Entre Tú Stand y El Mío

Capítulo 23

La mañana siguiente estaba completamente animada, la mama de Sindy llego a la habitación y al ver a su hija dormida entre los brazos del chico, le dio lastima despertarla, no recordaba cuando fue la última vez que tenía esa cara de felicidad, Sindy sentía una leve presión en el pecho y en las caderas, mientras que Sander dormía cómodamente en ellas. Rápidamente se levantó abrió los ojos y vio al chico durmiendo, su gesto eran tan tiernos que se conmovió. Apretó las mejillas del chico en una seña de cariño como también depósito un pequeño beso, que se hicieron dos y luego tres, Sindy era completamente una esclava  de los besos ásperos cálidos y húmedos de Sander. 
Se quedó un poco más al lado del chico, le dio otro besillo un poco más candente, pero cuidando que no despertara de su sueño. <<Es igual que los demás  hombres>> Decía ella en su mente, <<No Sander no es así>> siguió besándolo. <<Los mimo decías del anterior y mira lo que paso>>  Sindy dejo de besarlo porque Sander despertó, tenía los ojos abiertos mirándola, pensó que tal vez él le diría algo acerca de aquella embarazosa situación.
—Note atrevas a Disculparte. Sigue haciéndolo—Dijo pasito.
Sindy afirmo con cal cabeza  y siguió besándole. 
—¿Que haremos hoy? 
—Mis padres nos van a llevar a comer. 
—Ok me vestiré.—Sindy sonrió sutilmente. 
—Está bien te espero. 
Sander tomo una ducha y se vistió con lo que trajo de ropa, Sindy tendió la cama y después de que Sander se vistiera tomo una ducha, pasaron dos horas cuando un trabajador de la mansión apareció en el cuarto para darles la noticia que la camioneta que los llevaría al restaurante estaba esperando. Al escucharlos las pareja bajo hasta la entrada de la mansión. Y un chico de cabello rubio le abrió las puertas de la camioneta, Sander se montó admirando como la familia era muy  minuciosa en los temas de la categoría, ahora bien Sindy estaba aburrida, quería volver a Madrid cuanto antes. 
Sander estaba impresionado con la población de Marruecos nunca antes había puesto en pie ahí, por culpa de su extenuante trabajo, pero ahora que tenía esas mini-vacaciones con la mujer de su vida, estaba dispuesto a disfrutarlas. En minutos llegaron al restaurante, entraron y en la recepción dieron la referencia de la familia de Sindy, allí una asistente fácilmente los llevo hasta la mesa donde la Cloe y Alexis esperaban tomando alguna que otra copa de vino.
—Hola mama. —Sindy saludo a su madre con mucha ternura—. Hola papá. —Mientras que a Alexis solo le saludo a la distancia.
—Hola.—Dijo Sander saludándolos a ambos, para ser imparcial.
Se sentaron en las sillas para empezar la comida. Un camarero llego con una bandeja llena de comida y después con otra bandeja llena de licores, aunque Sander no tomo de ninguno de ellos.
—Sander, has pensado en tener hijos con mi niña.—La pregunta calo en el pecho del chico.
—No lo he pensado.—Dijo Sander viendo directamente a los ojos de Sindy.
—Papá dejemos el asunto para después—A Sindy le disgusto completamente aquella pregunta, su padre se estaba pasando de la raya.  
—Bueno no se enojen. —Cloe intervino para que la comida no terminara en una pelea. 
El resto de la comida paso con total normalidad ninguno de las pareja entro en riña aunque Alexis tratara de hundir a Sander con sus preguntas fuera de lugar. A las tres de la tarde los padres de Sindy se fueron a la mansión, Sander llevo en un paseo a Sindy. Luego de las seis empezaría la fiesta, Sander pensó que era una buena idea comprar algo de ropa, para eso dejo a Sindy en un centro comercial comiendo helado mientras que fue a buscar algo de ropa en una tienda de trajes y formalidades. Sindy no pensó que era una ridiculez comprar ropa, aunque la fiesta era de lujo podía ir con su ropa deportiva. Pero ella siguió comiendo helado para esperar a Sander. 
Sander llego en el cabo de uno diez minutos cortos aunque Sindy pensaba en que no pudo haber comprado nada en ese pequeño lapso de tiempo. Pero al lado de él traía una bolsa colgando de sus brazos. Al verla no pudo evitar ver lo que había comprado y tarto de tomar la bolsa, pero Sander se lo impidió poniendo los brazos detrás de la espalda. Ella rio, estaban jugando aunque no exactamente consientes de los que hacían. Sindy intentando arrebatar la bolsa se levantó de la silla y empezó a intentar tomarla por la fuerza, Sander en un reflejo rápido tomo algo de helado que estaba en la mesa y se lo embarro en la cara. Sindy se quedó paralizada, abrió la boca muy sorprendía de lo que había echo Sander, el chico reía un poco aunque conteniendo las ganas de soltar una carcajada, Sindy se puso roja y con enojo tomo de la mesa lo que quedaba de helado en la mano y se lo lanzo a Sander. Con algo de avidez el helado conecto en el pecho de Sander, el rio cuando vio la mancha gigantesca que había quedado. 
