Entre Tu Mirada y La Mía

Capítulo 15

Por el éxito progresivo de Hernando en la constructora, Fernando decidió hacer una fiesta en honor a su amigo. El esfuerzo que había puesto en la constructora era completamente abrumador. Las cosas se ponían mejores, las chicas habían aceptado ir, poco después que Fernando las invitara a todas, no le importó para nada a Fer, hacer un estruendo en la casa de la señora Lily, para complementar también invito a todos los empleados de la oficina, ellos al escuchar la noticias alabaron a su jefe en ovaciones unánimes, aplaudiendo y en ocasiones gritando, aunque Fernando no le gusto que hicieran tanto escándalo por una fiesta, y volvió a la oficina musitando entre dientes.<<Exagerados>>
Fernando sintió un sentimiento extraño mientras estaba en su silla giratoria, un sentimiento con desdén, un sentimiento yerto. Ulterior a todas las escenas anteriores a su vida, era como si en su pecho se formara un hueco, pronto lo tele transportara a otro espacio tiempo y se lo llevara lo más lejos que podía, todo esto lo causaba Kiny. Aunque quiera creer que solo era un capricho, para el empresario la chica modelo se había convertido en oxígeno, para sus pulmones. No quería propugnar las idea de un matrimonio aun, parecía que era una cosa exagerada, pero si tenía esa idea de convertirse en la pareja de Kiny, claro si ella lo aceptaba, no debía poner las cartas sobre la mesa antes de tiempo, pero era muy posible que la chica lo hiciera.
Podía atisbar aquel futuro para cuando llegara a viejo con ella, aunque las cosas en el camino fueran borrosas como la niebla, aunque decidió no darle tanta cabeza al rollo, mejor pensó en valorar cada día que Dios le regalara con la linda muchacha de allí para adelante, los besos, carias y buenos momentos que pasaran juntos, la felicidad que proporcionaría su alma, y las múltiples peleas por culpa de los celos o paranoias. Cosas de la vida que terminarían adornando una sutil exigencia de amor. Banal ante los ojos de los demás sobrantes en la relación, pero tampoco lo daba por absurdo era una necesidad de cuerpo y del alma. Que era irremovible y no tenía vicario.
Así poco a poco se acordó que la fiesta iba a comenzar en unas horas, fue directamente a la casa sin retardos y se puso lo mejor que encontró, aunque no sería ropa elegante.

