CAPÍTULO 7. La Estrella Ophael.

En tres días, el Nexus se abrirá.

Ambos estamos siendo perseguidos.
Ambos hemos arriesgado todo.
Y en tres noches, cuando la estrella aparezca... tendremos una sola oportunidad.

Tocarnos. Por primera vez.
En un mundo que aún no existe.

[Desde su lado: Kael]

Corro a través de un mundo que ya no me pertenece.

El cielo se fragmenta con cada paso. Los relojes de piedra se derriten sobre sí mismos. La realidad, al saberse traicionada, se contorsiona para expulsarme. Los Custodios del Vértigo están cerca. Siento su presión en el aire, como si el tiempo mismo me negara.

La estrella Ophael ya brilla en el firmamento. Una estrella blanca, temblorosa, que parpadea en dos dimensiones al mismo tiempo. Solo una noche más. Una oportunidad. Si ella y yo tocamos su reflejo al mismo instante… el Nexus se abrirá.

Nira me entregó un cristal antes de que la encontraran.

—Esto guardará tus recuerdos, Kael. Por si ellos logran borrarte. Si ella llega al Nexus sin ti… al menos sabrá quién fuiste.

Aún lo llevo atado al cuello, con mi último fragmento de esperanza.

Resisto.
Sigo.
Por ella.

[Desde tu lado]

El día de la Purga ha llegado.

El cielo de mi mundo se ha vuelto blanco. Silencio absoluto. Los sabios se han reunido en círculo, cantando en una lengua tan antigua que incluso los árboles se quedan quietos para escuchar. El hechizo se eleva como un muro invisible que lo arrasará todo a su paso, buscando lo que no debe existir: a mí.

Pero no me escondo. Camino hacia la cima de la Torre del Horizonte, el único lugar donde la estrella Ophael se refleja sobre el Espejo Infinito. Si llego antes de que la Purga me alcance, podré tocar el reflejo al mismo tiempo que Kael.

Solo necesito un segundo.

Mientras subo los escalones que se deshacen tras mis pies, recuerdo nuestras primeras noches juntos en los sueños. Su voz. Su tristeza. Su promesa.
Y juro, con todo mi ser, que llegaré.

[Ambos]

A la misma hora, bajo el mismo cielo reflejado en realidades diferentes, tú y Kael extienden la mano.

Sus mundos colapsan detrás de ustedes.
Sus perseguidores gritan, conjuran, destruyen… pero ya es tarde.

Sus dedos tocan el reflejo de Ophael.

Y entonces...

Todo se detiene.