—Te vez hermosa cuando sonríes. —Sander miro a Sindy.
—Tonto.—De inmediato tomo un pañuelo y se quitó el chocolate de la cara, tomo otro pañuelo y fue a limpiar a Sander. 
—Oye no te  he lanzado nada. Paz.—Sander levanto las manos en señal de paz, Sindy se acercó y puso sus manos en el pecho del muchacho. 
—Solo te voy a limpiar.
—Eso me gusta. 
—Pues no te acostumbres.—Sindy fue limpiando la mancha de la sudadera de Sander .El sentía que las manos de Sindy eran de los más suaves y con la poca altura que tenía contemplo a la chica limpiando su sudadera, tuvo que aguantarse las ganas de darle un beso apasionado y abrazarla como si no hubiera un mañana. Con la mano el chico levanto el rostro de Sindy con mucho cuidado y delicadeza guiándola hasta que sus ojos estuvieran en contacto, y después la beso. 
—Te quiero.
—Yo también Sander. 
Después de que se limpiaran volvieron a la mansión para prepararse para la fiesta, Sindy fue la primera en prepararse con un vestido de color azul, y con decoraciones de cristales, aunque Sander no la vio vestida así hasta minutos antes de que empezara la fiesta, ahora el turno de Sander, Sindy espero un largo tiempo afuera del cuarto, Sander había tardado muchos, demasiado, para ser exacto, Sander se estaba tardando tanto que Sindy pensó en bajar primero, pero antes de que lo hiciera la puerta de la habitación se abrió y luego vio al nuevo Sander salir de allí.
—¿Cómo quede?—Dijo Sander levantando los brazos y presumiendo su nuevo traje de gala.
—Sander de verdad lo compraste tu.—Sindy estaba magnificada.
—Sí. Lo compre en el centro comercial. 
—Pero ¿porque? Te vez bien en ropa deportiva. 
—Es que es una fiesta de gala.
—¿Y cuál es el problema?
—Que no iba a sentir cómodo. Pero no importa solo dime como estoy. 
—Te ves muy bien.—Sindy se acercó a él y acomodo la corbata, que la tenía algo desordenada. 
Sindy admiro el gusto y elegancia del traje de Sander, era de color morado, completamente como una uva, pero con un tono más pálido que lo hacía ver clásico, y los zapatos puntiagudos eran la mejor opción para él, y se había peinado con vertiginoso orden, además un pañuelo de color negro en el bolsillo del traje, de verdad parecía un actor de películas salido de un rodaje, se iba a emocionar cuando sus familiares vieran cual magnifico hombre con el que estaba la “Forever Alone” de la familia. 
—Vamos. 
—SI. —Sindy tomo el brazo de Sander y empezaron a bajar a la fiesta. 
Fuera de la casa ya había muchos coches de marca y demasiadas personas que vagaban sin rumbo por el jardín, los hombres estaban en la sala hablando de los negocios, y las mujeres cotilleaban en la mesa del comedor y otras en las esquinas de la sala, pasándose chismes de pasillo que adornaban la fiesta. Sander y Sindy buscaron a sus padres, para que vieran como había quedado Sander después de un drástico cambio. Llegaron a uno de los muebles donde estaban ambos, allí conversaban con unos primos lejanos, Sindy desconocía de ellos, aunque su presencia no afecto en nada, y siguió ella siendo el centro de atracción. 
—Vaya Sander ahora si tiene pinta de caballero.
—Papa.—Sindy se molestaba con cada comentario innecesario de su padre.
—Gracias señor. Usted también se ve bien. 
—Bueno, si tú lo dices.—Sindy estaba harta de las cordialidades entre ellos y puso los ojos en blanco.
—Sabes Sander, que eres el último de mis yernos.
—No lo sabía.
—La única que falta por casarse en mi hija  Sindy. —Sindy hizo un pequeño sonido como el de una serpiente. 
—Eh pues eso se puede arreglar.
—Mi amor no digas cosas innecesarias. —Intervino Sindy inmediatamente. 
Sander se encogió de hombros, mientras que Alexis cambio el tema de conversación ahora hablaban de las inversiones en la que Sander destaco también, era empresario solo que los padres de Sindy no lo sabían, así pasaron un par de horas hasta que Sindy quiso bailar. La sala estaba repletas de primas, la familia de Sindy era bastante numerosa pensó Sander. 




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