Ya eran las ocho de la noche  la fiesta ya iba a empezar. Kiny recordó a Fernando de que la fiesta seria a las ocho sin mencionar que debía estar puntual allí para que la señora Lily no tuviera que recibir a los invitados, que iban a ser muchos. Tantos como un ejército. El ambiente era véspero. Y con su deportivo Fernando como un bizarro corto la carretera con altas velocidades, poco después llego al bar con buen tiempo.  Enseguida el impertérrito clavo el auto con los frenos justamente delante del bar y se bajó con apresuro, en la puerta estaban Kiny y Lily esperándole.
—Vaya te puedes tardas mas.—Refuto Kiny algo molesta, poniendo sus manos en la cintura.
—Disculpa.—Se lomito a verborrea.
—Bueno ala empecemos que hay mucha gente. 
—Hola señora Lily. Muchas gracias por prestarme sus servicios del establecimiento.
—No hay de que, me halaga que un empresario venga  con sus empleados a mi bar, eso me hace publicidad.
—Pretendes sonsacar a las señora Lily.—Volvió a interceder Kiny.
—No como dices. Estas exagerando.
—Calma muchachos dejen de pelear y ahora ocúpense de la fiesta.
AL entrar vieron a la mayoría de empleados de la oficina, además a Hernando y a Lorena y a Alejandra sentadas en la barra bebiendo sin limitaciones.
—¿Entonces invitaste a alguien?—Pregunto Fer.
—Solo a Karina y a Raúl nadie más.
—Bueno. Pero antes de que empiece, quiero decirte que debemos de hablar algo muy importante, pero creo que no es el momento.  Sería muy prolijo para una celebración. Tampoco quiero sonar parco, pero creo que tenemos un asunto muy importante del cual hablar desde que llegamos de Alaska. —Kiny pensó divagada en las palabras de Fernando—. Pero anímate, después de la fiesta hablaremos.—Inmediatamente Fernando hizo una caricia en la mejilla de Kiny y se fue alejando de ella poco a poco hasta llegar a dar con Hernando.
La fiesta fue completamente una celebración tranquila y amena, nadie hizo el ridículo, Fernando pasó la noche con Kiny aunque por momentos se paraban para hacer otras cosas, aunque los sentimientos entre el alcohol y la música eran homogéneos. Hernando también se procuraba de encontrar a una chica linda, para su suerte la encontró al otro lado de la barra, allí estaba Karina con Raúl tomando una copa. Sin temor a nada Hernando vacilo entre las demás personas que se le interponía y poco después llego a la barra con esfuerzo. 
—Hola.—Karina parecía que no escuchaba así que Hernando volvió a hablar más alto—Hola.—Ella reacciono, gracias a una señal que le hizo Raúl.
—Hola.—Lo miro de pies a cabeza.
—¿Vienes sola?
—No. Con una amiga.—Dijo sagaz. 
—Ah, ¿Una copa?
—Hmmm puede ser. 
Inmediatamente Hernando mando al encargado de la barra a traer una copa.
—¿Cómo te llamas?
—Karina.
—Bonito nombre.
—Gracias.
—Nunca te he visto en la oficina trabajas con nosotros.—La algarabía no dejaba escuchar nada a Karina. 
—No. 
—Entonces eres una conocida de alguien. —Escrutaba Hernando con una ceja arriba de la otra. 
—Sí. De Kiny —Respondió Karina.
—¿ Eres modelo también?—Hernando se sorprendió con desmán.
—No… Pues he hecho varias audiciones y pues no he calificado.
—Pues se equivocan en no aceptarte. Por cierto no me he presentado, Soy Hernando Vicepresidente de la empresa y mejor a migo de Fernando alias Cap.
—Oh que interesante. 
—Si.—Enseguida el camarero trajo las copas y siguieron hablando en la barra.
Aunque Raúl presentaba ludibrio ante los hombres que venían de esa empresa, pese a que le quitaban todas las mujeres de su alrededor. Ya estaba cansado y pensó en irse de a casa, estaba completamente frustrado indemne de ordenes algunas o de críticas, más cuando casa chica con la que había venido estaba concentradísima en sus hombres, puso rumbo a la salida mirando al suelo lleno de indignación. Dolor, asco sentía todo eso en altas cantidades en su cabeza, tanto que paro un momento para recuperar el aliento, y poco después  volvió a caminar hasta tropezar con la bella chica.
—Oye cuidado.— Rápidamente el miro a la chica y quedo vislumbrado por su cabellera clara. 
—Perdón. No mire, discúlpame de verdad no fue intencional.
—Bueno está bien no tienes la culpa.—Dijo ella poniendo una de sus dulces sonrisas.
—Bueno me voy.—Dijo Raúl sin ánimos.
—¿Que si la fiesta acaba de empezar?—Exclamo Alejandra. Ella inmediatamente se dio cuenta del dolor que cargaba el chico en los ojos, mientras que solo veía lo mal vestido que estaba tal vez por la misma razón, unos jeans muy desajustados que hacían que su vota cayera al piso sin dilaciones, un suéter que le quedaba al cuerpo y debajo del suéter completamente nada. Además de un peinado horrible. Alejandra sintió compasión. —No te vayas. Quédate aquí con nosotras. —Señalo al resto. 
Raúl pensó que era una mala idea, las chicas estaban vestidas como todas unas modelos y el solo como un vagabundo cosa que no podía enmendar a menos que volviera a casa, pero como de costumbre los pensamientos endemoniados hacían que su cabeza solo fuera una brecha de sentimientos en mezcolanza pudiera ser que se estaba haciendo daño el mismo, pero tampoco demostraba que lo hacía. No dijo ni una palabra estático quedo viendo la belleza de la chica mientras respondía. Y aunque fuese una mala idea…
—Bueno está bien. Si quieres te traigo una copa soy Raúl…
—Yo soy Alejandra, y ella es…
Fernando bailaba feliz con Kiny, aunque los besos tampoco faltaron. Karina y Hernando parecían compaginar completamente en cada conversa, y Raúl bailaba bien, cosa que asombro a Alejandra. 




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