El día siguiente Lily busco temprano a Kiny para llevarla al centro comercial donde compraría la ropa necesaria para el certamen de belleza aunque su fe había mermado cuando se dio cuenta que las cosas iban a estar reñidas. Ahora muchas mujeres que incluso no eran modelos entrarían a la competencia solo por el dinero. Fluctuando los ánimos fueron a uno de los centros comerciales más reconocidos de la ciudad.
—Segura que no debo ir a limpiar el bar.
—Si.—Afirmo Lily con su vista puesta a la carretera.
—Bueno pero después debemos ir a limpiar.
—Primero escoge el vestido Kiny, después haremos lo demás, ahora lo importante es ganar. —Kiny quería mantener el secreto de la competencia, en las personas más cercanas que pudiera, porque si no ganaba. —Que para ella era lo más seguro—. Nadie se enterara de eso, pero se lo tuvo que contar a la señora Lily porque no podía contenerlo en su pecho, necesitaba hablar con alguien de eso, aunque a la única persona que tenía cerca era a la señora Lily. La señora también era entusiasta en el tema de las competencias, casi que salía un brillo de voluntad que no tenía ni una adolescente.
—Si señora. —Afirmo con ímpetu.
Llegaron al centro comercial, la señora se aparcó afuera en la calle, y después de eso buscaron un vestido apropiado. Las tiendas estaban completamente repletas de vestidos estrepitosos y bonitos, ellas descartaron la opción de probárselos todos. La mejor opción era ir por los más bonitos. Aunque parecía una tarea imposible.
Poco después de tres largas horas en el centro comercial perdieron la esperanza, ya estaban cansadas y estresadas con el agua al cuello y no encontraban nada que hiciera ver la belleza de la chica para imponerse en frente de las otras modelos.
—Perdimos.—Dijo Kiny resignada.
—De eso nada muchacha aún quedan varias tiendas.—Kiny sonrió con esperanzas perdidas—. Vamos.—La señora con fuerzas arrastro a Kiny hasta la siguiente tienda.
Se probaron algunos vestidos, y aunque las primeras ofertas no parecían nada convincentes las segundas fueron mejorando, hasta que compraron un vestido. Kiny miro con una sonrisa de seguridad a Lily, el vestido era bueno, ¿pero sería suficiente?, regresaron a la casa para guardar el material comprado. Tomaron unos batidos para relajarse y después regresaron al bar.
Esa misma tarde Kiny volvió al bar y limpio todo perfectamente, en la noche asistió a la fiesta donde se apasiono con Klein, más tarde la señora Lily la llevaría hasta casa, para mañana volver a empezar todo. Así pasaron unas semanas. Hasta que Klein decidió dar un paso más.
Un día llego en la tarde cuando Kiny estaba trabajando con un ramo de flores y chocolates a su lado, ¿para qué? Tenía el motivo de formalizar la relación de ambos. Con pena en los pómulos se le declaro a Kiny, esta al ver como el chico se ponía bien tímido por su culpa y la ternura de sus besos, lo que la hizo caer en sus brazos y ahincar con la cabeza diciendo sí. La señora Lily sintió una gran alegría al ver que la chica que antes solo buscaba un trabajito, ahora se había echado un buen novio. El muchacho tampoco es que era el chico perfecto, pero si era alguien que la quería y la buscaba cosa que le gustaba a la señora.
Pactaron para salir, ese mismo jueves por la tarde. Kiny estaba emocionada, tanto que la señora Lily tuvo que calmarla de que le diera un soponcio. La chica se calmó pero ahora debía buscar más ropa para la cita, cosa que llego de improvisto, después de unas horas Lily con una sonrisa en la cara volvió al centro comercial de la compañía de su hija adoptiva Kiny para buscar más ropa, esta vez no dieron tantas vueltas y escogieron algo más sencillo, jeans y una blusa.
