Entre Tu Mirada y La Mía

Capítulo 9


—Fer…Fer… Fernando. —Kiny se sorprendió. 
—Si Kiny, me moría por verte. 
—¿Qué haces aquí?
—Venías a ver el casting. —Ella frunció el ceño.
—¿Te dejan estar aquí?
—A verdad es que no lo sabes, yo soy el que convoco el casting.—Explico Fernando—. Tenía que encontrarte.  
La chica quedo impactada con la serenidad con la que decía las palabras le valía nada a él, aunque era un empresario, claro que tenía el poder de estar allí. Hernando se acercó por la izquierda del empresario y vio a la chica escrutándola de pies a cabeza. 
—CAP. La encontramos. —Fernando lo miro, y le giño el ojo.
—Sí. Da por terminado el casting y llama a la prensa. —El hombre llamado Hernando salió disparado a hacer lo que decía su jefe. Kiny desubicada no podía saber qué era lo que planeaba Fernando.
—¿Ya adicionaste?—Pregunto él. 
—Sí.—Afirmo con la cabeza—. Pero no gane. Solo dijeron que me llamarían. —Kiny se encogió de hombros.
—Bueno pues ya ganaste. 
—¿Qué?
—Como te lo digo, ahora has ganado. 
Kiny frunció el ceño. Extrañada por las declaraciones del empresario. 
—Ven conmigo.—Fernando la tomo de las manos y la llevo a una de las salas del edificio, donde hablaron en privado.—Te busque como nunca. Sabes le dije a mi compañero que te buscara en las agencias de modelaje, pero no te encontró ¿en cuál estas? Porque tampoco encontré nada de tu trabajo independiente.
La mentira de la empresa de modelaje se le cayó encima suyo, trago saliva con miedo de no estropear la situación y explico. 
—Pues es que, tampoco es que soy muy conocida. —Se encogió de hombros.
—No bueno pero ahora lo serás. 
—Si.—Dijo con ilusión.
—Si.—Respondió el. 
Poco después llego Hernando con su buen ánimo Kiny lo miro escrutándolo. 
—Jefe todo esta listo. 
—Bueno vamos a la sala de prensas. 
Fernando volvió a tomar las manos de Kiny locamente fueron hasta el salón repletos de periodistas. El salón albergaba algunos setenta reporteros y algunos más que eran fotógrafos, la sala estaba repleta, Kiny sintió pena al estar enfrente de tanta gente, pero debía soportarlo ya que si no lo hacía iba a perder la poca profesionalidad que le quedaba. Poco a poco  controlo su respiración. Hernando estaba detrás de ella asegurándose que los reporteros no se pusieran pesados con la ganadora. El jurado también estaba en la sala, sentados en la primera fila, y hasta el fotógrafo Daniel que se escondía entre la muchedumbre con su personalidad callada, solo vio un destello de el en donde se encontraba recostado a la columna de la pared, justamente donde estaban las largas cortinas que tapaban los ventanales. 
Fernando entro de primero para hacer el discurso de bienvenida, tomo asiento en una de las sillas centrales, después lo hizo Hernando y por ultimo Kiny quien se sentó a un extremo de la mesa. Antes de entrar a la conferencia, Hernando le susurro a Kiny que se comportara como una señorita pues medio país la estaba viendo por la televisión en vivo. Antes de hablar Fernando le dio un toque al micrófono y comprobó que estaba bien. Empezó a hablar con fluidez, tanta fluidez que nadie hizo un ruido mientras hablaba. Kiny estaba impresionada del nivel que tenía Fernando. Luego de presentarse cordialmente enfrente de casi diecisiete millones de personas. La presento a ella, Kiny López. La nueva cara de la marca más grande del país y la ganadora de dos millones. La modelo más guapa de la ciudad. Sabía que su teléfono iba a estar rota de llamadas hechas por Karina después de la noticias. 
Kiny se sintió algo incomoda las cámaras la apuntaban y la fotografiaban son cesar. Ella estaba siendo opacada por la luz, pero Fernando pidió orden inclemente en la sala y unos guardias empezaron a controlar la sala. Los guardias no dejaban que nadie tomara una foto si Fernando no lo permitía, el resto de la sesión paso con normalidad y acto seguido cerro la cadena con una despedida digna de ser presidencial, como lo haría un político profesional, después Hernando toco en los hombros a Kiny y le hizo una señal de que se parara. La chica obedeció y siguió a Hernando. Salieron de la sala y se quedaron en la pequeña sala detrás del cuarto de comunicaciones. 
