Entre Tú Stand y El Mío

Capítulo 14

Sindy despertó del sueño mientras que Sander volvía a su casa, Sindy pudo verlo antes de que se fuera, aunque su cara estaba un poco lamentable, para no decir horrible. Antes de que abriera la puerta lo encontró de frente por el pasillo. 
—¿Ya te vas?
—Si tengo que volver al stand, y tú también tienes cosas que hacer. —Su hermana, pensó Sindy rápidamente. 
—Si es verdad. Nos veremos en el centro comercial. 
—Vale nos vemos allá novia.—Sindy no supo si lo decía en broma o en realidad pero le gusto aquella forma tan delicada pero candente de decirlo. 
Solo lo hizo por ser feliz aunque la estaba poniendo en dudas pasando por una cabeza colapsada lleva de muchas cosas entre ellas los problemas, Sander era una escapatoria a esos problemas. Sindy cogió sus maletas después de un baño y se fue al arduo trabajo con ánimos irreparables. El resto del día la paso entre los papeles y aquella pequeña rivalidad que tenía con Lucy la competencia de cosméticos del piso cuatro. Cada año cuando Sindy quería sacar algo nuevo para la producción de un cosmético, ella se lo arrebataba con el mismo producto pero en oferta, y como los precios que daba la chica eran más bajos las mujeres corrían y hasta hacían fila para comprar aquellos novedosos productos. Las cosas solo servían de estímulo para superar el bache de las relaciones toxicas entre sus padres. Ahora lo que le restaba por hacer era esperar que llegara la noche, Sindy paso la tarde ajetreada tanto que hasta se olvidó de Sander. 
El día para Sander fue ajetreado las cosas estaban llegando a un límite de estrés, las botas que llegaban desde pamplonas venían con la suela de silicona en mal estado, la textil estaba mandando manufactura de mal estado, para los cliente iba a ser una queja y más tarde la perdida de la confianza en la empresa, cosa que no podía permitir, la posibilidad de perder muchos benefactores era inmensa, así que tendría que poner las manos en el asunto para mejorar aquellas situaciones llegadoras. Pensaba también en Sindy que iba a hacer con esa chica tan magnifica, ahora eran novios, pero solo por la farsa de serlo. Sentado en la oficina recostó sus hombros en la silla, estaba cansado y le dolía la espalada, era el estrés que lo estaba poniendo en un estado de aborrecimiento. 
La locura estaba subiendo en la mente de Sander aunque su mayor problema ahora era la hermana de Sindy, aquella variedad de sentimientos en su cabeza, en primero era como una roca grande que causaba una avalancha, después el sonido se calmaba e invadía el silencio poco después las cosas se volvían a poner revoltosas. Aunque as sonrisas tampoco se olvidaban, Sander estaba disfrutando aquel momento, estaba más cerca de Sindy cada día, y con una oportunidad más confiada de poder decirle lo que en verdad sentía por ella, no la farsa del novio, sino los verdaderos sentimientos que tenía dentro el chico Sander. Pero cuando seria el momento justo para hacerlo, tenía hasta que terminara el verano para hacerlo, para declarársele. 

Sindy después de salir del trabajo se dirigió a la tienda más cercana iba a buscar la ropa indicada para ir a la fiesta de Vicente. Ya no había marcha atrás era la reina, y como buena ganadora, iba a cumplir con las condiciones de la fiesta. Fue con mariana al cetro de la ciudad para buscar algo en las tienda más nombradas, ahora bien ella estaba confiada que las cosas iban a ser fáciles, pero cuando llego a la primera tienda recordó porque había dejado de ir a fiestas, la primera  tienda tenia ropa como para vestir a un país africano o hasta darle de comer.
