Entre Sueños y Destinos

Capítulo 20: Lo que quedó después de nosotros

El sol se filtraba entre los edificios, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas. El aire de la tarde era fresco, pero no lo suficiente como para incomodar. Era uno de esos momentos simples, donde el mundo parecía más pequeño, más tranquilo.

Ethan y Sophie caminaban juntos, sin rumbo fijo, dejando que sus pasos los guiaran.

Llevaban rato así, sin hablar demasiado. Sophie jugueteaba con la manga de su suéter, de vez en cuando pateaba una piedrecilla del suelo. Ethan miraba de reojo sus gestos, preguntándose en qué estaba pensando.

Y entonces, lo dijo sin pensar.

—A veces eres rara.

Su tono era ligero, casi en broma, acompañado de una sonrisa que intentaba ocultar lo que realmente quería decir.

Sophie giró la cabeza y lo miró con curiosidad, con ese brillo en los ojos que aparecía cuando algo le llamaba la atención.

—¿Por qué lo dices? —preguntó, ladeando la cabeza.

Ethan se quedó en silencio por un instante.

No era una simple pregunta.

Era un pensamiento que lo había acompañado por mucho tiempo. Algo que lo había inquietado en las noches en las que Sophie desaparecía sin aviso, en los días en los que su calidez parecía estar tan cerca... y al mismo tiempo, tan lejos.

Pensó en las respuestas cortas en los mensajes.
En las veces que su nombre quedaba en visto por horas, incluso cuando él sabía que ella estaba en línea.
En cómo a veces sus palabras eran distantes, como si estuviera hablando con una extraña.

Pero luego, en persona...

Sophie era diferente.

Su voz, su risa, la manera en que lo miraba. Todo en ella le hacía sentir que sí le importaba, que lo que compartían era real.

Y eso, eso era lo que más lo confundía.

Quiso preguntarle.

Quiso decirle:

"¿Por qué te alejas?"
"¿Por qué siento que a veces quieres estar conmigo y otras veces parece que no existo?"
"¿Por qué no puedes ser la misma siempre?"

Pero cuando abrió la boca, algo en su interior lo detuvo.

¿Y si la respuesta que obtuviera no era la que quería escuchar?

Sophie seguía observándolo, esperando su respuesta.

Pero Ethan solo sonrió, desviando la mirada.

—Nada... olvídalo.

Ella parpadeó, como si pensara en insistir, pero al final solo dejó escapar una risita.

—Siempre dices cosas raras.

Ethan forzó una sonrisa.

Tal vez.

Pero lo que él sentía... no tenía nada de gracioso.

Mientras seguían caminando, la sensación en su pecho no desapareció.

Era la misma que había sentido todas aquellas veces en las que Sophie parecía estar con él... pero al mismo tiempo, tan lejos.

Como si una parte de ella siempre estuviera en otro lugar.

Y Ethan, sin saberlo, ya temía el día en que esa parte terminara de alejarse por completo.

Ethan parpadeó.

Pero no estaba en su habitación.

Todavía estaba allí, atrapado en los recuerdos.

Recordó los días en los que, sin darse cuenta, su relación con Sophie se volvió confusa.

No sabía en qué momento exacto las cosas comenzaron a cambiar, pero lo sintió.

Al principio, fueron pequeños detalles.

Mensajes que antes fluían con naturalidad ahora se sentían más forzados.
Llamadas que duraban horas se reducían a minutos con respuestas cortas.
Las escapadas que solían emocionarlos ahora eran pospuestas una y otra vez.

Ethan intentaba convencerse de que no pasaba nada.

Que era solo una mala racha.
Que Sophie seguía ahí, como siempre.
Que él solo estaba imaginando cosas.

Pero la sensación no desaparecía.

Seguía sintiendo que Sophie estaba con él... y al mismo tiempo, que no lo estaba.

Era como si siempre tuviera un pie dentro y otro fuera.

Como si no pudiera decidir si quedarse o alejarse.

Y eso lo estaba destrozando.

Porque Ethan no entendía qué había hecho mal.

Él la quería. La quería con todo lo que era.

Pero no podía seguir sintiéndose así.

Como si estuviera esperando algo que nunca iba a llegar.

Esperando que Sophie tomara una decisión. Esperando que le dijera si realmente quería estar con él o si solo estaba prolongando lo inevitable. Esperando que, por una vez, dejara de ser tan incierta.

Pero esa respuesta nunca llegó.

Y un día, sin previo aviso, él simplemente dejó de escribirle.

No porque no la quisiera.

No porque la hubiera olvidado.

Sino porque ya no podía soportarlo más.

Y entonces, la separación se hizo real.

Sophie le escribía de vez en cuando.

Pequeños mensajes, como si nada hubiera cambiado.

Pero Ethan no los respondía.

No porque no le importara.

Sino porque le dolía demasiado.

Y cuando finalmente creyó que había logrado alejarse de ella, cuando pensó que Sophie tal vez lo había dejado ir...

Se enteró de que había comenzado a fijarse en alguien más.

Alguien de su edad.

Y eso lo destruyó de una forma que no supo cómo explicar.

Porque mientras él aún luchaba contra el torbellino de emociones que ella había dejado en su vida, Sophie simplemente... siguió adelante.

Pero lo que más le dolió no fue que se fijara en otra persona.

Fue que, a pesar de eso...

Siguió escribiéndole.

Como si todavía hubiera algo entre ellos.
Como si no hubiera pasado nada.
Como si él pudiera seguir siendo parte de su vida sin que eso lo destrozara.



#4374 en Fantasía

En el texto hay: fantasia, romance

Editado: 07.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.