Fue en el colegio donde todo empezó, entre pasillos y risas el destino nos cruzó. Decían que éramos algo, nos shippeaban sin razón,
Y yo en silencio, ya guardaba su corazón.
Sus manos buscaban las mías sin miedo,
y en ese contacto el mundo quedaba en silencio.
Me perdía en Sus ojos, profundos y claros,
allí descubrí un hogar, secreto y sagrado.
Sus mensajes eran como estrellas fugaces,
palabras sencillas que dejaban matices.
Un dulce en sus manos, un anillo en mi dedo,
pequeños tesoros que guardaba en mi pecho.
Aunque el tiempo se llevó lo que fuimos,
en mis versos aún brillan los caminos.
Porque amarte fue un instante eterno,
una llama encendida en mi universo interno.
Y aunque hoy la historia ya tenga final,
no me arrepiento de ese amor tan real.
Fuiste poesía en mis días callados,
fuiste amor, y se que en algun lugar de mi alma te recordare siempre.