Mariana espera en el auto con una sonrisa tan repulsiva que hacía que Sindy enfermara, Sindy vacilo entre las miles de prendas, pero no encontraba nada. Un impulso incierto la llevo a dejar la tienda, ya estaba cansada de las cosas tan extravagantes de ahí. Entonces subió al auto y le indicaciones a Mariana que la llevara a comer en algún lugar. Comieron ambas en un restaurante de media calidad en una de las calles centrales de Madrid, comieron mariscos, cosa rara en las peticiones de la chica. Después de que tuvieron las barrigas llenas volvieron a poner rumbo a las tiendas de ropas. Aunque Sindy estaba abrumada por aquella idea de la fiesta, ahora estaba más estresada que antes, la ropa para Sindy no era nada fácil. 
Por allá buscando entre vitrinas al lado de un bolichito encontró una tienda más apropiada de ropa, no estaba tan llena como las demás, ella entro por la puerta, una campanita sonó al entrar, enseguida una señora de edad, salió de detrás de los mostradores con una sonrisa que le marcaba todas las arrugas dela cara, entonces la atendió con rapidez y cariño. Sindy creía que la señora era mona. Sindy avanzo unos pasos más adelantes y empezó a tocar con los ojos, viea los distintos vestidos largos y cortos, aunque los de falda corta los descarto en el instante. Puso su vista en los pantalones de vestir para damas. Aunque no había muchos. La señora le recomendaba muchas cosas en las vitrinas, vestidos y joyas de fantasía, Sindy no se interesaba por nada. 
—Señora—Sindy hablo con cariño mucho, cariño como si le estuviera hablando a un bebe—. No tiene algo tapado. 
La señora empezó a pensar, aunque no lo hacía con rapidez. 
—Si tengo algo—Dijo ella con alguna que otra traba en su lenguaje. La señora desapareció para un cuarto detrás de la recepción de la tienda, el depósito de la tienda pensó ella. Mientras que Sindy divagaba entre los vestidos, recordando cuando dejaba mostrar sus piernas—. Aquí esta. —La amable señora,  salió del cuarto con una caja amplia. Sindy se acercó con parsimonia viendo aquella caja donde escondía alguna prenda de vestir. La señora saco de la caja un vestido de color negro de mangas largas, y pliegues que llegaban al piso. 
Sindy se sorprendió era un vestido muy bello, y no mostraba ninguna parte de su cuerpo, excepto una parte de su espalda pero eso era algo mínimo. Sindy manoseo el vestido un par de veces, aunque tenía dudas termino comprándolo, Sindy antes de terminar la compra agradeció a la señora y después de eso se dio vuelta de talones y salió directo al carro, Mariana quedo sorprendida al ver que había comprado algo, Sindy dio orden de ir a la casa sin ninguna parada, y cumpliendo al pie de la letra, la chica llevo a Sindy hasta su casa, ambas se despidieron en el portal del edifico y después el auto se desapareció de la vista de Sindy, acto seguido entro al edificio, saludo al portero como lo hacía todos los días y después pulso el botón para que la llevaran a su piso. El elevador abrió las puertas y después abrió la puerta de su casa, puso las cosas en la mesa de la cocina, y después de eso,  se tumbó en el sillón buscando el merecido descanso. 
Mas su hermana vera quien estaba vestida para salir, llego por un lado y se sentó en el sillón, viendo a su hermana descuajaringándose, soltó una breve sonrisa. Vera se sentó en la mejor postura posible y con las piernas cruzadas, dejando ver unas piernas bronceadas de tanto sol en las playas que visitaba. 
—¿Cómo fue tu día Sindy?
—Ajetreado.
—Me imagino. 
—¿Vera vas a salir?
—No. 
—Entonces porque vistes como si lo fueras a hacer. 
—Sindy tengo que contarte algo.
—¿Muy importante? Sander va a llegar en cualquier momento. 
—Es sobre nuestros padres. —Sindy frunció el ceño. Estaba lo bastante cansada para que encima vinieran a hablar de sus padres. 
—¿Qué pasa? Contesto finalmente después de un breve silencio. 
—Me mandaron a comprobar si tu si tienes a un novio. —Sindy se molestó por aquel comentario. 
—Dices entonces que me estas vigilando. 
—No. 
—¿Entonces?
—Solo tengo que decirles que todo está normal, y por lo que veo sí. 
