Entre tu oscuridad y la luna

Capítulo 38 -El último aullido-

Narra Ariadna

Finalmente el día ha llegado, los riots han sido preparados durante noches y días sin descanso por el señor Cormac quién ha impuesto incluso sobre mí un entrenamiento que sería capaz de romperle los huesos hasta los mas experimentados guardías de élite.

-Levántate Ariadna!!! No que eres la digna hija de un Alpha!!?? levántate y lucha!!- No tiene que repetirmelo dos veces antes de que con una patada barra los pies de este hacíendolo caer y lanzarme sobre él a golpearlo a puño limpio, unoa brazos me rodean la cintura para separarme de él.

-Suficiente por hoy...no hay mucho que pueda enseñarte si ya sabes como es el campo de batalla Ariadna, el Alpha debe sentirse orgulloso de ti...

-No!! debe haber algo mas..debe haber algo que no sepa!!! no es suficiente para salvar a mi hermana!!!

-Ariadna!!- Su voz es firme, la voz que solamente un hombre herido por la guerra conoce.

-Puede que tengas razón, puede que haya mas cosas que yo pueda enseñarte, sin embargo, ¿De qué me serviría enseñarte si lo único que te mueve es la íra sin control?, sé que conoces el calor de la batalla, la muerte que conlleva, y la carga que es quitarle la vida a alguien más, es una carga que no debe tomarse a la ligera...y el antiguo Alpha lo sabia, sin embargo, tomó esa responsabilidad como un juego...No quisiera ver como la locura también la carcome...

Cormac tiene razón, me estaba intentando convencer de que matar a mi abuelo me haría sentir mejor...pero no se si estoy preparada para acabar con la vida de alguien, no se si estoy lista para tener mis manos manchadas de sangre, de mi sangre...

-Una última vez y ya...esta vez lo haré mejor- Me pongo en guardía empezando por puñetazos normales hacía los costados los cuales el protege muy bien, sus antebrazos son igual de duros que una roca por lo que golpearlo es realmente doloroso pero no pienso detenerme hasta tirarlo al suelo. Los entrenamientos finalizan con un discurso dado por mi padre quien menciona que saldremos por la noche, cuando la luna este en su punto más alto ya que nuestros lobos son mas fuertes en este período de tiempo.

Al día siguiente me estoy preparando para partir junto a mi padre, no tengo mucho tiempo antes de que partamos por lo que reviso por segunda vez que llevo lo necesario, mi madre entra a mi habitación con una caja de madera rectangular sin decir nada.

-Mamá, esta todo bien?

-Lamento no poder acompañarlos, pero los bebés y tu abuela son blancos facíles sin Elían escapa...lo conozco, querra sangre si sus exigencias no se cumplen.

-Descuida entiendo, la abuela y mi hermanito te necesitan.

-Si...pero no quiero que salgas a buscarla sin estar preparada, sé que Diandra es fuerte pero...una herramienta no viene mal...- Abre la caja dejando ver una pistola de corto calibre.

-Las brujas del Oeste bendijeron las balas que porta el arma, estan hechas de plata...creeme cuando te digo que Elían no es un enemigo al que debas subestimar...

-Hablas de él con tanto miedo, madre...

-Por que es un hombre aterrador, siempre temí que regresara por venganza, jamás ha perdonado a Alex ni a mi por haberle dado la espalda aquel día que el ritual salió mal.

-Pero Eliana...es inocente, la manada es inocente...¿Por qué querría tomar venganza contra todo eso?

-No es venganza, Eliana es físicamente parecida a Danae, la hija que una vez perdió, solo quiere la manada para volver a tener el control sobre algo porque ese hombre...no se concibe a si mismo como debíl, y tampoco dejara que alguien le haga pensar lo contrario, asi que...por favor mi niña, te ruego que tengas cuidado...

Antes de decir algo el último aullido de llamado suena, solo puedo atinar a abrazar a mi madre con fuerza antes de partir a reunirme con el equipo de rescate.




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