un corazón melancólico, triste, se desborda.
Un romance perdido, un amor ya helado,
una historia de pena, por siempre narrado.
Los recuerdos de dicha, ahora son dolor,
dulce y amargo eco de un viejo amor.
Los susurros de ternura, ahora son un suspiro,
ecos de un adiós que se fue al olvido.
La luna arriba, con su brillo espectral,
ilumina el pesar del alma mortal.
Las estrellas en lo alto, un mar que centellea,
reflejan las lágrimas que mi rostro flaquea.
En esta noche oscura, lo busco sin fin,
un sueño fugaz, un amor que no tiene confín.
Un amor perdido, un corazón quebrado,
una pena que mi alma no ha nombrado.
El viento aúlla, su lamento fatal,
mientras vago perdido en este amor abismal.
La oscuridad me envuelve, un sudario callado,
un alma orgullosa, un corazón cansado.
Mas aún me aferro a lo que se fue,
a un amor perdido que en mí aún ve.
Dulce recuerdo de lo que pudo ser,
poema triste, tragedia de querer.