—Salió bien.—Dijo Fernando relajando los hombros.
—Si colega. Ahora te dejo. —Hernando se perdió de la vista de ambos saliendo por el pasillo.
—¿Porque se va?—Pregunto Kiny mirándolo. 
—Tiene que controlar a la prensa. Son como leones en busca de carne. —Se masajeo la parte de atrás del cuello—. Cuando nos de la señal salimos. —Ella afirmo con la cabeza.
Kiny pensó que las cosas estaban más candentes que nunca, ahora se ponía a prepararse para la escapada de la prensa, después de eso iría directamente a casa para preparar la comida descansar y disfrutar la victoria. 
—Kiny te tengo que advertir que ahora estarás muy frecuentada para que firmes autógrafos.
—Creo que no hay problema con eso.
—Bueno si tú lo dices. Oye ahora que vas a hacer la nueva cara de mi marca, deberás venir más seguido.
—Bueno ese es mi trabajo, creo que no hay problema. 
Poco después de unos segundos Hernando toco la puerta dos veces que era la señal para decirle a Fernando que estaban seguros de salir. Los dos abrieron la puerta y salieron al pasillo. Nadie estaba en él, las cosas estaban despejadas. 
—Voy a preparar el auto cap. espérame aquí. —Kiny no entendía porque le llamaba así a Fernando pero tampoco pregunto nada al respecto.
—Hecho.—Inmediatamente Hernando salió del edificio a buscar el carro de Fernando. 
Fernando miro con felicidad la cara de Kiny, la había encontrado después de un mes y medio demasiado largo para él. Tanta era la felicidad que quería estrujarla y sacarle el aire de un abrazo, pero se contenía por que no era una zona segura para hacerlo, y podían correr chismes a pesar de que a él no le importaba lo más mínimo.
—Sabes te he buscado mucho Kiny, desde la fiesta. 
—Acerca de eso…—Ella mitigo— no quería decir que no, pero es que me tuve que ir en ese ínstate porque se me presento un problema muy grave que tuve que solucionar, por eso no contacte contigo, y me fui de esa manera. 
—Tranquila sé que debió ser algo urgente para que hayas abandonado la fiesta así.—Fernando se acercó a ella y le apretó una de las mejillas regordetas.
Kiny se sintió algo incomoda por lo que él estaba haciendo, pero en ese momento llego Hernando para salvarla, el carro estaba listo. Ahora ella se iría cómodamente a su casa. 
—Ven que te llevo a casa.—Fernando estaba confiado—. Me dices en donde queda. 
Fueron hasta el estacionamiento donde Fernando guardaba el deportivo de color negro con el que le gustaba conducir a alta velocidad por la ciudad. El mozo llego con el carro y salió del auto con rapidez, Fernando se subió pero antes de hacerlo, como buen caballero abrió la puerta del copiloto para que Kiny se sentara, la chica de cabello castaño se sintió alagada y honrada en montarse en un carro deportivo de tanto valor monetario, aunque era la primera vez que lo hacía. Fernando con zancadas largas se metió en el carro y empezó a conducir. Conducía de manera correcta y sin aceleraciones fuertes, mientras que mantenía el ritmo en las curvas, así dejo el edificio atrás y se dirigía a la casa de Kiny, aunque ella no le había dicho donde era. Kiny se quedó mirando el resto de los edificios, los rascacielos y los centros comerciales.  
En su cabeza le invadía la curiosidad de que sería hacer Parkourt en una de esas zonas, hacía mucho ya que no lo practicaba. Tenía que volverlo a hacer para que no se oxidara su habilidad y tuviera que empezar de nuevo todo. Miraba lo alto de los edificios y hasta se quedaba recostada y quieta en la ventana del auto contemplando también el cielo despejado, digno de un día de verano.
—¿Serán muy altos?—Dejo escapar de sus labios musitando bajito.