Volvieron al bar para terminar el día, cosa que no costo mucho, la celebración fue en grande, tanto era el júbilo de la señora que invito dos rondas libres en la barra para cualquiera que se acercara, juntas tiraron la casa por la ventana ese noche. La mañana siguiente Lily le dio le día libre a Kiny para que se viera con Klein. Ese día recordó lo que era dormir hasta muy tarde, las cosas se le volvían un dejavu. Poco más tarde de una hora la chica se fue a encontrarse con Klein, se puso lo que había comprado, toda su vestimenta le quedaba perfecta, hasta atrapaba miradas por la calle.
Llego al restaurante chino, lo primero que pensó fue <<Es caro>> valoraba a los sitios que su chico la llevaba. Klein esperaba en la mesa con ansias, moviendo los dedos de arriba abajo. Impaciente por que llegara la chica de sus sueños. Cuando la vio pasar por las mesas del restaurante, se levantó de la silla y la recibió con un beso en el cachete y posteriormente uno en la mejilla. Le indico que se sentara y poco después pidió una orden de arroz chino.
Después de que entraron en calor Kiny decidió contarle sobre la audición en el casting, Klein se asombró mucho, la felicito y deposito un beso en sus labios. La chica estaba emocionada el júbilo resaltaba en sus ojos, parecía que el deseo que pidió hace poco se había vuelto una realidad. Aunque no había ganado el casting para decir que era modelo profesional, pero si no lo ganaba el consuelo sería una buena forma de buscar otro casting y así hasta que pudiera encontrar uno en el que ganara. En cierto punto de la conversación respecto al enamoramiento repentino que estaba viviendo Kiny, ella pregunto algo que había obviado por completo.
—¿Klein cuántos años tienes?
EL chico se echó de hombros, la pregunta le había incomodado. Kiny pensó que la locura de hacerle esa pregunta pudo empezar por el ideal que tenía, sobre no tener a nadie con menos edad que ella, en una relación estable. Aunque era una posibilidad remota el chico se veía muy mayor.
—Es muy importante para ti saber eso.—Klein pregunto con los ojos clavados al baso del agua.
—Si un poco.—Suspiro.
—Tengo 20 años.
Kiny quedo sorprendida.
—¿Qué? Eres más joven que yo.
—Pareces muy sorprendida.
—Si un poco.—Jugo con su cabello.
—No creo que eso vaya a ser un impedimento para nuestra relación.
—No para nada. —Kiny se sentía extraña y engañada a la vez, pensaba que Klein era una persona mayor, aunque resulto siendo un niño, pero tampoco solo podía sacarlo de su vida, así por así, los momentos que habían pasado en verdad que eran buenos, muy buenos y había disfrutado las cosas que hacían en el bar. Decidió dejarlo pasar, su silueta era madura y le gustaba como la hacía reír en conjunto con sus mimos, tenía buen olor y además cuidaba su aspecto personal, claro que calificaba para novio, exonerando que daba muy buenos besos.
—Ahora comamos. —De lleno el chico arremetió con el bon de arroz chino.
Kiny comió con él a gusto y en medio de la comida Klein lanzo una de sus bromas haciendo que Kiny casi vomitara la comida de tanto reír, los demás clientes del restaurante se quedaron viéndola con ojos escrutadores, aunque para Kiny no era nada. Poco después salieron del restaurant ya se había hecho la tarde, Klein decidió llevar a Kiny a haber una película, vieron un drama en el cine más cercano, ella recostó su cabeza en su hombre y acurrucados vieron una motivadora película, después la cogió de las manos por el largo camino de regreso a casa—Era la primera vez que lo hacía— poco después de recorrer el camino Klein dejo a Kiny en la puerta de la casa, le dio un beso corto en los labios, que duro como cinco segundos, y después se despidió de ella. Así salió de su barrio. Y Kiny se quedó en la cama pensando en ese bonito día, con el pecho lleno de ilusión. Soltando sonrisas tontas.
El día de la audición llego, Kiny se preparó con el vestido que había comprado y se fue demasiado temprano al centro. La competencia de las modelos estaba en boca de todos, Karina acompañaría a Kiny ese día. La chica de cabello oscuro llego temprano a la casa de Kiny.