—Entonces dile a los viejos que todo está bien, que no se deben preocupar por mí. —Vera hizo un breve silencio, noto hostilidad en las palabras de Sindy. 
—Sindy, espero que estés bien siempre eres mi hermana y te deseo lo mejor.
—¿Porque te pones con sentimentalismos?
—Sander no es tu novio todo es una farsa de  ustedes dos. —Sindy guardo silencio—. Más creo que ustedes dos se quieren. Creo que si son el uno para el otro, y si le dijiste a el que se hiciera pasar por tu novio está bien, pero no le vayas a hacer daño, se ve que es un buen muchacho.
—No tienes que decírmelo. 
—Solo escucha esto Sindy. El amor cuando golpea lo hace con la fuerza de un disparo. 
Sindy pensaba que su hermana ahora se había vuelto una poeta, o escritora o una loca de remate, pero lo que era cierto es que tenía muchas cosas en que pensar, como para ponerse más peso en sus delicados hombros. Ella se puso uno de los cojines en la cara, y Vera se levantó del sillón Sindy rio con algo de malicia y después cerro los ojos quedando dormida en un sueva siesta. 
Sindy despertó después con mala cara, había dormido con una clase de espasmo en las piernas, así que tenía ese revoloteo de sangre tan características después de las magulladuras y entonces se levantó, no sabía qué hora eran y si Vera estaba en casa, la verdad toda la habitación estaba callada y silenciosa. El departamento parecía abandonado, camino hasta el cuarto y no vio a nadie, Vera si había salido, pero no se preocupaba ella siempre era así, seguro estaba en una discoteca o en algún bar coqueteando con algún chico. Así era su hermana menor y así se quedaría. 
Vio al móvil, eran las once de la noche, seguro que Sander hoy no vino, y si vino estaba dormida no lo pudo atender, seguro se fue a la casa y finalmente la vería mañana, aunque no era culpa suya, el cansancio le había jugado una mala pasada. Fue a su cuarto y guardo el vestido que había comprado para la fiesta junto a las otras cosas que compro por el camino. Vio el celular otra vez, y pensó en Nathalia no la había llamado en dos días, la verdad que el enojo estaba llegando a otro punto. Ella quería remendar su error pensó en escribirle un mensaje. 
Hola. Visto 23:00
    Hola Visto 23:01
Porque no has venido a visitarme? Visto 23:02
No lo sé,  pensé que estabas ocupada.  Visto 23:03
No lo estaba. Visto 23:04   
    Sorry mala mía. Visto 23:05   
Ven mañana a la tienda. Visto 23:06   
    Ok. Visto 23:07   
Estas enojada? Visto 23:08   
    No. Visto 23:09   
Porque no me conversas algo. Visto 23:09   
    Mañana será mejor. Visto 23:10   
Vamos a ir a la fiesta? Visto 23:11   
Yo no podré. Visto 23:12   
Qué? Visto 23:13   
    Mañana te lo cuento Sindy. Visto 23:14   
Ok. Pero dime amigas de nuevo? Visto 23:15   
    Obvio. Visto 23:16   
Te veo mañana amiga. 23:17   
    Sí. Te veo mañana Amiguis. 23:18 
Sindy tenía una sonrisa tonta, había recuperado a una amiga, más que todo le daba alegría que Nathalia no estuviera enfadada con ella, por un montón de tonterías. La fiesta Sander, los novios, esas cosas locas, que había pasado en los últimos días.  Entonces se fue a dar un baño con agua caliente en la tina, se tardó miles de años para salir era satisfactorio darse ese baño tan dulce. Ahora ella se vestía con un kimono algo destapado. Se fue al sillón y finalmente iba a ver alguna película para no perder tiempo intentando dormir, hoy tocaba dormir a hora iba a madrugar hasta que el cuerpo aguantara. Preparados, bocadillos, control remoto y tv para una noche de películas de Terror, aunque no le gustaban mucho, pero eran excitantes para ella aprovechando que estaba sola. 
 




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