Fernando al escuchar que ella estaba musitando, volteo rápidamente a verla pero consiguió a una chica distraída del todo en el carro. 
—¿Que dices?—Kiny reacciono de su delirio.
—Nada solo… —Ella paro de hablar—Nada. 
—¿Segura? Parecía que ibas a decir algo.
—Solo es una tontería.—Ella se encogió de hombros.—Una simple tontería.
—Dilo.
—No.—Kiny sentía vergüenza. 
—Dilo.—Repitió Fernando con más autoridad. 
—Es una cosa de niñas. No te va a interesar.
—Vamos tu que sabes.—Fernando a pesar de no mirarla a la cara, Kiny sintió como sus ojos le estaban diciendo con honestidad que quería saber que era ese pensamiento vago.
—Solo es que quería hacer Parkourt. 
—Oh sí. Verdad tú lo practicas. —Fernando sonrió.
—Si es mi pasión.—La chica hablo con más ánimos que antes—Desde que tengo memoria. Todas las chicas del cole, se burlaban de mí porque decían que era un marimacho, pero es que no me gustaba para nada el futbol o la rayuela. Cuando hago Parkourt me siento libre. Me entiendes es una sensación que se puede comparar como el bailar. Como escuchar tu canción favorita o hasta más. No puedo describirlo —Ella suspiro—Pero es magnífico. Cuando das un salto sientes que el tiempo se para, y cuando aterrizas vuelves en sí, me gusta sentir esa adrenalina que se experimenta cuando lo haces en lugares peligrosos o llevándolo al extremo. Es como mi droga. 
—Bueno además de ser una modelo eres una poeta. —Bromeo Fernando. Kiny no pudo evitar reír. 
—No nada de eso, solo digo que me siento más viva cuando practico Parkourt. 
—¿Dónde es tu casa?
—Sigue esta calle te daré las indicaciones. 
Kiny le dio las indicaciones correctas a Fernando y con buen pie en el pedal el hombre hizo el resto llevándola hasta su casa, entro en el barrio de manera elegante, y poco después la gente empezaba a hacer bululú por el carísimo deportivo que vino a dejar a Kiny en su casa. Fernando antes de dejar a Kiny, pidió su número de teléfono para estar en contacto con ella, no solo para llamarla, sino para el trabajo que se venía encima con el tema del anuncio de televisión. 
—Bueno te dejo.—Dijo ella mientras salía del carro.—Nos vemos el lunes para firmar el contrato.
—Si.—Fernando miro a los lados, vio la casa escruto el barrio y miro a la gente—. Cuídate, nos vemos el lunes estaré en contacto contigo. 
—Bueno si me necesitas llámame.—Kiny cerró la puerta del deportivo, Fernando hizo rugir el motor y después se fue dejando una huma rasquera en el aire. 
Kiny se dio un giro de talones y fue directamente a abrir la puerta para meterse en la cama lo único que iba a hacer era echarse como un perezoso en el árbol, no pensaba hacer nada más. O eso creía, cuando abrió la puerta la señora Lily estaba esperando en la sala con Karina, las dos juntas. 
—Hija que alegría que estas aquí. Felicidades has ganado —Enseguida se le echó encima y le dio un fuerte abrazo—. Que alegría, pero cuéntanos como es todo. En hora buena.
—Gracias señora Lily.
—En hora buena amiga.—Karina se sumó al abrazo grupal. 
—Gracias a las dos de verdad. 
—Ahora eres millonaria.—Dijo Karina. 
—Deja lo tonta soy la misma de siempre, y ni siquiera he firmado el contrato.—La señora Lily rio suavemente—. ¿Qué hay de comer?
Karina y Lily se miraron antes de echarse a reír. 
—¿Como que nada?
—Estábamos preocupadas por ti.—Repico Lily.
—No estaba muriendo. Si no en una audición de talentos.
—Bueno haremos algo de comida ven.—Karina cerrando la discusión tomo de la mano a Kiny y la llevo a la cocina para preparar el almuerzo. 
Después de que prepararon el almuerzo las cosas se calmaron en la casa y alrededor de las seis de la tarde Lily se fue para el bar, mucho después como a las diez Karina se quedó dormida y Kiny pudo por fin descansar un poco. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.