—Estas lista.—Dijo ella sin ver a Kiny desde la cocina.
—Sí, ya voy.—Kiny poco después salió con el vestido puesto.
Karina cuando vio a Kiny completamente arreglada se sorprendió como nunca. Jamás había visto a Kiny vestida así, completamente era distinta del resto.
—¡Wow! ¿Enserio Kiny?—Kiny sonrió con una mueca picara.
—Si —Jugueteo un poco con su cuerpo haciendo poses— ¿cómo me veo?
—Vas a ganar.
—No te hagas tantas ilusiones.
—Tu deja lo negativa.
—Ya veremos.—Kiny se negó a hablar más con Karina y cogió su bolso con su kit de respaldo. Maquillajes pañuelos toallas húmedas absolutamente todo para ejecutar un plan de contingencia.
Kiny se dio el lujo de llamar a un taxi, la señora Lily hoy no la podía llevar ya que tenía que estar presente en el bar para cuando llegara un nuevo pedido de licores importados. Pero ella no se daba por vencida antes de tiempo. El taxi las llevo a la ubicación del concurso, un edificio alto en el centro, ambas miraron a la entrada del edificio, estaba repleto con competidoras de todas las regiones. Muchas chicas de todas las formas hacían una cola para entrar al edificio. Kiny trago saliva al ver la larga fila y sintió en su estómago una puntada.
—Tranquila Kiny vamos allá. —Karina giño el ojo, acto seguido pago el taxi y salieron del carro.
La gente se empezó a fijar en la chica del vestido elegante que pasaba por la alfombra roja de bienvenida, la prensa y paparazis fotografiaban todo. Kiny quedaba cegada cada vez que las cámaras tomaban una foto por efecto del flash. Poco después paso hasta donde las competidoras estaban haciendo la cola, la última era una chica blanca de cabello rubio, muy mona que tenía muy buen cuerpo. el concurso había traído a muchas mujeres de todo el país solo para ese edificio abarrotado de prensa competidoras ejecutivos y jurado. Kiny estaba nerviosa aunque no lo dejaba ver a nadie.
—¿Tienes tu carnet de participante?—Pregunto Karina.
—Si.—Kiny reviso en su bolso.—Aquí esta.
—Entonces ahora te deseo suerte, impresiona al jurado.
—Sí. —Kiny solo podía decir monosílabos de tanto estrés.
Poco a poco fueron llamando al resto de participantes, las chicas pasaban sin ninguna dilación a el interior de un puerta grande, allí estaba el jurado y un fotógrafo por lo que decían los chismes de pasillo en la central. Kiny sentía cada vez más miedo y preocupación, veía como las mejores modelos de la ciudad salían con una cara de resignación, ella habían perdido por completo, si ellas que tenían experiencia e influencia habían perdido que se esperaba para sí, Kiny era una novata que tenía los pelos de punta.
En la puerta quedaban más de tres chicas las cuales pasaron a hacer su debut con gran rapidez. Así los contrincantes se iban eliminando una tras otras cayendo sin descanso. Los berrinches de las modelos consentidas no hacían falta en la sala, varias llegaron a armar un espectáculo solo para atraer la atención de la prensa, cosa que funcionó perfectamente ya que las fotografiaron e hicieron un reporte sobre ellas. Solo faltaban dos muchachas más para que Kiny debutara, está nerviosa y los ánimos se le bajaban y subían a placer como una montaña rusa, en ciertas ocasiones le dio ganas de vomitar, no podía negarse que tenía pánico.
La chica rubia ya había pasado al otro lado de la sala, solo faltaba ella, pocos minutos después un hombre de traje la llamo. Kiny un poco nerviosa fue hacia él.
—Tu nombre favor.
—Kiny López. —Musito bajito, pero a pesar de ello el hombre escucho. Y la anoto en el cuaderno.
—Pasa, siéntate en el sillón.
Kiny hizo caso al chico y paso, el pasillo era largo, había otra puerta en la esquina del mismo, allí fue donde estaban el resto de la chicas debutando. Kiny se hiperventilo poco a poco estaba entrando en pánico otra vez. La calma se le escapaba cual agua en colador.
