
Algo que le hacía sentir que esto no era un simple mensaje casual.
Antes de que pudiera analizarlo más, su teléfono vibró de nuevo.
Otro mensaje.
Sophie: "Tal vez suene raro, pero… ¿podemos hablar más? Siento que hay cosas que debo decirte."
Ethan sintió un escalofrío.
"Cosas que debe decirme."
Se quedó mirando la pantalla. Su pulgar se movió por reflejo hacia el teclado, pero no escribió nada.
No respondió.
No podía.
Apagó la pantalla y dejó el teléfono sobre la mesa de noche.
Se quedó mirando el techo de su habitación, atrapado entre la confusión, la curiosidad…
Y un miedo que no sabía cómo explicar.