Sindy abrió los ojos, estaba metida en uno de los brazos de Sander, cubría su barriga y parte del pecho, en la noche había dado tantas vueltas que justamente se había recostado en el pecho del chico. El chico sonrió, volteo lentamente hasta quedar al nivel de la cara de Sander, vio sus labios atentamente, el chico parecía adorable. Le apretó las mejillas ligeramente se aseguró de que estuviera completamente dormido, y después le dio un pequeño beso en la mejilla pasando por el cachete y llegando hasta rozar sus labios con extrema suavidad y dulzura.
Sindy se levantó después de eso, paso por la cocina y empezó a hacer el desayuno para dos de esa mañana. Sander mucho más tarde despertó, al no ver a Sindy a su lado pensó que había salido de casa, rápidamente se puso de pie, salió a la sala y vio que la chica estaba preparando el desayuno, ver su cabellera despeinada y sus ojos oscuros viéndolo caminar hizo que se tranquilizara algo más.
—Hola. —Dijo ella sosteniendo un sartén.
—Hola. Pensé que habías salido.
—No. Oye ve a cepillarte los dientes, hice comida.
—Oh me hiciste el desayuno.
—No te acostumbres.
—No lo hare.
Sander siguió su paso hasta llegar al baño para cepillarse los dientes, mientras que Sindy poco a poco fue poniendo la mesa, para disfrutar del desayuno. Ahora la chica parecía más calmada, Sander había ayudado en cada paso que ella daba, estaba clara que las cosas eran más fáciles cuando tenía al chico de cabello desordenado al lado de ella. Sander se cepillo con un viejo cepillo de Sindy y aunque se lastimo la encía siguió lavándose los dientes, terminado su higiene bucal fue hasta la cocina para ver que le tenía preparado la chica más bonita de la ciudad.
Cuando regreso Sindy lo esperaba con una bandeja en la mesa y con dos platos servidos con huevos fritos. Sander se acercó con una sonrisa y se sentó a la mesa.
—Gracias Sindy eres muy buena cocinera.
—Pruébalo antes de decirlo. —Sander lo probo, para no hacer caras del mal sabor Sander puso su cara de póker mas imparcial que tuviera, ahora se arrepentía de lo que había dicho, la comida estaba mal sazonada y tenía demasiada pimienta como para soportarla—. Está muy bueno Sindy, pero de ahora en adelante yo me encargare de la comida vale.
Sander trato de contener las ganas de vomitar con tanta pimienta, pero sabía que Sindy había puesto empeño para hacer todo el desayuno, no se lo iba a decir a secas, tenía que soportar cosas como el hombre que era. Sander pensó en la fiesta y ahora quería hacerle una preguntas un poco más serias a Sindy preguntas de magnitud grandes, no se las había echo en la noche anterior porque estaba en crisis pero ahora que estaba mejor era el momento indicado, antes de que Vicente la viniera a buscar y la engañara con un falso perdón, o antes de que las pruebas necesarias se fueran a eludir.
—Sindy, ahora se te voy a hacer algunas preguntas más fuertes, quiero que conserves la calma y me contestes con toda la seriedad y serenidad del mundo. —Sindy asintió con la cabeza—.¿Que vas a hacer con Vicente, lo vas a denunciar?—Un silencio invadió la sala, ninguna otra palabra se escuchó, solo los cubiertos perforando la comida.
—No lo sé. —Contesto Sindy después de un sempiterno silencio.
—Pues tienes que pensarlo.
—¿Que me recomiendas que haga?—Sander puso los codos en la mesa y después cruzo sus manos entre sí, bajo su cara hasta meter la barbilla en el hueco que formaba sus manos. Parecía un director de escuela lidiando con grandes líos.
—No lo Denuncies.
—¿Qué?
—Como lo escuchas. No es momento, puede ser que el solo se tomara unas copas y perdiera el control. —Sander se levantó de la mesa, tomando el plato de comida—. Más si ves que las cosas se tuercen con él, lo demandas. Ya sería la segunda vez y tendría más impacto la denuncia.
—No te entiendo.
—Solo hazme caso.
—Bueno.
Sindy no sabía que era lo que decía Sander era lo opuesto a lo que tenía que hacer pero con entusiasmo pensó en ello y le hizo caso, tampoco le iba a dar más vueltas al asunto. Ahora tenía que pasar página y empezar de nuevo.
—Sindy. Otra cosa, ¿Qué vamos a hacer con lo de tus padres el verano se acerca?—Sindy no lo recordaba al escuchar sus palabras se mordió la boca par no gritar se había olvidado de la fiesta de sus padres. Como era posible. Ahora tenía más problemas encima—. ¿Se te olvido verdad?
Sindy afirmo con la cabeza.
—Entonces la única cosa que podemos hacer es seguir con la farsa. Seguimos siendo novios.—Para ella esas palabras eran éxtasis, así fuera simple ilusión—. Tienes que contarme más cosas para que el plan no falle.
Sindy pensó en contarle cosas a Sander en primera instancia pero después de un breve momento de reflexión pensó que era mejor hacer cosas como los novios falsos que eran.
—Sander salgamos a divertirnos.
Sander que estaba lavando los platos dejo de lavar y la miro a la cara frunciendo el ceño en señal de dudas.
—¿Cómo así?
—Vayamos a un parque o a un carrusel
—Dices que salgamos.
—Sí.
—Oh entiendo. Pero no sé a dónde llevarte.
—No importa ya veremos que hacer pero primero vamos a cambiarnos.
—Oye un momento—Sander dejo los platos en su lugar y camino hasta donde estaba Sindy con los brazos cruzados—. Crees que soy tu esposo, ni siquiera tengo un short aquí, tengo que ir a mi casa a buscar ropa.
Sindy y Sander rieron conjuntamente.
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Editado: 24.06.2020