Entre Sueños y Destinos

Capítulo 19: Las huellas de lo que fuimos

El mensaje de Sophie seguía ahí.

Ethan lo había leído varias veces, pero no había respondido.

No sabía si era porque no quería, o porque no podía.

Se quedó mirando la pantalla del teléfono, atrapado en la confusión.

Y sin darse cuenta, su mente lo arrastró al pasado.

El aula estaba en silencio. Era una de esas tardes en las que el calor se filtraba por las ventanas y hacía que la clase pareciera eterna.

Ethan estaba en su último año de secundaria y, aunque siempre había sido sociable, no se fijaba demasiado en los estudiantes de los grados menores.

Pero esa tarde, su atención se desvió.

Sophie estaba a unos asientos de distancia, inclinada sobre su cuaderno con el ceño fruncido. Su bolígrafo se movía en el aire como si dudara antes de escribir.

Ethan no pudo evitar notar su expresión.

Se veía concentrada, pero al mismo tiempo... perdida.

Sin pensarlo demasiado, se inclinó un poco hacia su dirección.

—¿Estás bien?

Sophie levantó la vista con un leve sobresalto. Sus ojos se encontraron con los de Ethan por primera vez, y por un momento, no respondió.

Parecía dudar.

—Solo... no entiendo bien esto —dijo al final, señalando su cuaderno.

Ethan miró lo que había escrito. Era un problema sencillo, pero parecía enredado en su cabeza.

—Creo que lo estás complicando demasiado —comentó con una leve sonrisa.

Sophie frunció los labios, pensativa.

Su ceño se frunció levemente mientras miraba su cuaderno, como si tratara de entender el problema desde otro ángulo. Su bolígrafo se movía entre sus dedos, pero no escribía nada.

—Tal vez —murmuró, sin mucha convicción.

Ethan apoyó un codo en su mesa, inclinándose ligeramente hacia ella.

—Mira —dijo, tomando su bolígrafo y escribiendo una línea clara en la hoja de su cuaderno—. Si lo ves desde aquí, tiene más sentido, ¿no?

Sophie bajó la mirada y observó lo que Ethan había escrito.

Por un momento, su expresión se mantuvo seria, analizando la solución. Luego, la tensión en su rostro desapareció y soltó una risa suave, como si se sintiera tonta por no haberlo visto antes.

—Oh... ya veo —dijo, y levantó la mirada hacia Ethan.

Y entonces, sonrió.

No fue una gran sonrisa ni un gesto exagerado, sino una de esas sonrisas pequeñas, espontáneas, que surgen cuando algo genuinamente te alegra.

—Gracias.

Ethan parpadeó.

No estaba seguro de por qué, pero algo en su pecho se sintió diferente por un instante.

Su sonrisa era ligera, natural... pero se quedó grabada en su mente con más intensidad de lo que esperaba.

Ethan asintió, apartando la mirada y volviendo a su posición.

No pensó demasiado en ese encuentro en ese momento.

Pero luego, comenzó a notarla más a menudo.

Y lo curioso fue que, a partir de ese día...

Sophie también empezó a notarlo a él.

Los días pasaron, y sin darse cuenta, Sophie y Ethan comenzaron a cruzarse cada vez más.

Al principio, eran simples coincidencias. Un cruce de miradas en los pasillos. Un momento fugaz en la fila de la cafetería. Un par de segundos en los que sus ojos se encontraban antes de seguir con sus respectivos días.

Pero con el tiempo, esos encuentros dejaron de sentirse tan casuales.

A veces era en la biblioteca, donde Sophie hojeaba un libro sin realmente leerlo, mientras Ethan se concentraba en sus apuntes... solo para levantar la vista y verla allí, mirándolo de reojo.

Otras veces, era en las escaleras, donde ella pasaba a su lado y le dedicaba una sonrisa breve, casi como si estuviera esperando su reacción.

Al principio, Ethan no lo pensó demasiado.

Pero luego, empezó a esperarlo.

Era extraño. No hablaban demasiado, pero cuando lo hacían, Sophie tenía una forma de mirarlo que lo dejaba con una sensación cálida en el pecho.

No era solo el contenido de sus conversaciones, sino la manera en que Sophie se inclinaba levemente cuando le prestaba atención, el brillo en sus ojos cuando se reía de algo que él decía.

Una tarde, cuando Ethan salió de la biblioteca después de un largo rato estudiando, la vio en la entrada, apoyada contra la pared, con los brazos cruzados.

Parecía estar esperando a alguien.

Cuando él pasó junto a ella, Sophie levantó la mirada y sonrió.

—¿Te vas ya? —preguntó con naturalidad.

Ethan se detuvo.

—Sí, ¿y tú?

Sophie dudó un segundo.

—Creo que voy a quedarme un poco más.

Ethan levantó una ceja.

—No parece que tengas ganas de estudiar más.

Sophie se rió suavemente, cubriéndose la boca con una mano.

—Tal vez no.

Ethan la miró por un momento.

Hubo algo en la forma en que la luz del atardecer se reflejaba en su cabello. Algo en la manera en que sus ojos se fijaban en él con una expectativa silenciosa, como si esperara que él dijera algo más.

Y en ese instante, se dio cuenta.

Le gustaba verla sonreír.

Y lo peor de todo era que quería volver a verla hacerlo, una y otra vez.

El tiempo pasó, y sin darse cuenta, Ethan y Sophie comenzaron a compartir más momentos juntos.

No era algo planeado, simplemente... sucedía.

A veces eran largas conversaciones en la escuela, donde el tiempo pasaba sin que lo notaran. Se sentaban en los pasillos después de clases, hablando de todo y de nada, perdiéndose en anécdotas y tonterías sin importancia.

Otras veces, eran los mensajes que se extendían hasta la madrugada. Esas conversaciones en las que ninguno de los dos quería ser el primero en despedirse.

"Ya es tarde, deberíamos dormir."

"Sí, tienes razón."



#3145 en Fantasía

En el texto hay: fantasia, romance

Editado: 07.04.2025

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