Narra Ariadna
El sábado finalmente llegó, gracias a que Edén convenció a mi padre de que pasaría por mí a las seis no tuve ningún problema, le dije a Summer que esta vez no pasara por mí en el auto de su mate ya que mi primo me llevaría a lo cual ella aceptó, estaba frente a mi tocador poniendo algo de brillo a mis labios, la blusa color rosa pálido y unos shorts negros complementaban mi vestuario, como toque final me puse un collar de oro blanco que combine con los aretes que Evan me regalo, mi cabello ondulado se resiste a ser peinado pero con unos cuantos sprays logro domar a la bestia castaña, me miro al espejo un poco más quedando satisfecha con el resultado final, aunque Eliana sea considerada la más bonita yo también tengo mis atributos y no me quedo atrás en cuanto a belleza, a mi habitación entra mi hermana que lleva un abrigo grande y rosado de conejito que le llega hasta la mitad del muslo y un libro me sonríe y yo le correspondo.
-Te ves realmente hermosa, es por Evan cierto?- Pregunta con aquella voz suave y azucarada, al igual que mi familia me molesta por mis sentimientos hacia Evan.
-Ya sabes que si…no sé si podría sentir esto por otro chico…
-Hermana, te lo he dicho un millón de veces y te lo seguiré repitiendo, Evan NO es tu mate cuando el encuentre a su otra mitad te romperá el corazón no quisiera que eso pasara…-Acaricio mis brazos sintiendo aquel mismo peso asfixiante, duele porque tiene razón si el encuentra a su mate no habrá nada que yo pueda hacer, no puedo ir en contra de los designios de la Diosa a la que tendré que rendirle tributo cuando yo sea una Alpha tan grandiosa o mejor que mi padre.
-Lo se…pero hasta que ese día llegue tratare de disfrutar de Evan todo lo que pueda…me gustaría que pudieses venir conmigo.
-Jaja Ari sabes que esas cosas no van conmigo, lo ruidoso de las fiestas me aturde y ni se diga del montón de lobos en celo- Ella se refiere a los chicos de entre 15 a 16 años que siempre se la pasan buscando sexo o ligues en esas fiestas, a mi pobre hermana le quedo el trauma cuando fue acosada por un número considerable de lobos calenturientos en una fiesta a la que fuimos con Edén, Evan y yo. Mientras Edén se peleaba con ellos nosotros tuvimos que sacarla corriendo de ahí.
Viendo que es inútil convencerla no le insisto más y me despido de ella besando su frente, bajo las escaleras con prisa al escuchar que el auto de Edén se estaciona, antes de siquiera poder llegar a la puerta escucho que mi padre se aclara la garganta y me mira con seriedad, con mi rostro de niña buena me acerco a él mirándolo con suficiencia, el me da una media sonrisa.
-Te quiero aquí antes de las dos de la mañana.
-Dijiste a las tres de la mañana?
-Dos y cuarenta y cinco, ni un minuto más.
-Hecho- Beso su mejilla y salgo por la puerta para subirme en el asiento trasero, Edén luce una camisa negra con una camiseta gris debajo, típico atuendo de fuck boy, antes de irnos reviso que mi celular este cargado y de tener maquillaje por si acaso, también algo de perfume por si me paso de copas o el olor a cigarrillo se queda en mi cabello.
-Podemos irnos de una vez?- Dice mi irritable primo a lo que yo asiento y enciende su auto, llevamos unos 15 minutos de viaje cuando nos detenemos en las entradas del pueblo.
-Hey tonto por aquí no es el camino al arroyo, ya se te olvido?
-Para nada, es solo que en este lugar debemos recoger a Meredith antes de ir a la dichosa fiesta.
-Me hubieras dicho eso, tonto.
-Aun sigues en mi auto, puedo fácilmente sacarte y que llegues sola transformada en Diandra.
-No voy a desperdiciar mi transformación solo para ir, está bien ya me callo- No sigo hablando hasta que veo que una melena color caoba se agita y luego llega hacia el auto subiéndose a mi lado, Mer luce radiante con su blusa celeste y su falda rosada, lleva recogido su cabello en una trenza de lado y el labial rosado pastel la hace ver hermosa.
-Lamento la tardanza, mi madre insistió en que debía esperar a Rony.
-Tu hermano iba a venir? No me lo dijiste en el mensaje.
-Fue un cambio de último minuto, entonces nos vamos? – Mi primo suspira y arranca nuevamente esta vez en dirección contraria, el arroyo que corta nuestra fronteras con otra manada queda a una hora de viaje por lo que mi primo hace uso de su galantería para llamar la atención de Mer pero esta simplemente no lo nota, a duras penas y lo voltea a ver con una sonrisa de cortesía pero nada más, esto hace que me ría de vez en cuando hasta que finalmente llegamos, mientras Edén busca un lugar donde estacionarse, Mer y yo vamos camino hacia la fiesta notando en el camino que algunos de ellos están bailando sobre sus autos y otros hacen retos estúpidos de quien toma más cerveza en el menor tiempo posible incluso vemos algunos de ellos que mantienen relaciones en sus autos, típico de los lobos pubertos.
La música suena fuerte mientras todos bailan y beben al ritmo de la misma, en ningún momento suelto a Mer ya que no acostumbra este tipo de lugares por lo que temo por su integridad, mientras ella y yo disfrutamos de la fiesta bebiendo un poco o moviéndonos al ritmo de la música algunos de los lobos jóvenes se acercan a cortejarnos, no hago caso a ninguno de ellos, con mi mirada yo solo busco a Evan que debería estar por aquí, hay tantas personas que sería difícil poder distinguirlo de forma clara, pasados unos minutos veo que Evan llega acompañado de Dakarí, ambos son unos levanta faldas donde quiera que vayan más sus personalidades varían, Dakarí es sumamente apuesto, mas no acostumbra mucho al contacto con las chicas y se esconde en la biblioteca muy a menudo en cambio Evan disfruta de ser el alma de la fiesta y yo más de una vez le he espantado a cuanta chica se le quiso acercar. Voltea a verme una vez que he llamado su atención y se acerca a mí junto a Dakarí.