—Siguiente.—Escucho un grito en dirección de la puerta. Enseguida la chica rubia salió con una cara de espanto, roja como un tomate e incapaz de mirar a alguien. Y sus labios estaban tirando maldiciones a diestra y siniestra.
—Te toca—Dijo el hombre y apunto a la puerta con su boca.
Kiny ahínco con la cabeza y enseguida fue a la dirección, camino despacio por el pasillo y con algo de voluntad lleno su pecho con orgullo. Entro en la sala, inmediatamente pudo ver a tres personas, un hombre de como cincuenta años con papeles en su mano, después a un hombre un poco más joven como de 30, y una mujer bellísima que era productora, la conocía de sus trabajos en la moda.
—Hola.—Dijo ella. las miradas de los jurados se posaron en ella.
—Pasa y siéntate. —El hombre mayor apunto con un bolígrafo a una banca en medio de un telón blanco.
Kiny obedeciendo fue y se sentó con parsimonia. Cuando estuvo sentada el jurado empezó a lazarle preguntas. El nombre, direcciones y más, ella respondió todas con confianza y se fue sintiendo cada vez más cómoda. Poco después ellos evaluaron su vestimenta, el vestido impresiono mucho al jurado. Kiny sonrió.
—Ahora por favor, levántate y pasa a la siguiente sala, allí un fotógrafo va a hacerte unas fotos.
Kiny emocionada fue directamente a donde se le indicaba. El fotógrafo estaba recostado a la pared rascándose la entre pierna, y mascando algo de chicle. Cuando vio el jurado entrar con la chica se reincorporo. Le dio varias indicaciones a Kiny, primero tomaron unas fotos libres, luego con unos ciertos utensilios. Y más tarde detrás de un papel tapiz en que traía la imagen de una fiesta. El fotógrafo se sentía a gusto con la presencia de la chica, estaba interesándole más y más.
—Un descanso.—Pido el fotógrafo.
El jurado volvió a la otra sala para ver cómo estaban las calificaciones, el fotógrafo le ofreció agua a la Kiny con una sonrisa en la cara.
—Lo haces muy bien.
—Sí. Gracias.
—Sabes no tienes fotógrafo que te haga los trabajos.—Kiny negó con la cabeza—. Bueno espera un momento.—Busco entre los bolsillos traseros hasta sacar una tarjeta—. Me llamo Daniel. Esta es mi tarjeta búscame cuando necesites algún trabajo. —Kiny inmediatamente tomo la tarjeta de Daniel—Continuemos.—Grito en el estudio, poco después los jurados entraron.
La sesión de fotos estaba cada vez más emocionantes pero por recortes de tiempo tenían que parar, los jurados escrutaron las opciones y solo quedaron en que la llamarían. Kiny sonrió con resignación, había perdido, sabía que une “la llamaremos” era nada más que la pérdida total. Pero bueno ya estaba consciente de ello, cogió su bolso y salió de la sala cabizbaja pero no con un sabor amargo en la boca, aún tenía la tarjeta de ese fotógrafo. Cosa que ninguna otra participante había mencionado, en cierta parte había ganado.
Cogió la tarjeta y en menos de lo que cantaba un gallo reviso lo que decía sin poner cuidado a quien estaba en el pasillo, en su parte frontal estaba el nombre del fotógrafo Daniel O´ Toniels. Y detrás de ella, un correo electrónico y un número telefónico. Así siguió hasta salir del vasto pasillo, aun había muchas concursantes por debutar, aunque ella solo estaba prestando atención a la tarjeta, hasta que tropezó con un hombre de frente.
—Te encontré.—Dijo la voz del hombre.—Kiny trato de disculparse y miro hacia arriba.
—!Tu!—Dijo ella impresionada. Sus ojos se dilataron hasta casi salirse de sus cuencas y su voz se quebró un par de veces.
—Si Kiny, soy Fernando. Al fin te encontré. —El hombre sonrió haciendo que se marcaran dos hoyuelos en la cara.